Con la comida ya lista, puse la mesa junto a Hae. Después fui en busca de Sun, quien se había quedado dormida en el sofá individual. Tuve que despertarla, puesto que debía comer. La lleve adormilada al comedor. Y la senté en mi regazo, la pequeña se frotaba los ojos mientras bostezaba.
La comida iba bien, hasta que Yeo me llamó por teléfono. Era una videollamada. Decidí aceptarla, puesto que no es común que me llame mi hermano. Ya que no estamos en la mejor relación desde lo que pasó en nuestro periodo universitario.
- Yeo…
El chico parecía estar estudiando, estaba en su escritorio. Por detrás podía ver a Kim Soo, hermano pequeño de Jun y a Kim Beo, hermano de Kim Teo.
- Hola, hermano…
Los dos estábamos incómodos, hace tiempo que apenas hablamos y cuando lo hacemos es por mensajes como mucho una corta llamada.
- hola… no esperaba tu llamada. —Solté acomodando mejor a Sun en mi regazo.
- ¿¿Ella es la pequeña Sun??
La niña miraba el teléfono sin entender de quién se trataba. Creo que Yeo la vio por última vez cuando no llegaba ni a 4 meses.
- oh sí, es ella. Sun, él es el tío Yeo.
La niña me miró con el ceño fruncido, no entendía nada. La curiosa de Hae se acercó, consiguiendo subirse a mi otra pierna.
- ¡Holaa, tío que no conozco!
Dijo mientras agitaba su mano. El chico al otro lado de la línea no paraba de sonreír. Me alegra ver a mi hermano bien.
- Espero poder verlas pronto niñas.
- ¿Por qué no vienes a New York? Teo tiene sitio en su casa… o incluso en la de Joan y Khloe. Sé que ella quiere verte.
- No creo que quiera verme, dejé de hablar con ella hace tiempo… pensé que sería una molestia después de lo que pasó entre ustedes.
- Me siento mal por eso, vosotros dos erais muy buenos amigos. Pero realmente me gustaría que vinieras… necesito tu ayuda, bueno necesitamos.
- Podría aprovechar las vacaciones… Es mi último año y no he salido del campus en los últimos 4 años.
- Niñas sigan comiendo, voy un momento a hablar con el tío.
Dije mientras me levantaba con cuidado de la silla, dejando a ambas niñas en el suelo. Las dos asintieron y se sentaron de nuevo en sus sillas a comer. Me metí en la cocina, para tener más privacidad. Algo ridículo puesto que es una cocina americana y da al comedor. Osea que veo a las niñas desde toda la cocina.
- ¿Pasó algo?
- Pues si, de hecho si paso algo… Seré padre de nuevo.
El chico empezó a reírse, como si de una broma se tratara.
- No le jodas, San.
- Hablo en serio enano. Khloe está embarazada.
- Pero eso es imposible, la última vez que estuvisteis juntos fue cuando Sun fue creada.
- De hecho no. La cuestión es que tuve un encuentro íntimo con Khloe y tendremos un nuevo bebe.
- ¿Pero entonces os habéis arreglado?
- No… es complicado. Te lo explicaré mejor en otro momento, debo terminar de atender a las niñas.
- Si si, lo entiendo. Te llamo en otro momento y hablamos mejor y así veo más a las niñas. Están muy grandes.
- Crecen por día… cuidate hermano.
- Lo mismo te digo, San.
Dimos por finalizada la llamada, volví a la mesa con las niñas y terminamos de comer. Me puse a recoger la mesa y a lavar los platos, mientras las niñas jugaban por el comedor con el cachorro de Joan.
- ¡Papá hoy tengo clase de ballet!
- ¿Clase de que, Hae?
- Ballet papá. Voy los martes y jueves a partir de hoy. El curso empieza hoy a las 5 de la tarde.
- Ouh mierda… ¿¿Cómo te llevo?? No puedo dejar a tu madre sola… ¡Ya lo tengo! La abuela… ¿Martha estará libre?
La niña se encogió de hombros. Fui al salón y busqué el teléfono de la chica, pero no lo encontraba. No estaba en la mesa, ni tampoco en su abrigo, ni en el bolso. Decidí llamarla por teléfono, para encontrar lo. Lo saque y la marque.
El sonido venía de ella, así que deduje que el teléfono estaba debajo de ella.
- Ouh… que sepas que haré esto por necesidad, no por gusto.
