CAPÍTULO 7.

1067 Words
DESILUSIÓN ALAN Manuel sí que es un entrometido, ¡mira que preguntarme detalles sobre mi noche de amor con Valeria!, ¿A él qué carajo le importa? — ¡No es tu asunto! No te daré detalles de lo que sucedió entre nosotros. — ¡No me malinterpretes!, No quiero los detalles, sólo quiero que analices tu situación, que sea racional, tan racional como lo eres siempre. — Sé lo que intentas y te agradezco, pero siento en el alma que es ella la indicada — ¿Sientes en el alma?, ¿Desde cuando tú tienes alma? — me cuestiona burlón — Cálmate, salvador de las almas perdidas, tú serías el principal — Por supuesto, soy mi propio cliente, pero no me cambias el tema — replica — sólo toma un poco de conciencia respecto a cómo se dieron las cosas entre ustedes, ¿de acuerdo? Y disculpa si soy un fastidio con ésto. — No solo con ésto, pero así te quiero — Tienes qué, ya que soy el único que te soporta y ahora enamorado eres aún peor — Bueno, tú querías que me relacionara con alguien, ahora debes pagar las consecuencias, hermano — Sí, yo y mis magníficas ideas. Iré a ver si mi chiquita ya me contestó — ¿Y dices que yo soy un fastidioso enamorado?, ¿no te mordiste la lengua? MANUEL Ha transcurrido una semana desde que conocí a Fabi y cada día estoy más convencido que es la mujer de mi vida, nos escribimos todo el tiempo y siempre estamos riendo por cualquier tontería, además, me agrada mucho conversar con ella, me inspira esa confianza que sólo comparto con Alan y eso porque lo conozco desde que era un niño, realmente veo un gran futuro en mi relación con ella, aunque no puedo decir lo mismo por Alan, aunque realmente se enamoró de Valeria, ella lo evade de constantemente y ahora hasta resulta que se le extravió el celular y que por eso no le responde, puros pretextos a mi punto de vista, el pobre de mi amigo está que no lo calienta ni el sol y aún más insoportable que nunca, por si alguna vez me quejé de él en el pasado, no sabía lo de lo que estaba hablando. Cada día es igual y ya comienza a preocuparme, pues en cuanto llega al antro, se encierra en la oficina y sólo esperas ser molestado cuando sucede algo grave y al regresar a casa permanece en su habitación leyendo o durmiendo. ¡Pero qué tonto ha sido! Él ni siquiera sabe que Fabi y Valeria viven al cruzar la calle, tal vez si se lo digo, su estado de ánimo mejore, repentinamente, pues el saberse tan cerca de la que cree que es la mujer de sus sueños, podría darle una pequeña inyección de vitalidad. VALERIA Una semana y yo sigo con la memoria borrada sobre lo que ocurrió aquella noche con ese tal Alan, Fabi ha insistido cada día para que acepte volver a verlo, pero definitivamente, no quiero, ni siquiera he querido responder a sus mensajes de texto, pues además de temor, siento una gran vergüenza de mí misma por haber hecho lo que hice y peor aún sin lograr recordarlo. He comenzado a preguntarme si he hecho alguna otra cosa que desconozco y me aterra en simple hecho de pensar que repetí el suceso de esa noche ocasiones atrás y yo en mi ignorancia gracias a mis lagunas mentales, ahora me pregunto con cuántos hombres más habré estado y bajo qué condiciones. Además, esta semana se me ocurrió comenzar a escribir un diario, pero tengo tanto miedo de descubrir que he olvidado muchas cosas más que, por más insignificantes que parezcan, significaría que mi problema progresa y no sé cómo se lo diré a mi hermano, no quiero angustiarlo más, ya no quiero seguir siendo una carga para él ni para nadie, sólo quiero que ésto termine y poder llevar una vida tranquila. TINA Ay, ese teléfono está suene y suene, ¿Dónde andara mi Fabi que no contesta? — Residencia de la familia De los Ángeles Landa — ¡Tina! Soy Eduardo, ¿Cómo están todas? — Mijo, estamos muy bien, gracias a Dios, ¿Y tú? — Muy bien, nana, por favor, dime la verdad respecto a mi hermana — Mi niña Valeria está muy bien, figúrate que hace una semana hasta salió de antro con la Fabi y no regresaron hasta el amanecer — ¿De verdad, nana? ¡No lo puedo creer! — Nadie lo puede creer, mijo, lo malo es que no habla mucho del tema, cuando le pregunto luego, luego cambia la conversación y nadie sabe realmente cómo la pasó, pero dice mija que hasta con galán salió y muy guapo, por cierto — Uy, ni me digas eso porque me dan celos, es broma, sahes que me gustaría mucho que mi hermana tuviera una vida norma, pero bueno, hablo para avisarte que pronto regresaré, sólo debo arreglar unas cuestiones por acá — ¿De veras mijo? — De verdad que sí, nana, pero, por favor, todavía no le digas a nadie — Ni te preocupes, yo seré una tumba con tal de que nos caigas de sorpresa, Valeria se pondrá muy feliz — Y yo también, nana, no tienes una idea de lo mucho que las extraño — Lo sé, mijo, porque nadie te consiente como nosotras, pero debo colgar porque creo que alguien viene y no quiero que descubran la sorpresa — Cuídate mucho, nana — Tú también, mijo Cuelgo el teléfono y me hago la que la virgen me habla cuando mija llega. — ¿Qué paso, ma? ¿Sonó el teléfono? — Ah, sí, mija, era algo sobre un seguro de quien sabe qué, ya ves como hay gente que todo quiere vender por teléfono y mejor le colgué, no vaya a ser una broma o peor aún, una estafa — Ay, no, ni Diosito lo mande, mamita, qué bueno que no hiciste caso. — ¿Sabes qué, mija? Me estaba acordando que está semana me propuse lavar las cobijas del joven Eduardo y darle una limpiadita a su habitación, pues para que no se le junte el polvo — Ay, ma, ni me lo recuerdes que nomás me rompió el corazón, yo tan enamorada que estaba y él que nomás jugó con mis sentimientos…
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