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Estaba demasiado alterado, por lo que acababa de leer. No puedo dejar que le pase algo a ella o a las niñas. Puede que haya sido demasiado grosero con ella, pero es por su seguridad. Se perfectamente lo cabezota que es y se que no me hara ni puto caso si se lo digo, por eso se lo ordene como jefe. De esta manera no puede desobedecer me, porque podría echarla del caso. Sabe que puedo hacer eso y que lo haré si hace falta. De hecho ya envié un mensaje a comisaría, con la orden de que la inspectora Min tiene prohibido pisar comisaría hasta nueva orden. Si va, no la dejaran entrar. No me gusta tener que llegar a este punto y sé que esto no ayudará en nada a nuestra relación. La chica estaba de brazos cruzados sentada en el sofá. Ni me miraba. Estaba molesta conmigo, es obvio. Mientras yo daba vueltas delante de la televisión. Por fin colgué el teléfono, llevaba una hora y media haciendo miles de llamadas. Rich fue el último en llamarme. Le expliqué lo que pasaba y lo que leí en el papel. Tuve que mandarle fotos del papel. Dejé el teléfono sobre la mesa y suspiré pesado. - Vendrá una patrulla, con dos policías y se encargaran de vigilar la puerta. Mi equipo de Corea está viniendo, para ayudar en el caso. La chica seguía sin mirarme, cruzaba los brazos mientras miraba a cualquier parte del salón, menos a mi. Por mucho que diga que es una adulta, es una mocosa. Se comporta como una mocosa. - Ya ¿puedes dejar de comportarte como una niña? Somos adultos, Khloe. - Cuando tu dejes de comportarte como un abusón de primaria. - Soy tu jefe, y lo hice por tu seguridad. Bastante que no te eche del caso. - Ni se te ocurra hacer eso, si lo haces olvídate de mí. - Eres muy infantil… Ve a tu habitación. —le ordené con autoridad. - Lo que tú digas. La chica se levantó de mala gana, para después subir las escaleras. A los mitos escuche un portazo, de la parte de arriba de la casa. - Como Sun me salga así, la que me espera… —hable en voz alta estando solo. Justo las niñas entraron por la puerta, con Jackson. Hae le iba contando una historia muy rara, mientras Sun lloraba y pateaba a Jackson, desde sus brazos. - ¡Papá! Me acerque de inmediato, y la sujete en brazos. - ¿¿Qué le pasó?? - Cuando la recogí de clase ya estaba así. Hablaba de algo raro, no la entendía. Solo decía "mamá, debo ir con mamá". - Yyuda a Hae con su mochila. Eso fue una excusa, para distraer a Hae y a Jackson. Subí con Sun a la parte de arriba y entré en la habitación. - ¡San! Llama primero. Dijo mientras se tapaba con la toalla. Estaba por meterse en la ducha. - No importa, ya te he visto desnuda, tenemos dos hijas ¿recuerdas? Sun quería verte. - No puede esperar a que me duch… ¿¿qué le paso?? La chica se acercó inmediatamente a la pequeña, que seguía en mis brazos. Y revisó su brazo. Me miró y volvió al brazo de la pequeña. - ¿¡Donde ha estado la niña!? ¿¿Quién le ha hecho esto?? No me había fijado en el corte que tenía la niña en el brazo. - Solo ha estado en clase… Jackson fue el que las recogió. - Alguien le ha hecho una marca en el brazo. Deje a la niña en la cama y los dos revisamos bien el corte del brazo. - Esto no es normal, ¿¡que clase de psicópata le hace esto a una niña!? Voy a denunciar a la escuela. - Esto no tiene nada que ver con la escuela… es un número. Más concretamente un 7, San - Un número… ¿Quién te hizo esto, Sun? - El señor del recreo. —dijo la pequeña aún con la nariz roja por el llanto. - ¿¿Qué señor?? —preguntó Khloe desesperada. - El señor del recreo, viene todos los días. El dijo que era tu amigo, mamá. - No puedo permitir esto, ya te ha tocado a ti, y ahora a las niñas. No van a salir de casa, ninguna de las tres, ¿¡me escucharon!? Voy a preparar todo para irnos a Seúl, me da igual que te niegues. Ya no es solo por ti, es por las niñas. - No voy a negarme, estoy contigo, San. Esto ya no es solo conmigo, ha tocado a las niñas. - Prepara las maletas, el viernes cogeremos un vuelo a Seúl. - Llamaré a Lia, me quedaré en su casa. - ¿Qué? no, ustedes tres volverán a nuestra casa. - No quiero volver a esa casa, San. Suspire profundamente, lo entendía. La vez que estuvimos viviendo juntos, no nos fue bien. Terminamos muy mal. Pero aun así, insistiré. - Ya lo hablaremos. Ahora voy a hacer un par de llamadas, ¿atiendes tú a la niña? - Yo me encargo, le daré un