La chica me besó, no parecía estar consciente de lo que hacía. Era como si fuese sonámbula. Creo que esto no está bien por mi parte… No debería seguirle el royo, pero es tan real.
Si la despierto puede no ser bueno. Pero si le sigo el rollo esto puede ser bueno o muy malo.
- Castle esto no está bien… Pero quiero hacerlo, dios soy un idiota.
La chica dejaba pequeños besos húmedos por mi cuello haciéndome estremecer. Iba a negarme y a levantarme, pero la chica literalmente estaba encima de mi. Es como si ella deseara este momento. Espero que al menos no piense que soy Joan, eso ya sería muy vergonzoso para mi, y mi final…
No lo aguante, la necesitaba. La di la vuelta, quedando ahora yo, encima de ella. La chica mantenía sus ojos cerrados. Empezamos a besarnos de una forma muy intensa, hasta el punto de llegar a ser con lengua. Mi subconsciente me gritaba que no lo hiciera, que no estaba bien. Pero mi cuerpo lo deseaba. Lo deseaba tanto…
No sé en qué momento pasó, pero ya me encontraba sin camiseta y la chica ya estaba en sujetador. Dios San, vas a ir al infierno por esto.
{♡¤♡}
Caí rendido a la cama, estaba agotado y tenía la respiración muy agitada. La chica estaba todavía más cansada. Me quedé mirando el techo de la habitación. Lo admito fue la mejor noche de mi vida, la echaba tanto en falta. Llevaba desde que nació Sungi, sin disfrutar plenamente de esto. La otra noche no contó para ser sincero, en esa vez sentí que fue solo sexo. Pero esta vez lo sentí diferente. Además me sentí mucho más seguro de mi mismo cuando dijo mi nombre. Aun tengo posibilidades con ella. Eran las 4 de la madrugada. Decidí levantarme y bajar a beber agua, estaba sediento. Me levanté aún con la respiración agitada y bajé a la cocina como dios me trajo al mundo. Ni me molesté en ponerme unos pantalones.
Bostece mientras cruzaba la sala, para llegar a la cocina de estilo americana. Me fijé bastante en toda la sala, cualquiera diría que es más mi casa, que la de Joan. Son tonos tan elegantes y los adornos son muy minimalistas, nada que ver con Joan. Eso me da a entender que Castle fue la que decoró la casa. Ella tiene un estilo bastante parecido al mío hablando de decoración. La enorme cristalera era lo que más llamaba la atención. Estamos en una décima planta, literalmente se ve toda la ciudad, la de Teo es una novena planta. Así que se puede ver perfectamente toda la sala de Teo. Las luces están encendidas, así que deduzco que Teo está trabajando de madrugada. Según él, en la noche trabaja mejor y más fluido.
Seguí mi camino a la cocina. Busqué algo de comer por los armarios, me comí unas galletas princess. Si, le quité las galletas a mis hijas. Después bebí agua y volví a las escaleras. Zheus y el otro perro de Joan, estaban durmiendo en una cama junto a la entrada. Ni me había enterado de que estaban. Subí de nuevo a la habitación y me metí en la cama. Esta vez decidí ponerme ropa interior, ya me he paseado bastante desnudo por la casa de Joan. Jodete Joan. Diría algo más grosero, como que utilice su cama para cosas nada santas. Pero me quedo con Jodete Joan.
Tampoco sé qué clase de relación tienen estos dos… ¿Le habrá contado lo que hicimos la otra vez? si son pareja oficialmente esto sería una infidelidad por parte de Castle. Pero puede tratarse de una relación de amigos con diferentes beneficios íntimos. O beneficios sentimentales. Pero tampoco se podría decir que es infidelidad porque ella y yo seguimos casados, en tal caso me estaría siendo infiel a mi, con Joan… Menudo cacao mental tengo ahora mismo.
La chica me sacó de mis pensamientos, empezó a moverse, hasta apoyar su cabeza en mi pecho y abrazarme por la cintura. Estaba totalmente dormida. La rodeé con mis brazos, mientras acariciaba su espalda. Podría tirarme así toda la vida…
Terminé quedándome dormido.
