Dana lloró varios minutos en la ducha, recordando su niñez junto a Ivana, lo felices que eran y los sueños que ambas tenía. Ambas eran soñadoras, pero los sueños de cada una eran muy diferentes. Ivana quería encontrar a su príncipe azul, alguien que la rescatara del encierro donde la tenía su padre, que más bien era por protección al mundo que los rodeaba. En cambio Dana, ella soñaba con ser una profesional, trabajar hombro a hombro con su padre, lograr crear sus propios modelos de autos. Desde niña amó los coches, ella soñaba con convertirse en ingeniera automotriz, ser reconocida a nivel nacional y mundial. Pero tal parecía que no podría cumplir su sueño. Al igual que su hermana no lo pudo lograr. El príncipe azul con el cual soñaba terminó siendo el verdugo que la llevó a la muerte. E