—De acuerdo, señores; esto será fácil si nos enfocamos y cada quien hace su parte —anuncié en tono grave, ya se acercaba el momento de irnos y había que estar atentos, no quería que nada saliera mal.
Me encontraba en la sala de espera del área de recuperación, donde habíamos estado los últimos tres días hasta que finalmente nos dieron orden de irnos, porque, claro, los médicos querían estar muy seguros de que todo estaba bien antes de dejar salir a la Princesa de Moguer, si algo salía mal... nadie querría cargar con esa culpa.
Le estuve dando instrucciones a Kok, Bakker y a los otros tres jóvenes agentes que me habían asignado para la ocasión. La Princesa había sido dada de alta esa mañana a primera hora y estábamos por salir del hospital, pero las calles estaban atestadas de periodistas
