Ella

1733 Words
Todo el tiempo que permanecía al lado de la señorita Darcy, para mí fue como una bomba de tiempo, yo ya había recién cumplido 28 años hace unas dos semanas atrás. Al volver, había ido a ver al abuelo, él logró sentarse con mucha dificultad en la cama, solo para decirme lo siguiente: —“Cuidado con el abuelo” —se sonrió conmigo y luego dijo —soy un hombre que le gusta ver como un hombre siembra vientos para luego cosechar tempestades. —Abuelo, ¿A que se refiere? —le pregunté con curiosidad. —Hablo de Hans, tu primo mayor, hace casi dos años atrás le di un ultimátum a él y a tus tíos, acerca de dejar esa actitud de hacer y deshacer. Lo escuché en silencio, callado. Él continuó y dijo: —Hay una joven, una doncella, ella es muy importante para mí—dijo el abuelo. —Me has sorprendido en estos últimos años, no esperaba una actuación tan sobresaliente de tu parte. —Hace dos años, todavía guardaba algo de fé en tu primo Hans, pero hoy todo eso ha cambiado —me explicó con clara señal de decepción. —En mi juventud siempre usé las estrategias, asi era siempre —dijo mi abuelo —lo escuché sin interrumpir y dejé que siguiera dando su discurso, pero lo que dijera a continuación, me sorprendió. —Elegí para ser la anfitriona de la familia a una bella joven, ella es una joven pulcra y dotada, digna de ser la esposa de uno de mis nietos, para mi nieto elegido. —Quien se case con ella, deberá ser el elegido para seguir la descendencia de nuestra familia —dijo a secas, sus palabras ahuecaron mi mente. A pesar de que el abuelo ya tenía 97 años, era lúcido de la mente y tenía una memoria envidiable. —Hace dos años atrás yo di a conocer la identidad de esa mujer a tus tíos Mike y Meredith. Y ellos sea por el interés de que Hans fuera el elegido logró que se comprometiera con la joven, pero sin siquiera buscar la forma de conocerla en persona. He estado al tanto de todo. —Por lo mismo, considero que Hans no puede ser mi heredero. Yo hice un total silencio. Total si no me habían elegido antes, era porque no me tenía en esa perspectiva. No era digno de ese puesto, pensé. A mi no me afectaba si llegaba a ser el heredero o no, eso no tenía importancia en mi corazón, yo ya había logrado en el mundo de los negocios , y ya tenía mi propio lugar ganado. Salir adelante por mi propio esfuerzo, era mi objetivo y lo estaba logrando con mi propio esfuerzo, claro, puedo admitir que llevar el apellido de mi familia era importante que más fácil las cosas, pero no me quitaba mérito de nada. Sabía que con esfuerzo podía llegar lejos. Así que me sentía ajeno a todo este asunto. —Sé que has logrado amasar tu propia fortuna, pero necesito que tú conquistes a la joven —se mostró ansioso y dijo —quiero que le hagas feliz, muy feliz. —Especialmente por que no confío en tu primo Hans, él ya cayó en la trampa que le impuse. —¿Que dices abuelo? —cuestioné con curiosidad. —Envié a alguien para seducirlo y él cayó redondo, lo cual me dice mucho de su carácter inestable. —Pero abuelo… —suspiré algo decepcionado, pero mi abuelo dijo: —Sentía que Hans no la quería ni un poco y yo no podía permitirle casarse así con ella —dijo con tristeza mi abuelo, él era un ser muy peculiar. —Estoy viejo y a punto de partir, necesito verte casado, Erick —mi abuelo en su tiempo fue un hombre que le gustaba imponerse, su voluntad era ley y para mí él seguía tratando de lograr eso, aún a sus noventa y tantos años, por eso pensé que no debía prometer que lo haría. Todavía pienso que si me acogió fue para tener una segunda opción además de su querido nieto Hans, quien siempre actuó creyéndose la última Coca-Cola en el desierto. —Ella es linda, te puede conquistar solo con que la mires una sola vez —dijo mi anciano abuelo, ¿como podía saber eso él de ella? ¿Que había detrás de todo esto? Tenía que averiguarlo. —Supuestamente hoy es el día de su compromiso —, me dijo el abuelo —pero por lógica, y por que me tienen informado que Hans piensa dejarla a su suerte, necesito que tú llegues allá y le propongas matrimonio. —¿Qué? —dije en casi en un alarido de voz quebrada. No podía creer que mi abuelo se comportara así de malparido conmigo. Sin embargo decidí ir a conocer a la mujer que tenía ganado la voluntad de mi abuelo, quien era el ser mas quisquilloso, me hacía tener intriga. Cuando la llegué a conocerla, entendí a mi abuelo. Ella era del tipo de persona que sin mover un dedo te conquistaba. O al menos lo hizo conmigo. Me sentí raro desde el momento en que crucé el umbral de la puerta y la vi