Dicen que ser influencer es un trabajo agotador, fingir que todo va bien, que todo está perfecto, no hay días libres, no hay forma de obtener un reemplazo para vivir un emergencia en privado, las enfermedades se convierten en anécdotas de otros y el ejemplo en los libros de medicina, es que, nada es libertad cuando se renuncia a la privacidad y Kamille bueno, lleva la carga de lo más bien, creyendo que le habían criado para eso, ser una cara bonita y aparentar, ella simplemente se aprovechaba y enviaba mensajes claros, concisos y poderoso a quienes lo necesitaran. Es difícil su trabajo, sin embargo, lo difícil es ser un milenial, esa necesitada constante de ser exitosos, de ser los mejores, vienen genéticamente diseñados para ganar y triunfar.
Leticia volvía de correr con su esposo, le dieron una vuelta a la ciudad y cuando llegaron a casa se sorprendieron con la visita del presidente de la país , el expresidente y todo el servicio de seguridad posible, así como primos y tíos en casa, Ricky le dio un beso sobre los labios a su esposa y esta rio antes de ingresar a su casa tomada de la mano de su esposo.
—¿Qué está pasando? —preguntaron antes de ir a saludar a toda la familia.—¡Mi nieto juega hoy! Iré de encubierto... Gritaré orgulloso, apenas ganes llenaré de besos a toda la gente que no conozco y traeré ese trofeo a casa con orgullo—aseguró Gabriel antes de darle un beso orgulloso a William.
—¿Sabes que no soy tu nieto?
Todos se quedaron en silencio mirando a William.
—¿Qué acabas de decir? —preguntó Elise muy molesta. —Tú eres mi hermano—advirtió. —Los dos son mis hermanos, que sean adoptados y un poco diferentes no quiere decir que no seamos familia; nos cuidamos, nos queremos y tenemos los mismos papás.
Elise era la única hija biológica del matrimonio y se parecía mucho a su madre, una mujer de pelo n***o, ojos azules, alta y delgada. William tenía rasgos más marcados a alguna descendencia alemana e irlandesa, era blanco con pecas y cabello muy rubio, unos ojos grises espectaculares y por último nuestra querida influencer, Kamille, es una guapísima mujer afrodescendiente, con una cabellera distintivamente rojiza, su piel no es oscura, apenas bronceada y con algunas pecas en el pecho y las mejillas, nadie entendía de dónde salían aquellos rasgos genéticos tan distintivos y únicos, en una sola persona, si no insistiera en llevar el cabello afro nadie se daría cuenta de su descendencia africana, por lo demás, solía tener rasgos más escandinavos. Sus padres le había adoptado en París, de tan solo unas horas de nacida, tras vivir un fuerte enamoramiento con la pequeña bebé pelirroja de ojos brillantes y dulces, al menos, eso le decían los Westborn al resto del mundo, nosotros que sabemos la verdad... No podemos creer en nada de lo que ellos digan con respecto a la adopción de la socialité, dado que no fue lo más legal del mundo, un favor político tras otro y un cambio de versiones con los años. Tantas versiones sobre Kamille y su llegada al mundo.
En el presente, tantas miradas ante el outfit de la chica. Su abuelo le llamó con el movimiento de un dedo y ella se acercó, le dio un beso en la mejilla y él dijo:
—Kamille, nos explicas ese vestuario—pidió el abuelo.—Me veo súper bien, abuelo—contestó con una sonrisa.—Es la camisa especializada que mandé a hacer de mi hermano. Con estos shorts.
—¿Esos son tus calzones?
—Ya quisieran verme en calzones —Leticia le miró incrédula.—Y te queremos ver con ropa. Ve a ponerte algo que te tape Kamille.
—Mis amigas ya vienen por mí.
—No vas a salir así a la calle —Respondió William. —Agradecería que tuvieses ropa cuando decidas pasearte por los camerinos o algo.
—¡Qué amargazón!—La joven desbloqueó el teléfono y pasó la cámara por su hermano, su padre y su madre. —Aquí, con estos. Que me cambie de ropa. ¡machismo, señores! Solo porque el short se me ve divino, pero no importa. Yo sabía que este día llegaría—Subió las escaleras. —El día en que se me sexualizaran en mi propia casa.
—¿Siempre es así de dramática?
—Todos los días —Respondió William a su padre, luego vio a su hermana pequeña y le dio un corto abrazo. —Peque, ¿vienes conmigo o te vas con estos?
—Voy de encubierto con el presidente—dijo y besó la mejilla de su hermano.
La familia se dirigió en diferentes vehículos al partido, el camino de la casa Westborn Hamilton a la universidades bastante corto en 20 minutos ya estaban ahí. Ricky viajó junto a su hijo, como el padre orgulloso que era, su hija menor fue con su abuelo y el equipo de seguridad presidencial, ambos con pelucas y una vestimenta súper exótica, Leticia condujo sola hacia el lugar y se encontró con su esposo el cual le mencionó que estaba preocupado por William y su actitud ausente y depresiva.
—Mi amor, seguro le dejó la novia. Ya sabes cómo son los adolescentes.
—No es un adolescente, es un hombre, que está diciendo que no es parte de la familia, es nuestro hijo.
—Bien, más tarde le hablamos.
—Leticia, a veces no te entiendo.
—Ricky, amo a William y él a nosotros. Estaba nervioso esta mañana—Advirtió la mujer y fue sentarse con su esposo llenos de comida chatarra para ver el partido. La pareja se sorprendió al ver a Kamille con su grupo de amigas haciendo de porristas para los beisbolistas de la universidad. Uno de los asesores universitarios se acercó a ellos y les pidió unos minutos de su tiempo, finalmente, les entregó unos papeles.
