20 La nueva misión.

1264 Words
-¿Análisis?- niega con su cabeza- ¿No te hicieron análisis, Agustina? A esta altura del partido ya estoy más que furioso. Esto ya es una falla del estado. De cada parte de él. Omisión de asistencia, omisión de todas las pruebas y todo lo que la hicieron vivir. -Ser el sobrino de un general e hijo de un capitán del ejército me condenó. Pero te repito que no me arrepiento, Cristian. -¿Tu madre? -Internada en un hospital psiquiátrico. Fue mucho para ella lo que hice- abro mi boca incrédulo ¿lo que ella hizo, que?- Despertar con su pareja muerta, abusada inconsciente y su hija condenada por homicidio. Que lo diga con tanta normalidad como si hubiera sido su culpa, termina por romperme. Ya no se que siento. Una reverenda injusticia hicieron con ella. -No tengo palabras- seco las lágrimas de mi rostro. He visto mucho. De verdad se ve mucho. Pero que te lo cuenten, así como ella lo cuenta, todo lo que vivió, todo lo que le arrebataron y le siguen arrebatando. Esto no tiene expresión. -Ahora tu dirás si me crees o no- sus labios se presionan y vuelve a abrazarse a si misma. -¿Cómo puedes preguntar si te creo? Por supuesto que te creo y te voy a sacar de acá. - decreto señalando hacia el cuartel. -¿Cómo planeas hacer eso?- pregunta en un susurro. -Vas a dar esos exámenes libres, vas a graduarte y vas a quedar libre. Es lo que necesitas. - enumero cada parte del plan. -Él no lo va a permitir. - niega retrocediendo. -Miguez me ordenó llevarte a mi a presentar esos exámenes. Si no los salvas voy a destinar todo lo que me queda para lograrlo, - me adelanto un paso- te voy a conseguir el mejor abogado y los voy a hacer pedir perdón de rodillas- culmino con mis dientes apretados señalando el piso debajo de nuestros pies. -¿Porque harías eso? ¡Es una locura, Cristian! Pones en juego toda tu carrera. -Yo ya había pedido mi baja. - suelto sin más. -¿Por? -Porque no quiero pertenecer a algo que en vez de buscar paz, busca guerra. Que en vez de luchar contra las injusticias, las hace. Asique, ¿Formas parte de esta nueva misión, Agustina? Estrecho mi mano rogando que quiera hacerlo, que le quede algo de valor para pelear por ella misma, algo de fe en las personas que la rodean, porque sin ella, la nueva misión no existe. Sus ojos van de mi rostro a mi mano una y otra vez. Baja los brazos a los lados de su cuerpo y extiende y arrolla sus dedos. Todas las dudas y las certezas están en su mente. Si ella no es capaz, nadie puede. -La última vez que vuelvo a confiar- aclara antes de tomar mi mano. -Gracias por el voto de confianza. - presiono mi otra mano en su hombro respetando su espacuo personal- Vamos por un café. -Quiero mate- pide timida. Nos movemos apenas un tramo y comienzo a cuestionar mis propias acciones en todo este tiempo. -¿Porque nunca pediste?- le cuestiono mientras avanzo hacia la tienda a paso tranquilo y la observo de reojo. -Porque nadie lo hizo y yo menos. Rememoro las veces que lo aprontamos y es verdad. Ellos tomaban solo café y Diego y yo nos hacíamos unos mates. -Puedes pedirlo cuando quieras. - le aseguro. -Okey. - asiente guardando sus manos en los bolsillos. Caminamos uno al lado del otro, se detiene para respirar profundo y continúa hasta llegar a la tienda. Cada uno toma un lugar y Diego me pasa un mate. -Puse a calentar el pan para más tarde y tengo un trozo de costillas en el fuego- informa. -Siempre atento, Diego. Gracias. - palmeo su hombro- Agustina quiere mate también y tenemos una nueva misión. -Ahora si se pone bueno el verano, Cristian.- se refriega las manos con emoción- ¿Qué vamos a hacer? -Primero que nada, vamos a descargar todos los programas de su orientación- señalo a Agustina- La vamos a preparar y los va a salvar a todos. -¿Cuántas materias son, Agustina?- Diego la suma al plan sin titubear. -En realidad son solo cuatro. Como soy mayor de edad estoy en un bachiller especial y las materias se dividen en semestres. Nosotros nos miramos y sonreímos satisfechos. Menos materias, menos para estudiar en el tiempo que tenemos. -Traigo un lápiz para anotar. - voy por los insumos, revuelvo en el bolsillo de mi mochila y vuelvo.- Dime. -Tengo historia, matemáticas, informática e inglés. - enlista dándome el tiempo para anotar cada cosa en columnas. -Computadoras y matemáticas, acá- me señala el cabo- yo te ayudo con historia ¿de que época? -Toda uruguaya, desde la colonización hasta la dictadura- comenta y yo registro esos datos. -Bien. Inglés va a tener que ser Monterreal, porque al menos yo poco y nada.- vuelvo a anotar y sumo el signo de interrogación-En matemática ¿Qué están preparando? -Financiera y ecuaciones de primer, segundo y tercer grado- una sonrisa se hace dueña de mi rostro- Y soy malisima en ello. - acota con una mueca. -No importa. Tiempo tenemos y vas a ser la mejor- le aseguro- ¿Con inglés como te llevas? -Más o menos.- hace el gesto con una mano- Nunca fue excelente, pero tampoco me la llevaba a examen, solo el año pasado por razones que ya conocen y lo perdí con cinco, pero como era libre, si no sacaba seis, no podía avanzar. -Digan que hoy nadie va a estudiar porque mis neuronas no hacen enlaces- súplica Diego y yo largo la carcajada. -No, amigo. Ni siquiera tenemos libros. Hoy vamos a disfrutar la tranquilidad, el aire libre y a mirar las estrellas. -Entonces ahí va mate- se lo extiende a Agustina. -Cuéntanos de porque entraste al ejército, Diego- pide la chica. -Entré porque pensaba que iba a hacer algo bueno por mi país. - sube sus hombros. -¿Ya no?- junta sus cejas y devuelve el mate. -Con lo que ví acá el año pasado contigo, lo de este año y un par de cosas más, lo único rescatable es la época del invierno. -¿Porque el invierno?- se sienta en posición de indio y acerca su torso. -Porque muchos lugares se inhundan- aclaro yo al ver que está mas receptiva- Muchas veces rescatamos gente de las crecidas, los realojamos y les llevamos insumos como abrigo, alimentos o medicina. -O sea que también tiene su lado bueno. - conjetura. -En realidad son las personas en el sistema, no el sistema en sí. En el Congo, los abusos y las muertes no pueden ser porque si. Cada fallecido por tu arma, tiene un registro y debe estar justificada, sino te llevan al calabozo hasta por meses con una única comida al día. - ejemplifico una realidad - Acá quien falla es la máxima autoridad, y puedo asegurarte que en otros lugares no pasa de la misma manera. -Los otros cuatro son un claro ejemplo de que la injusticia acá es solo para ti- acota Diego. -Ohm si. Cuatro que de echo, rogaron que los despidieramos de ti. - la miro directamente- Laura dijo y cito ' Dile a Agus que tiene que salvar esos exámenes y enseñarme a entrenar así' asique tienes otra razón para ver que no estas sola. -Me tienen mucha fe. - dice sonriendo. -Por supuesto que si- decimos con Diego a la vez y nos reímos todos.
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