¡Emily, no cabía en su cuerpo del coraje! Susana, siempre trataba de hacerla sentir mal o de hacerla perder cara, se estaba cansando de esto, pero no quería dejarla sin trabajo, sabía que ella estaba sola y no tenía familia, pero que mal se portaba a veces quería sacarla a patadas. Tomo aire, se metió al baño para limpiar su ropa, necesitaba seguir trabajando si no se volvería loca. Recibió una llamada de un número desconocido, renuente a contestar, ya que no conocía el número, tuvo que hacerlo podría ser su adorado “esposo” o sus asistentes. —! Hola! Señora Larson, le hablo de parte del señor Larson. Se sintió incómoda como la llamo la voz del otro lado, pero se resignó así serian las cosas ahora en adelante. —Si dígame en que puedo ayudarlo. —Disculpe por molestarla, es qu