Su cuerpo se movía en perfecta sincronía con el de ella, aquella mujer movía sus caderas de una forma espectacular, le gustaba hacer posiciones extrañas y Basil estaba mas que encantado, tenia mucha soltura en sus caderas y gritaba como una condenada, lo malo era que le maltrataba el cuerpo, clavando sus uñas en su espalda, brazos y le había dado a Basil una tremenda mordida en el hombro izquierdo. Suerte que Basil no tenia cabello muy largo, pues había también intentado tirar de él, ella fue al baño mientras el se deshacía del preservativo, abriendo otro. Se había tomado tres tragos de whisky, lo que lo dejaba muy activo, demás. Ella salió con el pelo y rostro húmedo, gateó sobre la cama y colocó el rostro entre medio de las piernas de Basil, mirando su pene ya con el preservativo puesto
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