Mientras Steven y Benjamín comentaban algo de lo que Lisa no estaba realmente interesada veía con atención cada detalle de la habitación que pertenecía a Benjamín, era un espacio lo bastante amplio y limpio, había unas cuantas fotografías y también cuadros de lobos. Se preguntaba si aquello era una clase de tradición tener fotos de estos animales en todos lados. Pero bueno era un mundo diferente con costumbres extrañas que a ella le tomaría tiempo entender y claro ellos no eran humanos, o no completamente. Estando tan absorta en sus pensamientos olvido donde estaba y en presencia de quienes.
—Lisa, será mejor que vayas a tu habitación a dormir. — Fue lo que escucho decir por parte de Benjamín, había algo en la mirada del alto que la estaba perturbando, pero no sabría decir a ciencia cierta que era.
—Ni pensarlo, no quiero ir a dormir para nuevamente terminar aquí. — Lisa cruzo sus brazos sobre su pecho, al tiempo que hacia una mueca de disgusto. Lo que jamás imagino fue que caminara dormida, ser sonámbula en todo caso.
—Puedes quedarte aquí, y así te ahorras el viaje de querer estar conmigo. — Se burlo Benjamín si bien era cierto que para él lo mejor sería que la chica se quedara a su lado, pero viendo la posición de esta ante su deseo era mejor no provocarla, finalmente Lisa camina en dirección a la puerta, no sin antes dedicar unas palabras al Alfa.
—Quisieras, Idiota. —Este solo le guiña un ojo en respuesta, Cabe decir que Steven al lado de Lisa le decía que era mejor que lo ignorara. Cree que al ser el líder esto le causo tener un ego lo bastante grande a Benjamín.
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La mañana siguiente fue horrible, ya que Lisa no pudo pegar el ojo en toda la noche. No quería por ninguna razón volver a tener sueños extraños con Benjamín como protagonista. Se sentía como hace unos meses, donde no podía dormir correctamente ya que aquella serie de sueños era algo que le dejaba pensando. Acaba de darse un baño para poder enfrentar el día de hoy, escuchó como alguien toco la puerta y no dudaba que fuera Steven.
Había atinado, pero en el momento que abrió la puerta, este le miro con una mueca. Pareciera que quería decir algo, pero las palabras no salían. Ni siquiera se molestó en preguntar y solo fueron al comedor. Lisa estaba sentada en el mismo lugar que la noche anterior, con la diferencia de que Steven los estaba acompañando. Y mientras este no la miraba para nada, Benjamín por su parte no apartaba la mirada de la chica. ¿Qué tenía algo en el rostro?
— ¿Tengo monos en la cara? —Preguntó ya queriendo acabar con el silencio incomodo. Mas cuando suponía que tenían algo para decirle, queriendo saber exactamente de qué se trataba, finalmente Benjamín termino de tragar para luego responder.
—Te ves fatal. — Dijo directamente y al punto, algunos dirían que la sinceridad era buena siempre, pero algunos pensaban que ser brutalmente sincero era el defecto más grande de Benjamín.
—Tienes la sutileza de un martillo, ¿sabías? Además, ¿no se supone que era “tu luna” — Lisa le acribillo con la mirada, en respuesta este solo se encogió de hombros.
—Te ves fatal, mi luna. — Agrego limpiando sus labios. — Y ser poco sutil es parte de mi encanto. — Con tenedor en mano llevo otro bocado de su desayuno a su boca.
—¿Tan mal me veo, Steven? Se sincero. — El mencionado se atraganto un poco con su desayuno, y la miro por unos segundos para luego tomar un poco del agua que se encontraba a su derecha, mientras lo hacía se notaba como tomaba grandes cantidades de esta haciendo sonidos de “Grop, grop” al tragar.
—Bueno digamos que las ojeras no son algo que en nadie se vea bien, siendo que eres la luna en este caso, se ve mucho peor. —Bien era cierto, pero ella no quería ser esto. Tampoco podía hacer algo al respecto, no es como que quería que Benjamín se volviera loco, causando que muchas personas perecieran en el acto. Un suspiro largo abandono sus labios, procedió a tomar el desayuno en silencio, ya que no sabía que decir.
—Si te hace sentir mejor, pese a que te veas fatal, sigues siendo apetecible para mí. —Benjamín sonrió sin vergüenza alguna, Lisa negó con la cabeza en respuesta. ¿Aun quería comerle o algo por el estilo?
—Se nota que no estas acostumbrado a darle halagos a alguien. —Comento no evitando que una sonrisa se formara en su rostro. —Pero gracias supongo. —Notó como sus ojos un brillo apareció. Casi parecía estar emocionado por eso, igual que un cachorro cuando su amo le felicita.
—Acabo de recordar algo. —Benjamín se levantó y comino hasta donde su luna encontraba, se arrodillo y tomo su mano, no pudo describir lo que sentía ahora mismo, el pánico y por extraño que parezca el sentimiento de emoción se apodero de ella. —Lisa. —Saboreo nuevamente su nombre como la primera vez, mirándole tan fijamente igual que un depredador a su presa. —Mi luna, Quería preguntarte si... —No le dejó acabar
—¡Alto ahí vaquero, no voy a casarme contigo ni siquiera ha pasado tanto tiempo! —Dijo puesto que se alarmo en cuanto lo vio ahí arrodillado, ellos la miraron sin entender. —No negare que eres guapo y todo eso, pero al menos ten una cita conmigo antes de querer proponerme matrimonio. Se que estamos destinados porque a su madre luna le dio la gana, pero Dios, no puedo decir si a esto. —Acabó y ellos solo estallaron en carcajadas, ahora la que no entendía era Lisa. ¿Había dicho algo graciosos y no estaba enterada?
—No te voy a pedir matrimonio. —Contesto Benjamín retirando una lagrima de su rostro. —Quiero que vengas conmigo a un baile, debo presentarte oficialmente como mi luna a todos. —Para estos momentos Lisa tenía muchísima vergüenza, más por suponer cosas que no entraban al caso.
—En este baile poderosos lideres se reúnen para demostrar que están con sus respectivas parejas, si bien no es tan importante son solo apariencias. Lo importante aquí es que los lideres y lideresas cumplan con lo que se les ha ordenado. Aquí entra nuestra madre, así que no te preocupes. Solo deben verte y ya está. —Finalizo Steven. No sonaba tan malo como pintaba.