Mi boca no era así pequeña, pequeña. Sin embargo, ahora podía entender el proceso por el que pasaba mi v****a a la hora de Alex estar dentro de mi. Me era imposible avanzar un poco más, pero no solo por la cantidad, más bien era porque ya mi boca no abría más y mis labios tenían demasiado roce con su pene y me daba miedo de rozarlo con mis dientes. Pero él parecía disfrutar de esto. Solo que no era una tarea fácil. Literalmente, mi boca estaba demasiado llena. Al final lo saqué y comencé a lamerlo, pues tampoco era que supiera hacer otra cosa y pronto los ánimos y la determinación que tenia al principio, se fue apagando. Apoyé mi mano y recosté mi cabeza en ella, pensando en qué hacer con la cosa de Alex, quería chuparlo, pero estaba segura que no había salido como se veía en mi cabeza,