Capitulo 18. El lanzamiento

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“El día más desaprovechado de todos los días es aquel en que no nos hemos reído”. —Nicolas Sébastien Roch El día 15 de abril del 2020 era el día programado para el lanzamiento de la misión, recuerde usted que era una misión top secret, pero bueno un cohete con un módulo espacial no es precisamente fácil de esconder a la prensa, en primera por el tamaño del artefacto y en segunda por la gran cantidad de gente que había trabajado en el proyecto y que, como a cualquier persona, de repente y muy a pesar del estricto contrato de confidencialidad en alguna conversación se le escapaba una u otra cosa, asi que tanto la NASA como la CIA sabían perfectamente que había cosas que escapaban a sus estricto control y supervisión por lo que para opinión de la prensa, se dijo que aquello era una misión de mantenimiento a la estación espacial internacional, lo que no revelarían era los nombres, nacionalidad y numero de los tripulantes, con el fin, de que los reporteros no buscaran entrevistas con familiares, y en caso de que alguno hubiera conseguido dicha información o cualquier otra que comprometiera la misión, habría que silenciarlo tan pronto como fuera identificado. No crea usted que resultaría demasiado complicado, resulta que, al menos en los Estado Unidos, la CIA cuenta con un equipo de periodistas, colocados estratégicamente en las agencias de noticias; incluyendo desde los grandes periódicos de circulación nacional, hasta las pequeñas imprentas locales, sin olvidar a los noticieros televisivos y por supuesto las cadenas radiofónicas. Estos periodistas son al mismo tiempo que periodistas, informantes en carácter de agentes y resulta que, el gobierno de los Estados Unidos, a través de la CIA, gasta millones de dólares anuales en este proyecto, todo con la finalidad de mantener controlada la información que llega a la ciudadanía. De regreso en el Harmani los astronautas se preparan, ya han recibido la orden, se les permite llevar en el equipaje dos mudas de ropa pantalón y playera o blusa, no debe ser ropa formal, mas bien debe ser ropa cómoda, y siete cambios de ropa interior, objetos personales si, siempre que no sean muy grandes y que quepan en una maleta. Por lo demás el Prometeo III debe llevar consigo equipo de primeros auxilios médicos, un botiquín con medicamentos de uso común y soluciones fisiológicas, comida deshidratada, pero como la de las películas, no va en tubos de pasta, no, es comida que puede prepararse rápidamente mas parecida a las pastas instantáneas, de hecho, es la misma comida que se ocupa para las misiones del ejército, además es muy abundante pues recuerde que es comida para doce años. Y usted se preguntará, ¿Cómo es que durara tanto?, pues resulta que el espacio actúa como un conservador excepcional, al no haber gravedad y no haber las condiciones suficientes de humedad, los hongos y las bacterias no se reproducen tan rápido y por lo tanto, la comida no se echa a perder, al menos no tan fácilmente como en la tierra. Además de la comida lleva un gran tanque de agua potable, es indispensable, para todos los usos, beber, asearse, cocinar, y créame que en el espacio cada gota de agua es un tesoro sumamente preciado, si bien la deshidratación en el espacio para el ser humano es mucho menor que en la tierra se estima que cada uno requerirá al menos un litro de agua por día de viaje, para un viaje de 12 años se requieren veintiséis mil litros de agua, además pastas dentales, cepillos dentales, toallas húmedas, etcétera, el problema es que aquello es muy pesado y todavía falta el combustible. Simons lo resolvería de la siguiente manera, para empezar durante el mes de febrero lanzaría dos sondas con combustible que serian acopladas a la estación espacial internacional. De tal manera que para esta ocasión un primer cohete llevaría a la tripulación y la mitad de los víveres al espacio, en un segundo lanzamiento programado horas más tarde llevaría un modulo no tripulado que tendría que ser acoplado manualmente en el espacio y que contendría el tanque de agua y la otra mitad de los víveres. Acto seguido tendrían que dirigirse a la