—Sería un honor tener a Kamille en esta universidad, sin importar la carrera que elija y sus calificaciones tenemos un cupo para ella.
—Nos gusta que nuestros hijos se ganen las cosas—Comentó Richard.—Es publicidad gratuita a cambio de una educación de excelencia.
—Kamille decidirá en su momento en dónde quiere estudiar—Respondió Leticia con una sonrisa. —Muchas gracias.
En cuanto el hombre se alejó Richard dijo a su esposa: —Esto de los videos de Kamille tiene que acabarse.
El partido de William inició poco después y verlo fue una locura, su hijo, ahora que es capital logró hacer un home run, que le garantizó el éxito a su equipo, un partido muy peleado, en el cual, su hijo había sido el héroe. Viendo de cerca a su hermano mayor estaba Kamille, junto a Ima Cho, una joven e inteligente mujer, que había sido adorada por sus seguidores, sin embargo, cuando no puedes contra el enemigo únetele y eso fue lo que hizo para salvar su imagen. Kamille que escondía su sensibilidad para las personas cercanas y familia, sin embargo, se sentía muy cercana a Ima, como si la vida la pusiera constantemente en su camino, les gustaba comunicarse con sus seguidores, iban al mismo colegio; ella un año arriba jamás podría imaginarse la envidia que le tenía.
—Mill, ¿nos das una opinión?—preguntó una reportera.
—Claro —Se alejó de su amiga, la cual sonrió falsamente, porque toda esa atención antes era para ella.—Les he visto entrenar durísimo por este partido, es una alegría que se haya reflejado y próximamente estén participando en las nacionales.
—¿Quieres decirle algo a tu hermano?
—Es el mejor-mejor beisbolista del universo. Todos estamos felices de tenerle en nuestras vidas y de verle cumplir cada una de sus metas. Te amamos, Will. ¡Felicidades por la victoria!
—Mill, ¿estarás viniendo a esta universidad próximamente?
—Bueno, me queda muy bien el uniforme. Quién sabe qué pasa en el futuro.
¡Exacto, Kamille!
¿Quién sabe qué pasará en el futuro? Sobre todo en el tuyo.
En casa estuvieron amigos, jugadores, otros padres de familia, una celebración grandísima Kamille subió una fotografía del mejor equipo del mundo, sus papás y sus tres hijos. Sus padres le pidieron que les acompañara al despacho. Y aquella fue la primera noche en la cual tuvieron una discusión, ellos querían que su hija cerrara sus cuentas o al menos que lo hiciera más privado por el momento.
—No es justo, están anteponiendo sus carreras sobre la mía. —La pareja compartió una mirada y Leticia se sentó al lado de su hija.
—Mi amor, no es anteponer el trabajo sino la seguridad, papá y yo moriríamos si algo te pasara. Eres la nieta del presidente de Mainvillage, la sobrina del alcalde de la ciudad, la hija del jefe de seguridad del país y la hija de una fiscalía que enseña hasta su popo.
—No era mi popo, era la de mi hermano.
—Ayúdanos, señor—Rogó su padre mirando hacia el techo.
—Kamille, es peligroso, para ti, para tus hermanos—Dijo su padre.
—Hay comentarios muy hirientes.
—Ahh, papá.—respondió frustrada.— A todo el mundo le hacen malos comentarios. Uno tiene que quedarse con lo bueno.
—Vamos a darte de hoy a tu cumpleaños, si los comentarios malos están por todos lados y nos sabes diferenciar entre tu trabajo y vida familiar voy a hacer que borren todas tus páginas. —Advirtió su padre antes de salir de la habitación.
Leticia le dio un beso a su hija en la frente y le tomó de la mano para volver a la celebración de su hijo. William por la cara que traía Kamille supo que su hermana había sido convocada a una reunión de límites, le dio a su hermana un beso y le llevó directo a la pista de baile, ella sonrió y le acarició la mejilla, su hermana menor se pasó por el medio y los tres rieron.
Tanta fiesta y celebración acabó con los tres hermanos durmiendo en la misma habitación porque las otras estaba demasiado llenas, Kamille le dio un Advil a su hermana porque estaba demasiado borracha. Leticia fue a ver a sus hijos y molesta volteó a Elise de medio lado para que no se ahogara en vómito.
—¿Necesitan que venga a vivir a tiempo completo con ustedes? Son unos irresponsable. ¿Desde cuándo ella toma? No me hagas hablar de ti Kamille echando chamán a lo loco. Son terribles los tres.
—Déjalos, mañana hablamos de cuán castigados están—anunció Richard, Kamille y William les miraron serios aunque con ganas de reírse. Los cuatro escucharon la risa de Elise.
—¿Qué es un castigo?—preguntó. Sus hermanos se rieron de lo pedo que estaba.—Elise, ¿te metiste algo?—preguntó su papá mientras le sentaba en la cama.—El abuelo… Que no se entere el mundo, el presidente le dio alcohol a un menor en un partido universitario—Dijo y estalló a carcajadas.
Sus hermanos hicieron lo mismo al ver a sus padres horrorizados.
Leticia salió de la habitación con un¨mañana hablamos¨ y su padre estresado hizo lo mismo, ellos no tenían ni idea de que sus hijos se la pasaban más que bien y que habían creado una unión que les permita ser quién realmente eran frente al otro, pero, para sus padres seguían siendo honorables.
Kamille se acercó más a William y este le empujó hacia su cuerpo, puso su mano sobre la nalga de su hermana y ella con un lento movimiento comenzó a rozar la entrepierna de su hermano contra la suya, William le besó en los labios y le acarició el pezón, en cuánto ella gimió, el joven le recordó que lo que hacían era inapropiado, pero hacerlo con su hermana en la cama era aún peor.
Ninguno de los dos se detuvo.