Samara. ¿Qué si me volví loca? Seguramente que sí, ay Diosito, que llegue pronto porque si lo pienso demás… no, pues tampoco me arrepentiría, estoy segura de lo que quiero hacer con el chico lobo, ¡oh, vamos! Ese ha sido, en parte, uno de mis deseos y ahora estoy a minutos de cumplirlo y es que… esa cosa dura en medio de mis pompis, me está haciendo pensar demasiado. — Deja de moverte. Dice entre dientes cuando hago un movimiento (adrede) que me permite sentir mejor su cosa esa, sonrío de lado aprovechando que no puede verme, pero, la borro un poco cuando su nariz se posa en mi cuello, abro los ojos enormemente cuando muerde una partecita de mi piel. — ¡Oye!, ¡mira el camino que soy muy joven para morir! — El que te matará de placer soy yo. Responde para luego reír de forma sincer