estación espacial internacional donde se les acoplarían los tanques de combustible, unos quince mil litros. Llegadas las ocho de la mañana los tripulantes se reunían por segunda vez, pero esta vez en las instalaciones de lanzamiento del centro espacial Kennedy ubicado en la isla Merritt, en Florida. La ubicación de estas instalaciones es particularmente importante porque aquí se logra un efecto peculiar, vera usted, cuando un cohete sale a la superficie de la atmosfera terrestre direccionado hacia el este, la gravedad por influencia del giro rotatorio de la tierra le dará un giro sumamente brusco, impulsándolo hacia el oeste, como si fuera una especie de catapulta gravitatoria. Ha sido un largo trayecto de madrugada, primero por tierra después por mar, el hecho es que las ocho de la mañana, ya están reunidos preparándose, colocándose el equipo, hacia las ocho cuarenta y cinco se espera que la estación espacial internacional informa de la proximidad con el sitio de lanzamiento para iniciar la secuencia, y asi sucede. El primero en salir es el comandante Weels, seguido de Nataly la mujer afroamericana, detrás viene Azumi, luego Helena, el quinto en aparecen es George seguido de Urmakof y al último Jenk, ya en la explanada se reúnen con Simons, más allá en el palco se encuentra el presidente Trump, con una comitiva poco numerosa en la cual destaca Haspel, y otros participantes representantes del gobierno c***o, ruso, japones y demás países y empresarios que se han involucrado en el financiamiento de esta misión. Es un proyecto grande en verdad. Uno a uno va abordando en el mismo orden en que salieron, suben a la cabina de mando y toman sus asientos. El comandante Weels pregunta a la tripulación, todos listos, a lo que todos asienten al unisonó –sí señor–. Weels se persigna, y acto seguido abre comunicación. –Atención Kennedy atención Houston me reciben cambio–. CEK: –Aquí Kennedy recibido–. HOUSTON: –Aquí Houston, la estación espacial está en posición y a la espera­­–. Weels vuelve a hablar –Todo listo, nos vamos–. Houston: –buena suerte–. CEK: –Vayan con dios CEK: –T menos de 30 segundos–. El tiempo parecía alargarse mas de la cuenta, los corazones de los siete tripulantes se aceleraban frenéticamente, cada uno de ellos sentía un escalofrió emocional inevitable, incluso Azumi con su fuerte carácter y su experiencia no podía evitar sentirlo, aquello era nuevo, iban mas lejos de lo que nadie había llegado, no sabían se regresarían algún día. CEK: –T 20 segundos–. Salvo por el ruido de los ventiladores de la cabina, había un silencio brutal, todos estaban a la expectativa del conteo, cada uno ellos experimentaban emociones diferentes. Urmakof sentía que su corazón se iba salir en cualquier momento; Helena intento tragar saliva, pero su boca estaba seca, totalmente seca; Jenk apretaba los dedos, sentía de repente la necesidad de levantarse de aquel asiento, para que, no sabía, pero tenía esa necesidad, Azumi trataba inútilmente de controlar el temblor de sus manos, George se sentía como en una montaña rusa, y Nataly quería gritar, pero no tenía voz. En cuanto al capitán Wells se mantenía expectante pero más bien parecía ido, absorto mirando los switches que en segundos la piloto tendría que levantar. CEK: –T 10 segundos–. Weels de la orden y Nataly activa los motores de ignición. CEK: –9, 8, 7…– Enciende los propulsores 1 y 2 CEK: –6, 5, 4…– Propulsores 3 y 4 La plataforma comienza a llenarse de humo CEK: –3, 2, 1…– Se activa el mecanismo de impulso. En ese momento el motor del cohete comienza a expulsar un fluido a alta velocidad, este consiste en un gas generado en la cámara de combustión, los propergoles asi llamados ejercerán la energía calorífica necesaria para que, a través de la tobera de propulsión, el cohete reciba el impulso necesario para salir literalmente disparado en cuanto la cuenta toca el cero. Esto a la vista de los presentes resulta todo un espectáculo, primero la plataforma comienza a despedir este humo producto de la combustión interna y tras la inyección una llamara se deja ver salir de los propulsores o toberas para posteriormente contemplar la elevación del cohete. Adentro de la cabina las cosas