—Necesito des estresarme con urgencia. El caso de los Sierras me tiene estresada, estoy que mato a Edgar y lo tiro al rio para que nadie lo encuentre —dice ella amarrando su cabello en una coleta.
—Sí, ya veo, solo con la cara que has puesto, sé que las cosas entre ustedes no andan nada bien.
—Sí, tú sabes, eso de trabajar con un ex novio, no es para nada lo que yo pensaba, todo el tiempo chocamos en las ideas y en la manera de hacer las cosas. Si no fuera porque me voy a ganar un buen dinero con ese caso, no estaría allí con el —se toma el trago que le sirvió Mauricio, casi a fondo blanco— ¡Ahsss! Lo necesitaba.
—Cálmate amiga, o no llegaras a las diez de la noche —le digo, quitándole el vaso de las manos.
—Eso es lo que quiero —responde viéndome a los ojos— ¿y tú? ¿Qué haces con ese