Aclare, mientras me acercaba a la chica y me agachaba a la altura del sofá. Con mis manos busqué el teléfono por debajo de la chica. ¿Dónde estaba? Pues sencillo, no de conseguir pero si de imaginarse. Lo tenía en el bolsillo del pantalón, algo lógico. Conseguir el teléfono sin despertarla, me asusté un poco cuando empezó a moverse. Pero solo se limitó a abrazar mi brazo.
Suspire más relajado, con la mano libre pude desbloquear el teléfono. La contraseña ya me la sabía. Así que fue fácil. Busqué en sus contactos a su abuela, no tardé en encontrarla, justo ayer hablaron por teléfono. Le marqué, con mi brazo libre. Al segundo tono, contestó.
- ¿Qué te pasó ahora, Khloe? te libras de que salí del ensayo, conocí a un hombre fascinante… tan sensual, atractivo y atento, es mi nuevo compañero de teatro.
Eso fue incómodo…
- Señora Rogers… Soy San, Min San.
- oh no esperaba que fueras tú, joven Min. ¿Y mi nieta? ¿Le pasó algo?
- No, no, ella está bien.
Y tan bien, está totalmente dormida abrazada a mi brazo.
- ¿Entonces?
- Se que usted y yo no tenemos la mejor relación…
- Hiciste daño a mi pequeña, ¿que esperabas? ¿Un ramo de flores o bombones?
- Está en su derecho de odiarme, lo entiendo. Pero necesito su ayuda, hágalo por Hae…
- Bien, ¿Qué necesitan las niñas?
- Necesito que lleve a Hae a su clase de baney
- Ballet papá.
Me corrigió, cruzándose de brazos. Le hice gestos con la cara para que se fuera.
- ¿Te refieres al ballet?
- Eso mismo. Yo no puedo llevarla, tengo trabajo, además de que debo atender a Sun y no puedo dejar sola a Khloe.
- Ahora te preocupas ¿no? estoy ahí en 10 minutos.
Sin más me colgó. Hae me seguía mirando, con una risita tonta, mientras estaba cruzada de brazos.
- Ya, que miras mocosa.
- Eres novato en esto de ser papá ¿verdad?
- No pos si, si lo soy. Para que te voy a engañar. —confesé.
- ¿No hay clases para aprender a ser papá? ¿no fuiste?
- No, me pilló resfriado y no pude ir a las clases de paternidad, en la universidad de padres.
Hae no pillo mi sarcasmo, normal, es una niña de 5 años. Me miró como si yo fuera idiota y no tuviera ningún remedio. No negaré que tiene razón.
- Ve a prepararte, la abuela llegará en cualquier momento.
- Está bien papá, pero necesitare ayuda con el moño.
- ¿mo que?
La niña me ignoró, para después subir por las escaleras. Sun apareció por detrás del sofá individual, para después subir a este. Me miró, y automáticamente se tumbó.
- ¿Otra vez Sun? no puedes pasarte el día durmiendo…
- Pero si mamá y tú hacen lo mismo.
- No te lo negaré, pero no deben imitar nuestras acciones…
Para cuando termine la frase, la niña ya estaba dormida. Suspire pesado, no puedo enfadarme con esa bolita llena de ternura. ¿¿En serio yo cree eso?? Porque tiene toda mi jodida cara, si no diría que no es mía. Na a quien miento, si es clavada a mi, tanto físicamente, como su forma de ser.
Con cuidado conseguí liberar mi brazo de la chica. Me dirigí a la escalera y subí por esta.
- Hae
La llamaba mientras subía. Llegue arriba, crucé el pasillo hasta su habitación y entre
- ¡Papá! ¡Llama a la puerta primero!
- Bueno, bueno, tranquila. Soy tu padre.
Camine hasta ella, que estaba sentada en su escritorio/tocador. Se la veía frustrada, intentaba peinarse, sin éxito alguno.
- ¿Necesitas ayuda?
- Necesito hacer un moño papá, no puedo ir con el pelo suelto.
- No te frustres, dejame intentarlo.
Empecé una especie de intento de peluquero, esto no es mi fuerte.
- Listo.
La niña se miró al espejo, para después mirarme. Siendo sincero, eso no se parece en nada a las fotos que he buscado de lo que es un moño.
- Papá, agradezco tu ayuda. Pero esto no está muy bien…
- Lo siento, yo lo intente…
- Lomo dice Joan, lo importante es la intención, papá.
- Yo le enseñe eso a Joan. Le pediré a tu abuela que te haga el moño, termina de prepararte.
- Ya estoy lista papá.
Se levantó de la silla, ya tenía puesto el raro atuendo de Ballet. Iba con un tutú rosa, cogió una mochila del mismo color y salimos los dos de la habitación. Justo cuando llegamos abajo, el timbre sonó. Fui rápidamente a la puerta, para que no llamase más y el cachorro de Joan dejase de labrar.
