Después de hablar con ella, decidí dejarla y no agobiarla. Pero pasé un rato con ella, hasta que se tranquilizó. Me fui a casa, Teo se acababa de levantar cuando llegué. Venía con su batido de fresa y sus gafas puestas.
- ¿Qué haces aquí?
- Salí pronto de trabajar.
- Pero si has estado unas tres horas apenas… Normalmente llegas a casa después de recoger a las niñas de la escuela.
- Khloe está embarazada.
Solté mientras me dejaba caer en el sofá. El chico vino de inmediato, dejó el vaso sobre la mesa y se sentó a mi lado.
- ¿Qué dijiste? ¿¿te lo dijo??
- Ya lo sabías ¿cierto?
El chico asintió, mientras se rascaba la nuca.
- Me lo dijo Joan, él necesitaba desahogarse. Terminó contándome lo sucedido. No te dije nada, porque no era algo que me correspondiera decirte.
- Lo entiendo. Hubiera sido peor para ella, que me lo hubieras dicho tú.
- ¿Y que pasara? Osea ¿qué haréis ahora?
- Quiero irme a su casa una temporada, quiero pasar el mayor tiempo posible con las niñas y con ella en esta nueva fase.
- Lo entiendo, pero eso deberías hablarlo con Joan. Al fin y al cabo es su casa.
- Lo llamaré en un rato, se que hoy está ocupado.
- Si, de hecho me estoy preparando para ir con él a dos reuniones importantes, Jimin también va. Se lo puedo comentar si quieres, y le digo que te llame cuando salga o tenga tiempo libre.
- Si, por favor. ¿Tú piensas que es buena idea?
Quería saber su punto de vista, no estoy seguro de todo esto. Pero debo aprovechar esta oportunidad que me dio el universo.
- No sabría que decirte, no he pasado por nada igual y no tengo hijos, ni pareja. Estoy feliz con Tannie. Pero si tuviera pareja y Tannie fuera nuestro hijo, lucharía por él.
- ¿No tienes pensado empezar una relación o algo?
- Se que nunca lo dije, pero soy sapiosexual.
- Nunca lo dijiste…
- Tampoco me pregunto nadie. Admito que durante la era del campus, me daba vergüenza decirlo. Pero con el paso de los años, Joan y Jimin me ayudaron a no esconderme. Ellos sí que lo sabían desde el campus. Después se lo comenté a Jun, él me entendió bastante bien.
- Jun es un buen amigo. Me alegro de que todo te haya ido bien.
- Si, bueno debo irme o llegaré tarde.
- Está bien, luego me cuentas como te fue.
- Está bien, ¡ten buen día!
Dicho eso, el chico cogió su abrigo junto con su maletín y las llaves. Para salir por la puerta. Continúe trabajando, pero de vez en cuando mi vista se fijaba en el apartamento de la chica. Justo esta estaba con Yauren en el balcón, con una taza de algo en la mano cada uno y observando la vista desde allá arriba. Me gustaría saber qué es lo que están diciendo…
{☆°☆}
Punto de vista de Khloe
- ¿Y qué harás?
Habló la rubia, mientras tomaba un buen sorbo del chocolate caliente. Imite su acción, mientras miraba los enormes edificios de New York. Ciudad en la que ya no me siento tan cómoda como antes.
- No lo sé. ¿¿Qué debería hacer??
- No lo se cielo, pero mal no te vendría la ayuda del idiota de San. Las dos sabemos que Joan está hasta arriba de trabajo y que tú ahora mismo no puedes con las dos niñas.
- Lo se, ¿pero vivir con él? me parece apresurado… No sé si estoy preparada para verle todos los días.
- Debes arriesgarte, no te queda de otra. Pero mira el lado bueno, viviremos esta experiencia juntas…
- ¿Eso es bueno?
- Para mi si, así no seré la única con cambios de humor.
- Ja ja que gracia…
- Tú te lo buscaste amiga.
- El universo está en mi contra.
- Oh les está dando una segunda oportunidad de intentar algo juntos. No perdéis nada por intentarlo…
- ¿Y qué hago, olvidar así como así todo lo que hizo? El poco orgullo que me queda, no me lo permite.
- Cierto… Todo a su tiempo.
