TAN CERCA Y TAN LEJOS
FABI
Pensé que ya no me dolía lo que me hizo Eduardo, pero creo que aún no cicatriza bien la herida, todavía no puedo creer lo que me hizo, pero ni modo, así pasa, a veces se pierde y a veces se gana, por eso he decidido darme una oportunidad con Manuel, es tan buen muchacho y todos los días me escribe cosas bien bonitas, me trae como por las nubes.
— Estas muy pensativa, Fabi, ¿Te pasa algo? — cuestiona Vale, acercándose a mí
— Nada, Vale, sólo estaba pensando en Manuel
— Lo deduje cuando te ví con tremenda sonrisa
— Deberías acompañarnos al cine esta tarde, ándale
— Te agradezco mucho, pero tengo que presentar mis avances sobre mi proyecto y aún me faltan unos detalles
— Sí, ya sé, puros pretextos para no salir con el Alan
— En verdad, debo terminarlo, es muy importante para mí porque terminando este proyecto, podrían darme la oportunidad de escribir para una revista
— ¿De verdad? Eso debe ser muy importante para tí, entonces no insisto más y te deseo todo el éxito del mundo porque te lo mereces
— Gracias, Fabi, aunque la revista trata de cosas que ni siquiera podría trabajar porque nunca salgo de aquí, pero igual vale la pena quedar entre los mejores, quiza me consideren para algo más
— Con tu talento, estoy segurísima de que así será
— Gracias. ¿De casualidad sabes si llamó Eduardo?
— No, hace rato llamaron, pero dijo mi mamá que no era él
— Ese desconsiderado olvidó que me llamaría para contarme algo muy importante y ahora estoy con la intriga
— Ay, sí se pasa, pero mejor no hablemos de él que no quiero arruinar mi salida con Manuel, ¡y ya me voy a alistar porque se me hace tarde!
VALERIA
Ay, esa Fabi, cómo me hubiera gustado que ella fuera la esposa de mi hermano, pero han sucedido tantas cosas que ahora eso es un imposible, quisiera que Eduardo viniera pronto para que nos aclare tantas cosas que llevaron a término con su relación.
Le escribiré al olvidadizo ese para que me llame.
ALAN
Ahora resulta que mi chica perdida vive justo enfrente de mi casa y yo ni en cuenta durante todo este tiempo, qué mal que a mi mejor amigo de toda la vida se la pasara decirme algo tan importante para mí, pero en fin.
Desde la ventana de mi habitación puedo ver a una chica en la mesa de jardín leyendo, sus cabellos brillan con el sol y no se parece en nada a la chica que conocí en el antro, ¿En verdad será Valeria? Ahora menos me sacarán de aquí si puedo pasar el día entero observándola, parece tan pacífica y tan concentrada, ¿Dónde quedó la que bailaba tan sensual en medio de la pista y arrasaba con todas las miradas? Quizá me anime a visitarla, ¿Será que soy tan valiente de hacerlo ahora mismo? ¿Pero bajo cuál pretexto? Quizá si le llevo un libro, ¿Pero cuál? ¿Por qué es tan difícil? Sólo es ir y presentarme ante ella, ¿O no?
MANUEL
Me encanta pasar las horas con Fabi, es tan linda, me da una paz increíble que nadie ha podido brindarme jamás, es como estar en mi hogar.
— ¿Te gustó la película, Fabi? — pregunto para romper el hielo
— Sí, estuvo muy bonita
— Yo creo que mi parte favorita es cuando los enamorados se besan, ¿Y la tuya cuál es?
— Cuando él se le declara así bien romántico con flores y bajo la luz de las estrellas
— ¿De verdad te gustan ese tipo de cosas?
— ¿Y a quién no? por muy pequeños que sean, a todas las mujeres nos encantan los detalles aunque lo neguemos
— Me da mucho gusto que a ti te gusten esos pequeños detalles, pero vamos, te invito a cenar
— Muchas gracias, la verdad es que ya me dió hambre, tanta palomita sólo me alborotó la lombriz
— Pensé que era el único hambriento por aquí
Espero que le guste la sorpresa que le tengo preparada, sé que es demasiado pronto, pero no quiero perder más tiempo, yo a esta mujer no la dejo ir por nada del mundo.
Llegamos al restaurante donde ya me tienen lista la cena sólo para recogerla.
— Buenas noches, un pedido a nombre de Manuel Estrada, por favor
— Sí, señor, en seguida
— ¿Un pedido? — me murmura Fabi — Pensé que cenaríamos aquí — recojo mi pedido y respondo con cautela.
— Hoy no, pero si todo sale bien, prometo traerte pronto, ahora vamos de regreso al auto porque quiero que cenemos en un lugar muy especial
— De acuerdo, me parece muy lindo de tu parte que quieras que conozca un lugar tan importante
Conduzco unos minutos y luego llegamos a un antiguo parque, está un poco abandonado porque la gente ignora la belleza del lugar, pero está hecho de piedra y hay lugares para sentarse y hasta mesas donde colocar los alimentos, no hay alumbrado, pues está un poco vandalizado y el gobierno no hace nada por restaurar los daños, solamente Fabi y yo en este precioso lugar a la luz de la luna y un par de velas que compré con anticipación. Me tardo en encenderlas, pues deseo que Fabi no vea lo que estoy bajando del auto, algo me dice que le va a encantar.
— ¿Manuel? Está muy oscuro y tengo un poco de miedo
— Aquí estoy, — digo apareciéndome de repente, coloco la sorpresa donde quede fuera de su vista desde donde está sentada y ahora sí, prendo las velas.
— Huele delicioso
— Lo sé, bella dama, pero esta noche debe dejarse consentir por su servidor
— Me gusta la idea
— Entonces comienzo a servirle la cena… Sí huele riquísimo — ambos comenzamos a cenar
— ¿Podrías contarme porqué es tu lugar especial?...