{☆•☆}
Punto de vista Khloe
Me desperté por el timbre de la casa, no dejaba de sonar. Bostece mientras me estiraba, todo bien hasta que hablo los ojos y tengo a milímetros la cara de San. Literalmente nuestras narices se rozan, el chico está recargado sobre mi. Como si fuera su almohada.
- ¿¡San!? ¿¿Qué haces aquí??
- Sh, dejame dormir.
Intenté quitármelo de encima, pero ponía más peso.
- ¡Quítate! ¡Largo, largo de mi casa San!
- No te aclaras eh… Anoche literalmente me comiste la boca y ahora me echas tal cual perro.
- ¿Qué yo hice, que? Osea no fue un sueño…
Lo último lo dije en susurro, pero el chico lo escuchó debido a la cercanía.
- ¿Un sueño? ¿Tienes sueños conmigo?
- Si… osea ¡no! No los tengo. ¡Sal de mi cama!
- Espera espera… ¿¡Tienes sueños húmedos conmigo!?
- claro que no idiota.
- Estás mintiendo, has arrugado la nariz Castle…
- ¡Ya quítate, están llamando a la puerta!
- Que siga llamando. Estamos hablando… si quieres podemos repetir, no hace falta que lo sueñes, puede hacerse realidad, Castle.
- No, no y no. Va en serio puede ser Joan el que esté llamando. Quítate.
Ordene, el chico sonrió de lado. Puso aún más peso.
- Si es Joan, que se joda.
El chico comenzó a besar mi cuello, hasta llegar al canalillo de mis pechos. Trague en seco, mientras cerraba mis puños por la tensión. Tenía mis ojos cerrados y mordía mi labio inferior. Suplicando por qué se quitará.
- San las niñas están con él, haz el favor de quitarte.
- Lo haré, pero primero quiero que me digas una cosa.
Él seguía con sus tontos besos.
- ¿Qué cosa?
- Admite que tienes sueños húmedos conmigo. Si lo haces me quitaré.
- San las niñas…
- Se que no son ellas. Joan está en casa de Yug, y no vendrá hasta la hora de comer.
- ¿¿Cómo sabes eso??
- Utilice tu teléfono. Tenías una conversación muy rara con Joan…
- No toques mi teléfono San.
- Pon una contraseña más difícil, Castle. El cumpleaños de Sun, el día que falleció Hee y el día de nuestra boda.
- Por favor quítate.
- Admítelo, Castle. No tengo nada mejor que hacer, así que puedo pasarme el día aquí.
Esta vez me beso en los labios, intente no seguirlo. Pero terminó ganando. Nos separamos por falta de aire.
- Vale, lo admito. Si si tengo. Ahora quita por favor.
- ¿Qué es lo que tienes..? No me ha quedado muy claro.
- Idiota… tengo sueños húmedos, eróticos como te salga de los cojones decir, contigo. ¿Contento?
- Pues la verdad es que si, muy contento. Yo también los tengo Castle. Te necesito, tanto como tu me necesitas a mi.
- No puedo hacerme esto, por favor quita de encima.
El chico asintió, para después quitarse de encima. Me puse la bata de seda negra para taparme. El chico me miraba desde la cama, con una gran sonrisa. Idiota. Se levantó y se puso la bata de Joan. Baje a la sala, con el detrás. Llegué a la puerta y abri.
- Jun…
Este entró, sin esperar que lo dejara pasar. Literalmente me apartó de la puerta y la cerró.
- más de media hora estuve llamando. Porque tarda… ¿San?
Nos miró a los dos, yoongi sonreía de manera pícara mientras asentía.
- No, no es lo que crees Jun…
- ¿¿Os habéis acostado??
- Si, y varias veces la misma noche.
- ¡No! Jun no…
- Jun si.
- Jun no.
- Jun si…
- vale, vale, paren. Me quedo claro, os habéis acostado, eso es obvio, viendo vuestras pintas.
- Yo necesito ducharme y prepararme es el cumpleaños de Sun y tengo que preparar todo.