Pasamos el resto de la mañana hablando de cualquier tontería y recordando viejos momentos del campus. Tenía ganas de volver a ver a las chicas, pero todas estaban en corea. La rubia se quedó a comer, esta vez pedí comida por teléfono. Tenía unas ganas tremendas de comer una buena hamburguesa. Y Yauren no se negó en absoluto
- ¿Revisaste ya los videos de las cámaras de seguridad del hotel?
- Si lo hice, pero me quedé dormida viéndolo… Eran 5 horas de puro video de gente entrando y saliendo del hotel. Resulta que dos de esos tres hombres que pasaron por esa puerta cuando Estela fue asesinada, estuvieron el día antes. Sin contar al botones, ya que es su trabajo.
- Osea que de los tres sospechosos, el botones ya ha sido eliminado. Y esos dos hombres estuvieron el día antes…
- Si, el chico tiene coartada y mide 1'75, no entra en la altura del criminal.
- ¿Quién narices será? ¿y por qué los mató?
- No lo sé… Por momentos parece un ajuste de cuentas, pero por otro lado todo parece muy preparado. No está improvisando, sabe lo que hace. Como cuando dejó el cuerpo delante del coche de Joan. Es como si siguieran nuestros pasos…
- ¿Y si realmente os está vigilando? ¿Tienes algún enemigo en contra de los coreanos?
- Que yo sepa no… yo no conocía a Lee Dong-wook, pero se que Teo y Joan si. Lo conocieron gracias a que Teo diseño ropa para un Drama que protagonizó Lee Dong-wook.
- ¿Y qué pasa con su familia y amigos de Corea? ¿Los han investigado ya?
- El equipo de San se está encargando de eso allá.
- Comprendo… yo debo irme ya, supongo que Min no tardará en venir con las niñas.
Asentí, acompañé a la rubia hasta la puerta. Nos despedimos y se fue. Suspire mientras me dejaba caer en el sofá. Zheus se subió al sofá, algo que no suele hacer. Y se tumbó a mi lado, apoyando su cabeza en mi estómago. Ahí lo entendí. El perro lo sabía… por eso llevaba varias semanas más mimoso conmigo, que de costumbre. Zheus no es un perro muy cariñoso, solo lo es con las niñas.
Me debería haber dado cuenta antes, hizo lo mismo cuando estaba embarazada de Sun. Apoyaba su cabeza en mi estómago siempre que podía. Dios soy estúpida…
{♤•♤}
Punto de vista de San
Estaba en el coche, esperando a que llegara la hora de recoger a las niñas. Quedaban 5 minutos, justo Joan me llamó por teléfono. Estuve hablando con él, le expliqué mi intención de quedarme en su casa. Él dudó un poco en aceptar, pero terminé dándole un sermón sobre lo importante que era para mí, quedarse en su casa y la ayuda con las niñas que le proporciona a Khloe.
Después bajé del coche, y entré en la escuela. Primero me dirigí a por Sun, no tardé en llegar a su clase. Ya no ponen pegas, cuando venga a buscarlas. Ya dejé en claro que soy su padre.
La pequeña en cuanto me vio en la puerta, me sonrió. Se levantó de su asiento y recogió su pequeña mochila negra con dibujos de perritos. Casi es más grande la mochila, que ella.
Vino directa a mis brazos, la levanté y esta me abrazó. Bese su mejilla, mientras ella reía. Pocas veces lo hace, pero las pocas que son me derriten.
- ¡Papá! ¡Vámonos, vámonos!
Me pareció rara su prisa por irnos. Pero cuando vi que la profesora me hacía señas, mientras se acercaba. Supe que algo me ocultaba…
- ¡Disculpe, señor Min!
- No, no, ¡corre papá! Esa señora es mala…
La chica de unos 30 años se acercó a mí. Hizo una reverencia, imite la acción como pude, ya que tenía a la niña en brazos.
- ¿Si?
- Quería hablar con usted un poco de Sun.
La chica me agarró el brazo, pillándome por sorpresa y consiguiendo incomodar me. Entiendo que aquí es algo normal, pero para mi cultura, no lo es.
- ¿Es importante? Es que debo recoger a Hae.