no son tan simples, los seres humanos que van a bordo sienten un choque de adrenalina muy intenso alimentado por la vibración de la nave que es muy similar a un avión en turbulencia, pero dura solo unos instantes. Si bien aún no hay un consenso establecido, y no hay como tal un cambio brusco que marque el final de la atmosfera terrestre y el inicio del espacio se sabe que a medida que va subiendo el cohete el aire se hace cada vez menos denso. A unos nuevos kilómetros de altura hay una presión atmosférica que es aproximadamente la mitad de la que experimentamos en la tierra y alrededor de unos ochenta kilómetros la influencia gravitatoria y la presión atmosférica en nula por lo que se puede decir que están en el espacio, hay que subir más todavía pues la estación espacial internacional se encuentra orbitando a cuatrocientos kilómetros, pero la orden es permanecer a trescientos ochenta kilómetros. Una vez llegando a la altura el capitán da la autoriza quitarse los cinturones y por primera vez todos liberan esa energía contenida y gritan de emoción al tiempo que sus cuerpos se elevan en gravedad cero, ninguno puede contenerse, incluso Azumi se descubre abrazando, si abrazando, quien sabe de j***n sabe que los japoneses no son especialmente afectivos y que evitan el contacto físico, pero no solo esta abrazando a alguien sino que ese alguien es Urmakof, el tipo que no toleraba ni ver unos dias atrás. Pero la algarabía obligatoriamente debe ser muy breve. Esto apenas está comenzando, Nataly vuelve a tomar posición junto con Weels, divisan a lo lejos la estación espacial internacional, deben mantenerse paralelos y dar cuatro vueltas completas al planeta, a una velocidad de veintiséis mil kilómetros por hora cada vuelta dura noventa minutos, al final es decir al finalizar habrán contemplado aproximadamente sesenta y cuatro amaneceres. A la mitad de la cuarte vuelta el Prometeo tienes que preparase para maniobrar pues a esa velocidad vertiginosa tiene que acoplar con la sonda de transporte que lleva una velocidad similar y sonaría fácil, pero imagínese usted a dos vehículos colisionando entre si a veintiséis mil kilometros por hora, que desastre serio, asi que no es tan fácil como pasar por ahí y esperar que el módulo se acople solo la labor es milimétrica y forzosamente asistida. Asi que George y Urmakof se colocan sus cascos, constan su tanque de oxigeno y salen a la superficie asistidos por una especie de cables de tención de acero sumamente resistentes anclados a poleas que están sujetas a la nave, esperan la proximidad y se dejan “caer” por asi decirlo, sobre el módulo, cada uno de un lado, lo aseguran con el mismo cable de acero que los sujeta y avisan a Weels que todo está listo, Weels activa el mecanismo de poleas para recoger lentamente al cable y asi el modulo se va acercando a su silo lentamente, la operación lleva unos veinte minutos, Urmacof y George aseguran cada uno de los seguros y conectan rápidamente las mangueras y cables para que el modulo quede perfectamente anclado, hermético y funcional, como si fuera una sola pieza con el cohete principal. Ahora el siguiente paso ir acercándose lentamente a la estación espacial internacional, la comunicación es la siguiente. Weels: –aquí Prometeo III me reciben, cambio– EEI: –afirmativo, cambio– Weels: –Solicito permiso para abordar, Cambio– EEI: –Concedido y en espera en modulo cuatro, tiempo de contacto aproximado 25 minutos– George y Urmakof permanecen a la expectativa mirando aproximarse poco a poco a la gran estación dos astronautas mas asoman en el modulo cuatro, se trata de Jacob Verdini, y Yuria Lanur, la operación es similar a la anterior, Yuria y Jacob abordan la superficie del Prometeo y George y Urmacof hacen lo propio con la estación como si se tratara de un intercambio, los cuatro utilizan sus respectivos tensores y las poleas se sincronizan para llevar al Prometeo hacia la estación una vez asegurado los cuatro regresan al interior de sus respectivas naves y la tripulación del Prometeo aborda la estación espacial internacional a través del módulo de acoplamiento. La primera fase ha sido un éxito.
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