En el primer piso de casa le recibieron todos sus amigos de la infancia, acompañados algunos de sus padres, toda su familia, tíos, primos y parientes lejanos habían sacado el tiempo para compartir con Kamille su anhelada edad, sus tías le llenaron de besos, sus amigos de aplausos y todos vestidos en pijama le esperaban para cantar cumpleaños feliz entre una montaña de panqueques acomodados para formar la primer letra de su nombre.
—Antes de que soples las velitas, papá y yo te daremos un regalo—Dijo Leticia.
—Queremos darte esta cajita.
Kamille les miró sorprendida, más aún cuando se dio cuenta de que en su interior había un celular último modelo de iPhone, ella miró a sus padres, sus hermanos le dieron sus regalos también, un trípode y un selfie stick en su color favorito oro rosa.
—Tengo prohibidas las r************* —comentó aún molesta por la decisión
—Sí, pero, estabas muy emocionada por compartir tu día con tus seguidores y tus hermanos tiene una campaña… En internet, que dice #devúelveleelcelular.
Kamille rio y encendió su teléfono.
Lo habían programado como el anterior así que le fue fácil acceder a las r************* . Sonrió al ver el número de notificaciones que se marcaba en rojo y sobre todo al ver la cantidad de seguidores que adquirió en los últimos meses, la pasó mal pensando que sus padres habían arruinado lo que con mucho esfuerzo había construido, que había sangrado seguidores y por el contrario, había aumentado indescriptiblemente el amor hacia su contenido, le dio las gracias a sus hermanos y los dos, sonrieron antes de abrazarle.
Finalmente, cantaron cumpleaños y ella apagó las velas, todos sus amigos cercanos fueron colocados en mesas para poder disfrutar de un espléndido cumpleaños. Ahí enfrente de todos su abuelo le dio un llavero de oro rosa con un bocho.
—Este es lo bocho que te puedo dar cariño—Kamille le miró decepcionada y le dio un beso.
—Sigues siendo mi abuelo casi favorito—todos en casa rieron y Kamille puso su celular a grabar, dirigió la cámara hacia ellos y sonrió.
—Véanme la belleza, me regalaron un celular y un día entero con ustedes que si nos portamos bien nos dejan toda la semana. Oremos amigos, que nadie es tan implacable como mi mamá. ¡No! No estoy castigada, es una cuestión de seguridad, ya vieron somos 75 millones de seguidores, gracias a mis hermanos que han trabajado tan duro. Ahora, pedí un clásico vocho para mi cumpleaños 17 como todas las mujeres en Mainvillage, y aquí está su señor presidente diciéndome que no y me ha dado un llavero con un vocho para compensar.
—Es de oro de verdad, nena.
—Abuelo, hagamos dos encuestas, la primera,¿ a quién les gustaría en las próximas elecciones el señor Gabe Westborn o Kamille Westborn? Segunda pregunta, ¿vocho o a piecitos? Que el público decida.
Kamille se sentó junto a sus padres puso las encuestas, su abuelo rio y le preguntó qué era eso de 100 millones de seguidores.
—En i********:, abuelo. Literal, puedo ganarte en las elecciones presidenciales.
—Si esos 100 millones de seguidores fuesen solo de Mainvillage.
—¿Qué haces, mi amor? 100 millones de seguidores ¿Te subes en bikini? —preguntó Piedad y los chicos se rieron de su abuela.
—No… Me subo, normal, con la carita que Dios me dio a dar consejos sobre cosas importantes como el día, la felicidad, cuidado de la piel, alimentación saludable, rutina de ejercicios, mis intereses.
—¿Qué sabes de la vida?—preguntó su tía política y todos le miraron por indiscreta.
—Ay, ¿cómo que no, guapa? Sé cosas.
—¿Sí?
—Pregúntame algo…—Le retó Kamille.