de perfil, casi inclinada, la vi algo incómoda, le eché un ojo y luego aparté la vista, no quería que ella se diera cuenta de la reacción que causaba en mi y mi interés por ella. Percibí su semblante triste y pálido, ojos vivaces, mirada dulce. Mi primera impresión sobre la mujer era que me parecía cauta, nada frívola, era cuestión de que ella me viera con ojos de interés y yo significaría todo para ella, así pensé, y me asustaba mis propios pensamientos, pues nunca antes pensé en una mujer con tal sentimiento o interés. Así fue como la conocí, y como dijera mi abuelo, en la primera mirada, mi interés por ella tomó alas y voló alto. No llegué a pedir que se casara conmigo solo porque mi primo la había hecho de lado, ese menso nunca me hizo tomar decisiones. Lo hice porque ella me atrajo desde el primer segundo que la viera ahí sentada, su actitud era de alguien que no quería estar allí. El menso de mi primo siempre actuaba sin analizar sus actos, así que él no me provocaba ninguna necesidad de querer tomar decisiones importantes por su causa, aunque en ese momento eso era lo que parecía, el tonto no sabía ni lo que dejaba escapar de sus manos. Y continuando hablando de mi, desde ese día era como si mi carácter ya no implicaba por su cuenta, sino que reaccionaba de acuerdo a la actitud que ella me mostraba. Su nombre era Darcy y era cuatro años menor que yo y desde el momento que la conocí dejé de ser el autocontrolado hombre, pues me sorprendí de ese momento en adelante pensando en ella. Me volví lujurioso, empecé a pensar en tomarla de su cintura y atraerla a mi cuerpo, restregarme en sus pechos, todo un lujurioso en potencia. Yo soñaba en que cada noche me acostaría a su lado, y ser la última persona en ver esos ojos vivaces que ella poseía. Cuando volví donde el abuelo, él me sonrió y dijo: —¿Te prendaste de ella, no es así? Su observación me dejó patinando, ¿porque la tenía en gran estima y porque estaba seguro que me iba a gustar ella? Como no le respondiera enseguida, se echó a reír. —Bueno, exageras —dije tratando de no mirarlo. —¿En que exageró? —preguntó. —En que crees demasiado bueno de ella? —dije y vi como el rostro del abuelo se congelaba. —¡Entonces no acerté! —el abuelo estaba realmente triste. —Bueno… Dije casi ahogándome, debía dar a torcer mi brazo. —No sé qué tiene ella, abuelo ella me impactó —dije —me tiene babeando por ella —agregué y mi abuelo se entusiasmó. —¡Si! —dijo con alegría, parecía un niño pequeño con juguete nuevo. —¿Y … y que hiciste … dime qué pasó? —preguntó el abuelo. —Le pedí que se casara conmigo… —la cara de mi abuelo no escondía nada. —¿Ella aceptó casarse contigo, verdad? —me dió una ráfaga de preguntas. —¡Oh, wow, eso si es un wow! —dijo siempre mostrando entusiasmo. —Abuelo, la señorita Darcy me pidió tener un mes de noviazgo y acepté. La cara de mi abuelo se lleno de alegría total, luego me dijo: —En cuanto se casen, denme el privilegio de todavía cargar a mi bisnieto, quiero eso antes de morir —me sentí mal por que él mencionara la muerte, así que dije. —No menciones la muerte abuelo, por supuesto que estarás con nosotros muchos años más. Él se disculpó y dijo: —Perdona mi nieto querido, pero cuando ya llevas años así de vida, te das cuenta que el tiempo es oro. Asentí con la cabeza, los viejos saben porque ya tienen la experiencia, me dije. Solo quería alegrarle sus días a mi abuelo, aunque aceptando mis sentimientos, estaba feliz de estar con esa mujer. Con ella quería conocer su mundo, pasé de ser monótono a desear compartir todo, el desayuno en las mañanas, esas que antes me parecían aburridas y solitarias, ahora me atreví a soñar en que viviría con Darcy en una pintoresca casa de campo, elegir el color de su fachada y plantar una huerta. Deseaba también llenarla de mí hasta que ella me diera el primer bebé, el segundo bebé y el tercer bebé, una bebita para que se pareciera a ella, a sus ojos, a su boquita de fresa, sus facciones suaves y aterciopeladas. Su mirada tierna y su sonrisa dulce. Con ella quería saber escribir poesía para así llenar sus días de melodía. ¿Que clase de mujer era Darcy que todo el día me tenía pensando en ella? A veces sentía enojo con ella por lograr ese efecto en mi. Pero era también de ese efecto masoquism0, me gustaba estar así, aunque no estaba acostumbrado a una. —Creo que mi experiencia ha sido, “de no sentirme atraído por una mujer, a sentirme totalmente atraído a Darcy. ¿Se podría llamar obsesión?
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