Capítulo XXIX C APÍTULO XXIXQue ofrece una descripción inicial de los habitantes de la casa donde fue a parar Oliver y explica lo que pensaban de él En un elegante salón, si bien el mobiliario le confería un aire de comodidad tradicional más que de elegancia moderna, había dos mujeres sentadas a la mesa frente a un abundante desayuno. El señor Giles, vestido impecablemente con un traje n***o, les servía. Estaba de pie a medio camino entre el aparador y la mesa, con el cuerpo bien erguido, la cabeza echada hacia atrás y ligeramente inclinada hacia un lado, la pierna izquierda adelantada y la mano derecha metida en el chaleco, mientras con la izquierda, que colgaba pegada al tronco, sostenía una pequeña bandeja; y mostraba ademanes de ser alguien a quien le complacía regalarse pensando en