—Mejor tu siguiente regalo. —Respondió rápidamente su madre para evitar una discusión familiar, porque a Kamille le gusta ganar más que la pelea. —Ellos te van a grabar hoy son los mejores camarógrafos de la ciudad y tu programa será transmitido en el canal de los P&P.
—¿En el canal de Marcela Powell?
—¡Sí! Y ella te estará entrevistando hoy en la tarde.
—Voy a respirar el dióxido de carbono que libera Marcela Powell.
—Así es.
—¡Ohhh por Dios! —Miró a sus padres sorprendida. —¿Qué hice para merecer esta muestra de amor y de respeto hacia mi futuro?
Se puso en pie y saludó a los camarógrafos, luego se acercó a Loreta, su tía, la cual no confiaba en su trabajo.
—Aquí tenemos a la típica mujer en sus cuarenta que cree que la vida se le acabó. ¡Yo les digo que no! Los cuarenta son los nuevos veinte. con dinero, ¡vengan!, van a ver lo guapa que va a quedar mi tía Loreta después de que la trasforme. Eso sí, la clave es hacerlo de adentro hacia afuera porque si no estamos saludables mentalmente ni espiritualmente fortalecida ¿Qué tenemos?
—Kamille...
—¿Qué? —preguntó y su tío rio seguido por sus hermanos.
—Ella no tiene cuarenta, tiene treinta y ocho.
—Ves, que sé cosas… No solo te ves mal, estás mal, tienes que trabajar desde tu interior hasta tu exterior para alcanzar tu edad cronológica—Todos en la mesa familiar rieron.
—Kamille, no sabía que insultabas gente por internet.
—Ella empezó—advirtió y sus tíos rieron.
—Yo voy a tomar unas fotos en mis pijamas junto a mis amigos, pero primero fotografía familiar, todos en pijama. Toda la familia Westborn reunida. Seguidamente, tomó una fotografía con mamá, papá y sus hermanos.
Todos sonreían para las fotos junto a la cumpleañera más feliz del universo. Kamille se paró sobre las escaleras cuando el desayuno acabó y todos se reunieron para escuchar lo que tenía que decir.
Kamille sonrió a todos sus invitados.
—No saben lo agradecida que estoy con todos ustedes por sacar un ratito para venir a felicitarme por mi cumpleaños, significa mucho para mí. Hoy y siempre quiero agradecer a mis papás por la vida que me han dado, tan llena de amor, con unos hermanos dulces y perfectos, los mejores y con esta familia tan grandiosa. Gracias papá y mamá por darme el regalo del amor.
Richard y Leticia se acercaron para darle a su hija un abrazo. Gabe, le dijo a su sobrina que le tenía una sorpresa en el jardín, que le llevaría como lo que era una reina, sus hermanos rieron al ver la cara de felicidad de Kamille, sus amigos emocionados le siguieron al jardín, ella sonrió porque creía saber lo que sería, pero su tío tenía una gran colección de conos color oro rosa en el camino de entrada, además, globos con formarlas y las letras de su nombre.
—Tómenme una foto con el hombre más guapo de la ciudad.
—Permiso, voy pasando —Dijo el presidente y todos rieron, al final Kamille se rio y se tomó una foto con todos los hombres de la familia.
Kamille escuchó las cornetas de unos autos y se volteó, no le regalaron un bocho sino tres, uno dorado completamente, otro oro rosa completamente y uno blanco con accesorios oro rosa, porque su padre, su tío y su abuelo no se decidían por quien era el que tenía derecho de comprar el auto para la chica.
—Les darás mantenimiento de tu bolsillo —advirtió Leticia y todos rieron porque Kamille ya estaba subida dentro del auto.
—Elise, vámonos —Dijo a su hermana y ella abrió la puerta del auto divertida. Dieron una vuelta pequeña y todos rieron porque Kamille es una pésima conductora, cuando lo parqueó lo hizo mal.
Y los tres que pelearon por regalarle el auto se rieron antes de ir a empujar para sacarlo del césped en el cual lo estancó.