La señora pelirroja estaba tras la puerta. Me miró de arriba abajo, para después dar una cálida sonrisa a la pequeña Hae. Quien fue a abrazarla. Me quede como estúpido mirándolos, desde la puerta.
- ¿Qué le pasó a tu pelo?
la pequeña me miró, para después mirar a su abuela.
- Papá intentó hacer el moño para ballet, pero no lo consiguió. A mi me gusta así.
Después de eso, la pequeña se despidió de mí con un abrazo. Cerré la puerta cuando salieron. Terminé de recoger la cocina, para después ponerme a trabajar. Me tomé la libertad de entrar en el despacho de la chica, no creo que le importe.
Me pasé la tarde haciendo llamadas a la comisaría de Corea. Hablé con mis ayudantes sobre el caso. Me comentaron que la hermana de Lee Dong y de Lee Donghae, había desaparecido. Ellos ya no tenían padre, ni madre. Los dos habían fallecido ya, su padre de vejez y su madre de cáncer. Eran una familia de alto estándar, pero bastante normales. No eran de tener muchos lujos, a pesar de la cantidad de dinero que poseían. Mandé una orden de búsqueda y captura internacional de la pequeña de los Lee. Necesitábamos encontrarla. Ya sea en corea o aquí.
Estaba relajado, buscando posibles noticias de ella por Internet. Pero me sentí observado. Miré hacia la puerta y ahí estaba la chica.
- Buenas tardes ya.
- Ojalá lo fueran.
La chica se acercó más a mí, apoyándose en la silla, mientras llevaba su otra mano a la cabeza.
- ¿No has dormido bien?
- Como hacerlo con las malditas nauseas. Ya empezaron los vómitos. Por una parte prefería no saber del embarazo, por que ha sido saberlo y aparecer todos los síntomas de golpe.
- o antes no le dabas tanta importancia a esos síntomas, y ahora si.
- Puede ser… pero me siento agotada y eso que no hice nada en todo el día.
- Puedes seguir descansando, Hae está con tu abuela y Sun estaba durmiendo.
- No, no, quiero hacer algo productivo. No puedo pasarme el día sin hacer nada, terminaré aburrida y más estresada.
Dijo mientras suspiraba, mirando por la ventana. El día estaba gris, llovía bastante fuerte.
- Tengo algo que decirte del trabajo. Vamos a preparar algo de comer y te digo.
La chica asintió, ambos fuimos a la cocina. Me encargué de preparar una pequeña merienda, además de prepararle algo a Sun. Quien se acababa de despertar, pero aun seguía más dormida que despierta. Estaba sentada en el regazo de su madre, mientras abrazaba a esta. Era una escena adorable a mis ojos.
Lleve los platos a la mesa, junto a los vasos de zumo. Joan ha prohibido el alcohol en casa. ¿Cómo lo sé? A puesto un puto candado al armario de los vinos… y no hay ni rastro de una misera cerveza.
Había preparado un par de Sandwiches, algo que a Sun le gustó bastante. Algo que debo agradecer a Joan, es el que haya criado a las niñas, como yo lo hice con él y Yeo. Muchas de las cosas que yo le enseñe, se las ha enseñado a las niñas.
- Cuéntame, ¿qué más tienes?
La chica me sacó de mis pensamientos, me había quedado mirando fijamente a la niña comer.
- Pues la hermana pequeña de Lee Dong y Lee Donghae ha desaparecido. He puesto una orden de búsqueda y captura internacional. Puede estar en peligro y ser la próxima asesinada.
- Pero Lee Donghae sigue con Jun, ¿cierto?
- Por ahora sí, pero debemos tenerlo en otro sitio. Estando ahí no es seguro ni para él, ni para Jun.
- Estoy de acuerdo.
- Mañana hablaré con Jackson, y buscaremos un sitio mejor. De hecho creo que es mejor que se quede con Jackson.
- Mantenme al corriente de todo, por favor. No me ocultes nada del trabajo.
- Está bien, lo prometo. Por cierto, ¿dónde dormiré?
- Con Sun. Tiene una cama doble, solo debes sacarla de debajo de la suya.
- ¿En serio? pero si ahí una habitación libre.
- Joan quiere hacer la habitación del bebé ahí. Además no hay muebles, no tiene cama. No podrías dormir ahí.
- ¿¿Ya la habitación del bebé?? No sabemos que es aún. No creo que deba adelantarse tanto. No sabemos qué pasará en unos meses.