Después de aquel atentado, Aslan hizo guardia esa noche para preservar la seguridad del rey. Convertido en bestia ancestral, el muchacho estaba echado en la entrada de la carpa real con sus orejas alertas durante todo ese tiempo. Entonces mientras él estaba ahí con su cabeza reposando cómodamente sobre sus patas, sus orejas comienzan a moverse porque escucha que alguien se acercaba, Aslan alza su cabeza olfateando y al sentir ese aroma, revolotea sus ojos a pesar de que estaba convertido en su forma de lobo.
«El mejor amigo de mi rey viene hacia acá, que fastidio. Aunque debo admitir que se había tardado demasiado...» piensa Aslan regresando a su forma humana sentándose en el suelo en posición de buda, viendo en la distancia como Jim lo saludaba conforme se iba acercando.
En el instante
