Kenner.
Esto en serio me irrita y me divierte, casi a la misma intensidad, pero, ahora, justo ahora, estoy enojado, ella me ha dejado como un estúpido, de nuevo, además, de dejarme con la palabra en la boca, aprieto la mandíbula tratando de no romper algo.
— ¿Ya me vas a decir?
Pregunta mi madre, y como todo hombre, la miro directamente a los ojos, ella tiene la cabeza ladeada con una leve sonrisa.
— Madre, ni siquiera lo intentes.
Respondo comenzando a caminar, en realidad… debo ser sincero, este lugar es mi favorito en toda la manada, pero, como siempre suelen estar mis padres… haciendo sus cosas, decido irme al acantilado del cual también, Arya se ha apropiado, entonces solo busco un lugar que sea mi lugar. Pero, volviendo al punto, no vine aquí por eso, claro que no. Lo que suce