- Oh si, si lo es. Pero podemos hablarlo tomando un café.
- No creo que pueda… debo volver a casa con mi mujer embarazada.
Dije, recalcando que estaba embarazada. No me gusta que me este coqueteando, me incomoda muchísimo. No soy bueno con las mujeres, y prefiero seguir sin serlo. La única que me importa ya está casada conmigo y no conseguirá el divorcio. Eso sonó egoísta.
- Oh ya veo… Si ya conocí a la madre de Sun, pero pensé que ustedes estaban divorciados y Joan era su pareja.
- Seguimos casados. Y vamos a tener otro bebe. Nuestra familia es especial, no creo que lo entienda. Y tampoco debe importarle.
- Entiendo. Disculpe, señor Min. ¿Podría venir junto a su mujer a una reunión?
- Claro. Mande un correo a mi mujer, con el día y la hora. Si me disculpa debo irme a por mi otra hija.
- Espere, aún debo decirle una cosa.
- La escucho.
- Sun se niega a hablar o trabajar en clase, ¿podrían hablar con ella y ver qué le pasa?
- Lo haremos. Tenga buen día, señorita.
Dicho eso, me solté de su agarre y me alejé por el pasillo. Terminé llegando a la clase de Hae. Minutos después ya estaba en el coche con las niñas camino a casa.
- Oye niñas… ¿Qué piensan de un hermanito o hermanita?
- ¡Si! Yo quiero una hermanita, papá.
- ¿Y tú, Sun? ¿Qué piensas?
- No lo sé papá… no quiero una hermanita.
Aproveché el semáforo, para mirarla. La pequeña jugaba con sus manitas, mientras le salía un tierno puchero triste.
- ¿Por qué no quieres?
- Si viene una hermanita, Mamá y tú no estarán conmigo.
Lo entendía. Sun es la pequeña de la casa, así que entiendo perfectamente que no le agrade la idea de tener que compartir y dejarle el puesto de pequeño a otro. Con Hae fue diferente, ya que ella y Sun se llevan muy poco tiempo.
- Sun cielo, aunque venga un nuevo hermano o hermana, seguirás siendo mi pequeña
- hay que saber compartir, Sun.
La pequeña seguía sin agradarle la idea, tuve que volver a centrarme en la carretera. El resto del trayecto, las dos niñas estuvieron hablando de la escuela y de otras cosas que yo no entendía, pero ellas sí. Creo que hablaban de dibujos o algo así.
Llegamos a casa, tuve que dejar el coche en el parking de Teo. Y cruzar a la otra acera, para entrar en el edificio de la chica. Subimos en el ascensor y cruzamos el pasillo hasta su puerta. Por suerte me llevé las llaves de la casa antes.
Abrí la puerta y las dos niñas entraron, la cachorra de Joan fue la única que vino a saludarnos.
- ¡Ay Zoe no me des besitos!
El cachorro a pesar de ser un cachorro, ya era casi más grande que Sun. El perro intentaba lamer la cara a ambas niñas, mientras movía la cola y daba saltitos.
Deje las mochilas de ambas niñas en la entrada, junto a sus abrigos. Sun se fue directa al sofá, mientras que Hae se metió en la cocina.
- Papá, mamá está durmiendo en el sofá.
Me dirigí hasta ella, la chica dormía en el sofá, junto a Zheus. Este estaba apoyado en el vientre de la chica. Cuando me vio levantó la cabeza. Al principio me dio miedo, pensé que me atacaría en cualquier momento. Pero no, el perro movió su cola, en símbolo de felicidad. Acaricie su cabeza
- Buen chico. Sun siéntate en el otro sofá, mientras preparo la comida, no despiertes a mamá.
La pequeña asintió, tape a la chica con una manta. Para asegurarme de que no cogiera frío. Ya tiene bastantes cosas encima, como para resfriarse ahora. Sun se acomodo en el otro sofá, con el mando de la televisión entre sus manos.
- Yo también quiero papá, taparme
Sonreí negando con la cabeza, para terminar cogiendo otra manta y tapando a la pequeña. Quien sonreía, mientras se acurrucaba.
Me dirigí a la cocina, y empecé a preparar la comida junto a Hae, quien hacía de mi pequeña Chef.