La Obsesion del Jefe

Capitulo 2 parte 2

—Gracias, pero yo siempre he cuidado de mí misma, que este en este mundo no hará una diferencia. Aun así, lo agradezco. —Dijo mientras se soltó suavemente de su agarre, pero él insistió hasta que solo sus manos estuvieron unidas, por extraño que parezca el calor de su mano contra la suya era realmente agradable, justo cuando su boca se abrió para hablar, miró sus ojos tan azules. Entonces no dijo nada, soltando un suspiro hasta que fue él quien le soltó. Con una sensación extraña subió las escaleras, no entendía porque su corazón golpeaba contra su pecho tan fuerte, apegó su espalda a la puerta, tratando de procesar lo que ocurrió ahí abajo. No es solo esta vez, sino que también las anteriores.

Se giró para poner el seguro a la puerta, con dedos temblorosos logró hacer aquella acción. A pasos lentos poco a poco llegó finalmente a la cama, las primeras sensaciones tan suaves y acolchadas de aquella cama, la cual ahora era la suya. No podía creer que todo lo que estuviera aquí fuese de su propiedad, esto es mucho comparado con su modesta cabaña en medio del bosque. Era bastante loco, lo que le sucedía, era pareja de un hombre que no era un humano y que para colmo aquella madre luna como él la llamaba, los quería juntos a toda costa, ¿realmente era esto lo que destino tenía preparado para ella? Y de ser así, ¿Por qué ella?

—Quizás aún no me despierto. — Murmuró y con la punta de sus dedos pellizcó un delgado pliegue de su piel. — Mierda, no es un sueño. — Maldijo bajito finalmente acomodándose en la suave cama, cerro sus ojos queriendo estar en el mundo de los sueños, esta vez esperando que Benjamín no estuviera en ellos, eso le había quitado muchas horas de sueño.

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Es lo mismo que todas las veces, nuevamente se encontró en un denso bosque, rodeada de árboles enormes. Estando de noche se le hace imposible ver algo. Pero la luz de luna es lo que hace que vea mejor su camino, no sabe porque, pero sus pies se mueven solos hacia algún lugar del que no está completamente enterada, la brisa fría acaricia sus brazos junto a todo su cuerpo. Tiembla ligeramente de frio, pero eso no hace que se detenga en ningún momento. Una ráfaga de viento le impulsa a ir más allá, ¿A quién o que es lo que busca?, esa es la pregunta que no abandona su mente en ningún momento.

Cuando creé que está en un laberinto sin salida escuchó suaves murmullos que le llaman hasta ahí, sus pies nuevamente por si solos se mueven, no obedeciendo a la orden que está dando una y otra vez. Aquellos murmullos siguen llamándole, y se hacen cada vez más fuertes.

"Lisa, Lisa, Lisa. Ven aquí, ven conmigo."

Con prisa quiere llegar a aquella voz, pero hay una gran puerta que se lo impide (y la cual salió de la nada), no la deja pasar, busca la manera en la cual abrirla. Afortunadamente hay una perilla la cual con el suave giro de su mano se abre, el camino se siente firme en lugar de rocoso como seria el suelo de tierra en el bosque. Puede sentir la brisa de la noche envolverla, pese a estar frio no se quiere detener. Estando cada vez más cerca siente un agradable calor rodearla, la hace sentir bien y con ganas de no apartarse nunca, soltó un suspiro. No evito frotar su mejilla contra aquel agradable calor.

—Estas aquí conmigo, por fin Lisa. —Quiere saber quién es la persona que la tiene en sus brazos, quiere ver su rostro. Pero pareciera que no puede nuevamente, ya que sabe su nombre y ha estado esperando por ella. Es extraño que no pueda ver su rostro. —Tienes que despertar. —Ha acercado su boca hasta su oído para murmurar aquello, al mismo tiempo que deja leves caricias en su largo cabello, estas son dadas de forma delicada.

—¿Despertar? — Pregunta extrañada, el extraño que la tiene entre sus brazos asiente, Ahora el reflejo de la luz de la luna ilumina su rostro, dando directamente en sus ojos, mostrando el azul intenso que estos poseían. Su corazón golpea con fuerza contra su pecho.

—Despierta mi luna…

Tomando conciencia y cree estar sudando a mares, siente su cabeza dar vueltas y el cuerpo temblarle, al mismo tiempo que lo siente pesado. ¿Qué fue lo que paso? Se alarmó cuando la sensación de otro cuerpo al lado suyo se hace presente, un escalofrió es lo que la recorre.