baño y curaré la herida. Habla con Yauren y que revise bien el cadáver de Estela. Asentí, para después salir de la habitación. Me dirigí a la cocina de la casa, donde estaba Jackson con Hae. Esta le obligaba a sentarse en su sillita de princesa rosa, tenía hasta una diadema puesta. - Hae, cielo ve a ver la televisión. Papá tiene asuntos importantes que tratar con Jackson. - ¿Vas a partirle las piernas como dijiste que le harías a Joan? - ¿qué? No a mi no San, yo no tengo nada, nada que ver con Khloe… osea yo soy homosexual, no me atrae nada de nada Khloe. Lo juro porque se rompa esta silla ahora mismo. Justo la silla cedió y terminó en el suelo, con la pata de la silla de princesa rota. Me crucé de brazos, aguantando la risa. La cara del chico era todo un cuadro. - ¡Fue mera coincidencia! He cogido peso, la silla cedió y yo caí, la pagaré, lo prometo. ¡No me mates San! Decía dramáticamente, aún desde el suelo. Le faltaba besarme los pies. A Hae le hacía gracia la escena, menos eso de que hubiera roto la pata de su silla favorita. - ¡Vale, lo admito! A pesar de atraer me los hombres, Khloe siempre me gustó… no por su físico, si no por su forma de ser… te juro por mi perrito chispas, que ya no siento nada amoroso por ella. - No tienes perro, Jackson… - ¿No tengo perro? Chispas, debería comprarme uno. Dijo mientras chasqueaba los dedos y se tocaba la nuca. Es Jackson, que se puede esperar. - Ya, ya. Hae ve a ver la televisión. La niña obedeció, para quedar solo con el chico. Este se levantó y me hizo una reverencia. - Aigo… Déjate de estupideces, centrate por dios. Voy a llamar a Yauren, encargate de hablar con mi equipo y ver donde están. El chico me obedeció, saqué el teléfono y marqué a Yauren. - Señorita Park al aparato. ¿Qué desea? - Por dios no digas nada de eso, un simple sí, basta Yauren. - Eres muy aburrido. ¿Qué quieres Min? Estoy ocupada, haciendo la autopsia a dos compañeros de trabajo. - Si siento eso. Pero necesito que hagas una cosa muy importante, revisa detrás de las orejas de Estela Montoro. - Ya lo hice, había una especie de 2. Pensé que era un tatuaje al principio o un corte. Pero después lo analice bien y era un corte con navaja. Misma navaja con la que hicieron las marcas a las otras víctimas. - ¿¡Y por qué mierda no me llamaste!? - Porque hubo una bomba en mitad de comisaría y tuve que atender a compañeros que ahora estarían muertos si no es por mi, no se tal vez sea por eso. Notaba la molestia de la chica, desde el teléfono. He sido bastante grosero con ella. - Vale, lo siento. Pero estoy muy alterado. - Oh no lo había notado… notaste mi sarcasmo ¿verdad? Deberías tranquilizarte un poco. - ¿Tranquilizarme? Sun llego a casa llorando, la niña tenia un puto 7 marcado en el brazo. El se lo ha hecho, el tipo de la bomba y el que mató a las víctimas. El asesino tocó a mi hija, ¿¡entiendes!? - Te mandaré un informe con los resultados de la autopsia de Estela Montoro. He escuchado que el asesino va por Khloe, ¿qué haréis? - Wstoy pensando en volver a Seúl … pero no se realmente que hacer. - no creo que deban ir a Seúl. A Khloe psicológicamente no le vendrá nada bien volver allí. - ¿¿Pero qué hago con las niñas?? Ya las ha tocado, Yauren. - Lo se, pero no creo que el tipo sea tan estúpido como para volver a acercarse. Que estudien un tiempo en casa, hasta que tengamos una pista más. No salgan. - Te haré caso por ahora, pero tengo intención de llevarme a las tres a Seúl. - si haces eso, vas a terminar con Khloe. Psicológicamente ella no está preparada para volver allí. Debes entender eso. Mañana me pasaré, tengo que dejarte. Aun tengo que sacarle el pulmón al agente Rain. Pobre chico… no me agradaba, ¿sabes? Era todo un cerdo, el calmante hizo su trabajo. - ¿El agente Rain fue uno de los asesinados? No he escuchado nada bueno de él. - Si, un cristal le atravesó el pulmón. Sufrió antes de morir desangrado y entre terrible sufrimiento, eso me sirve de consuelo. El muy cerdo intentó sobrepasarse con la mayoría de mujeres de la comisaría, contando a castle y a mí. Por no hablar de la cantidad de antecedentes, no se ni cómo consiguió entrar en el cuerpo. - Note que no era muy agradable el primer día… ¿y la otra víctima es? - Otro agente, pero este era mayor ya. No creo que lo conozcas, no es de nuestro departamento. Bueno te dejo, este c*****o me espera. Sin más me colgó. Continúe