- Por eso vine yo. Para ayudarte, traje cosas para comer y hacer canapés. Y pensar que a esta hora Sun ya quería salir…
- Literalmente, a esta hora es cuando rompiste aguas. Estábamos en el campus celebrando nuestra graduación.
{☆▪︎☆}
- No me lo recuerden, lo pasé horrible. Qué vergüenza… me voy para arriba.
Sin más, la chica subió las escaleras. Suspire mientras recordaba ese día.
- Recuerdo que yo estaba literalmente muerto de miedo.
- Si, estabas más histérico tu, que ella.
- Cierto… ahora que lo recuerdo, fue bastante gracioso. Y los chicos estaban igual de asustados que yo.
- Estas semanas me recuerdas más al San del campus. Estás volviendo a ser tu, San.
- Yo también lo siento. Cuando estoy con ella, vuelvo a ser yo.
- Pues ya sabes, no la cagues más. Deberías ir a vestirte, podría llegar Joan….
Justo la puerta le interrumpió, y por esta entró el nombrado con las dos niñas. Los dos cruzamos miradas, me miró de arriba abajo. No estaba nada contento. Sin embargo las niñas vinieron a mi corriendo.
Las sujete en brazos a las dos, para después besar la cabeza a ambas niñas.
- ¡Papá! ¡Has venido!
- Obvio, no iba a perderme el cumpleaños de Sun.
- ¿Ha no? ¿Y qué pasa con el resto de cumpleaños? Ya es el cuarto cumpleaños, llegas un poco tarde.
Me dolió, pero era verdad.
- Joan… No es el momento.
- Pues yo creo que es el mejor momento.
- Niñas vayan a ver la televisión. Papá tiene que hablar con el tío Jun y con este.
Dije señalando a Joan. Las dos niñas asistieron y se fueron para la sala. Joan se cruzó de brazos, mientras me miraba con una ira. Si las miradas mataran, estaría muerto por culpa de Joan.
- No es momento para que os pongáis a discutir, es el cumpleaños de Sun.
- ¿¡Qué haces con mi bata de Iron Man!?
- He dormido aquí, con Castle.
Vi como el chico cerró los puños con fuerza.
- Osea que solo vas detrás de ella para tener sexo. Ni te importa lo que le pase ¿no? Si lo único que vas ha hacer es hacerle daño, mejor vete de nuevo y no vuelvas. Castle merece algo mejor que tú. Solo eres un cretino que solo piensa en sí mismo, ridículo.
Dicho eso, cogió su leche de plátano de la nevera y se fue para arriba.
- Razón no le ha faltado. Estoy con él, deberías dejar de jugar y centrarte en lo que de verdad quieres. No juegues con sus sentimientos para después tirarla como un trapo.
- No voy ha hacer eso, hyung. Ya la he perdido una vez, no puedo perderla de nuevo.
- Eso espero, San.
El Mayor se puso a preparar la comida, mientras yo me fui con las niñas. Joan me tiró la ropa desde arriba, como si me estuviera echando tal cual amante. Me vestí en la sala, no me quedo de otra.
- ¿Por qué Kookie y tú peleáis?
- Es complicado, hija. Joan es el hermano pequeño que se la pasa molestando.
- ¿Como Sun?
- ¡Papá yo no soy!
La pequeña estaba abrazada a mi cuello, estando de pie en el sofá. Mientras que Hae abrazaba mi brazo.
- ¡Si lo eres!
- ¡Papa dile algo!
- Hae no molestes a Sun, es su cumpleaños.
Estuve un rato más con las niñas, después Hae se quedó jugando con Zheus. Mientras Sun seguía agarrada a mi, como un koala. Intentaba ayudar a Jun, pero con Sun en brazos me costaba un poco.
- Sun cariño, ¿Por qué no vas a jugar con tu hermana?
- No quiero papá.
Diría que estaba rara, pero ella es así. Cuando me quedo con ellas, Sun es la más cariñosa y apegada a mi. Hae es más independiente, aunque parezca al revés. Sun parece ser fría y distante como yo, pero necesita ese afecto que también necesito yo. Por algo es mi hija…