—¿Que demo? —No dejo acabar a la persona al lado suyo cuando Lisa ha echado el grito de su vida seguido de lanzar un puño también, importándole muy poco que no esté en su cabaña. Por el sobresalto ha caído al piso de culo dándose un fuerte golpe. -

— ¡¿Quién está ahí?! ¡Ayuda, Steven! — Chillo con todas sus fuerzas, por su parte la luz se apodera de la habitación, lo siguiente que logra ver es la puerta ser azotada por un Steven que tiene rulos en el pelo, y se encuentra en bata para dormir. -

— ¡Son las malditas 3:33 de la mañana, gritan demasiado! — Grito Steven, miró hacia adelante para saber quién estaba ahí, para la sorpresa de Lisa, era Benjamín con cara de desconcierto también sobando su mejilla. — ¿Se puede saber que mierdas sucede? —Demando saber Steven.

— ¡Quiero saber lo mismo! ¿Cómo es que estas aquí? —Dijo mirando mal al hombre que esta frente a su cama. Él por su parte frunce el ceño.

—Benjamín, no me digas que estas jugando sucio. —Steven se acercó hasta la chica para ayudarle a estar de pie, la mano del beta sostuvo su brazo. Bastante gentil su tacto. El mencionado soltó un gruñido profundo cuando la chica estuvo finalmente de pie. Sus ojos veían nuevamente donde Steven tenía su mano puesta. Casi de inmediato la retiro.

—Primero que nada, buenas noches. —Se aclaro la voz. —Tú llegaste aquí, nadie más que tus pies te trajeron hasta mi habitación. Estabas diciendo que querías dormir conmigo y tocaste la puerta insistentemente hasta que lograste abrirla. —Explico, para este momento ella ya se encontraba con la boca abierta. —Segundo, buena derecha y tercero. —Hizo una pausa. — ¿Que carajo es lo que tienes en la cabeza Steven? -Este abrió su boca y luego la cerro constantes veces.

—¿Cómo crees que mantengo mis risos? No son naturales obviamente. — El rubio parecía avergonzado e indignado, pero no lo culpen, tampoco pensó en salir a mitad de la noche por los gritos de la que sería la nueva luna. — Lo importante aquí es saber cómo es que Lisa llego de su habitación a la tuya. — Ambos miraron a la chica esperando una respuesta coherente.

—B-bueno, lo último que recuerdo es estar soñando que busco a alguien… También soñé estar entre los brazos de un hombre. — Lisa siente sus mejillas arder un poco, nunca hubiera pensado que diría sus sueños en voz alta, trato de mirar hacia otro lado menos a la cara de aquellos dos hombres, ella siente mucha vergüenza ya que aquel hombre es Benjamín, este mira en su dirección y Lisa puede jurar que este sonríe de manera arrogante.

—¿De causalidad ese hombre es Benjamín? — Pregunta Steven, con un tono el cual ella no sabe si es de sarcasmo u obviedad. Para ambos hombres era obvio, y saben la razón del porque Lisa caminaba dormida en búsqueda de Benjamín. — Tu silencio lo dice todo. — Menciona en un suspiro.

—Curiosamente he tenido el mismo tipo de sueño. Posiblemente nuestra madre nos está tratando de decir algo. — Dijo mirando hacia el gran ventanal de frente, donde una hermosa luna llena se mostraba en todo su esplendor. Inmediatamente la molestia se instaló en el pecho de Lisa.

—Esa madre luna se puede ir mucho a la…— Steven no dejo que la humana terminara ya que puso su mano en la boca de esta, impidiendo que continuara con sus palabras, con rostro lleno de pánico hizo un gesto de negación con la cabeza.

—Yo en tu lugar no diría eso. Nuestra madre luna es todo amor y compasión. Pero si se lo propone puede hacer tu vida miserable. — Habló Benjamín captando la atención en respuesta ella solo pudo torcer los ojos.

—Exacto, si así lo desea puede lograr que tú y Benjamín estén separados. Pero esto causaría que Benjamín desarrolle el síndrome del corazón roto, esto sería que se volviera completamente loco, y eso es algo que no queremos, puedes creerme. Ya que siendo el líder muchos dependen de él y del hecho de que su salud mental se mantenga bien, tú también Lisa, aunque no lo creas así. — Steven alejo su mano lo cual ella agradece profundamente.