Al finalizar su día lleno de diversión, decidieron capturar el momento con una foto en familia frente a la entrada del parque de diversiones. Los gemelos posaron con alegría entre Herick y Hilda, mientras el señor Héctor estaba en el extremo opuesto al de su hijo. De regreso a la mansión, los gemelos, aún llenos de energía, continuaron jugando en la sala hasta que sucumbieron al cansancio y se quedaron dormidos en el sofá, como hacía de costumbre. El señor Héctor, también agotado por la jornada, se había retirado a descansar en su habitación. Viendo a los niños dormir de manera profunda, Herick tomó a Helene en brazos y Hilda con cariño cargó al pequeño Herick en sus brazos. Con sigilo de no despertarlos, subieron las escaleras hacia el cuarto. Como si el fuera su verdadero padre, los acom