con otras 7 llamadas, de media hora cada una. Ya estaba agotado, Jackson ya se había ido y Hae estaba entretenida aun con la televisión. Ya había cenado. - Hae a la cama, es muy tarde. La niña ya estaba adormilada, se frotaba los ojos. La sujete en brazos. - Dios, pesas mucho hija… La niña se limitó a rodearme el cuello con sus brazos y a apoyar su cabeza contra mi pecho, adormilada. Subí las escaleras y me dirigí a su habitación, abrí su cama y la tumbé con cuidado, para después taparla y acomodarla. La mire por unos minutos dormir, para después depositar un beso en su frente y salir de su habitación apagando la luz y dejando la puerta entreabierta. Después me dirigí a la habitación de la chica, se que hoy Joan no vendrá a casa, se ha quedado con Teo. Tenían que preparar una exposición para mañana. Y Teo trabaja mejor por la noche. Llegué a la puerta de la habitación, dudé en si abrir o no. Pero me decidí y terminé entrando. Sun dormía sobre la cama, pero la chica estaba en el suelo sentada, junto a la enorme cristalera que llegaba al suelo. Lo note, ella no estaba bien y era evidente. Me encargué de llevar a Sun a su habitación, sin que la chica se diera cuenta. No fue muy difícil, puesto que estaba metida de lleno en sus pensamientos. Después volví a la habitación y me senté a su lado, mirando las luces de la ciudad. De reojo la miraba a ella. - Tengo miedo… Inmediatamente la mire. La chica se mordía el labio inferior, mientras dejaba caer un par de lágrimas, sin llegar al llanto. No sabía cómo actuar, estoy también asustado. ¿Qué debo decir? - Es normal… - No lo entiendes. Tengo miedo de mi misma. Emocionalmente soy una bomba a punto de estallar. Y tú eres uno de los detonantes. La chica respiró profundamente, para después soltar todo el aire. Y volver su vista a la cristalera. - Te quiero, San. Y eso me mata por dentro. Me odio por eso. Me odio por solo pensar en ti, me odio por preocuparme por ti, cuando tu no lo hiciste por mi. Me odio por estar estúpida y jodidamente enamorada de un imbécil como tú. No sales de mi maldita mente y cuando pienso que ya te he olvidado, que ya puedo rehacer mi vida. Apareces de nuevo… Quiero ser feliz, San. No me lo pongas más difícil, por favor. - Para mí tampoco fue fácil, Khloe. Mi madre estaba viva, esa que pensé que había muerto cuando nació Yeo. Estaba viva todo ese tiempo y ¿cómo lo descubrí? Porque fue mi primer caso… no llegaba a casa, porque me quedaba en comisaría hasta la madrugada revisando y dando vueltas al maldito caso, esperando que todo fuera un error. Mi madre no era capaz de abandonarnos… eso pensaba yo. Pero si, nos abandonó por una mejor vida. Apareció degollada en el pozo cerca del campus. No te dije nada, porque acababa de tener un bebe. ¿Cómo iba a decirte algo así en tu estado? Resople, llevándome las manos a la cabeza. - Pero todo me pudo. Me acabé obsesionado con el caso, ahogaba mis penas en alcohol y dejaba de ir a casa, para no discutir contigo. No lo hice bien, lo sé. Pero yo también estuve mal. Fui un estúpido y no fui detrás de ti, por un jodido orgullo. Me sentí abandonado cuando te fuiste, pero estaba cegado, no entendía porque te ibas. Algo estúpido, puesto que nunca me puse en ti lugar. Cuando me quise dar cuenta, Joan tenía mi puesto. Vi las fotos que teníais los cuatro, viajaban juntos, iban a cientos de lugares como una familia unida. Y yo no estaba ahí… pero me lo merecía, yo no merecía estar ahí. Entiendo que prefieras a Joan, como pareja. - ¿Quién te ha dicho que Joan es mi pareja? - Es obvio, se pasan el día juntos… o sea duermen juntos y Joan se pasea en paños menores por la casa. - Joan es mi mejor amigo. Nunca hemos tenido nada. Él es como mi hermano pequeño. Dormimos juntos, porque cuando nació Sun sufrí de varias infecciones serias, Joan me ayudaba a levantarme de madrugada para ir al baño. Por eso dormía conmigo, además de ayudarme con Sun, ya que no podía levantarme por mi misma. Desde entonces dormimos juntos, se volvió una costumbre, además de que solo teníamos dos habitaciones. Él me ha visto en mi peor momento, así que no tengo ningún tabú o secreto con él, ni él conmigo. - Lo siento, mal interprete todo. Pensé que ustedes dos estaban juntos… fui un idiota también con Joan. Cuando lo único que hizo fue cuidar de vosotras por mi.
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