¿Cuál era la probabilidad de que James estuviera ahí? ¿al mismo tiempo y en el mismo espacio, hablando del tema prohibido de la noche anterior? Se lo preguntaría más tarde a su profesor de probabilidad y estadística. Kloe quedó petrificada. Frente a ella se visualizó el mencionado James. Tenía una playera sin mangas, guantes para levantar pesas, una bermuda deportiva y tenis. Al parecer frecuentaba ese gimnasio de manera regular. Ahora entendía el porqué de su atractiva figura masculina. Sus músculos resaltaban más y el short le favorecía a sus glúteos y piernas. Ella titubeó. –Eres un acosador –le restregó en la cara mientras enrojecía. –¿Qué?, ¡No! –se excusó él. –¡Vengo a este gimnasio desde hace más de seis meses! Eso lo supieras si no fuera la primera vez que vienes por aquí –exp