FUTUROS SUEGROS
VALERIA
Aún molesta, Alan comienza a decir no sé qué cosas, pues no estoy prestando atención, luego eso cambia, pues dice algo que me interesa.
— Ya te lo había dicho y te lo repito, nunca he estado casado — hago un gesto de incredulidad y él continúa — la encantadora niña que me dice papá es en realidad mi sobrina, hija de mi hermana Sandy, a quien creíste mi esposa, pero si nos miras bien somos algo parecidos
— ¿Tú hermana? ¿De verdad?
— Sí, ella es la mejor de todos, está casada con un imbécil y vino a mi casa porque al fin decidió dejarlo, soy el único integrante de la familia que la apoya en su decisión y bueno, para Renata está siendo muy difícil.
— Lo siento mucho, pobre niña, tan linda que es
— Es un amor, sé que te caerá muy bien
— Gracias por insistir y sacarme de mi error, Alan, yo he sido muy desconfiada y tú lo único que has hecho es apoyarme y amarme, quizá no te merezco.
— Nunca vuelvas a decir eso, claro que te mereces todo el amor que tengo para tí, sólo te pido que confíes en mí
— Así será de aquí en adelante, te lo prometo
— Entonces, ¿ya somos novios otra vez?
— Por supuesto
La explicación de Alan sí que lo cambia todo, realmente estoy feliz de que sea un hombre bueno, ahora podremos formar una familia al lado de nuestro hijo, todavía no le digo, pero Eduardo no ha regresado y quiero que esté presente, aprovechando que estamos reunidos.
— ¡Ya nos pueden dejar salir! — grita Alan
— ¿Ya se arreglaron? — pregunta Fabi desde afuera
— Sí, ya somos novios otra vez
— ¡Me da mucho gusto por ustedes! — responde Fabi al abrir la puerta. Alan y yo nos dirigimos hacia donde están todos, veo que Eduardo ya llegó y me preparo para dar la noticia, pero una pequeña vocecita me interrumpe.
— ¿Tú eres la novia de mi papá Alan?
— Perdona a mi hija, es algo impulsiva y le ha dado por decirle papá a su tío — se disculpa quien creo que es la hermana de Alan
— Perdón, las presento, Valeria, ella es Sandy y Sandy, ella es Valeria — interviene Alan
— Un placer y de verdad, mil disculpas por la confusión — expresa Sandy
— Ya está todo aclarado y también es un gusto
— Y ella es Renata — dice Alan refiriéndose a la niña
— Mucho gusto, Valeria — me coloco en cuclillas para estar a su altura
— Mucho gusto, Renata, y sí, yo soy la novia de Alan — noto cómo me mira como tratando de averiguar algo sobre mí
— Eres más bonita de lo que pensé — indica
— ¿De verdad lo crees? — cuestionó insegura
— Claro que sí, de hecho, eres la novia más bonita que le he conocido a mi tío y mira que ha tenido algunas
— En realidad creo que no soy tan bonita como dices
— Oh, Sí, los niños nunca decimos mentiras, así que debes creerme. Además usas lentes, eso quiere decir que eres muy inteligente, eso me agrada, ¡De seguro te gusta leer!
— ¡Me encanta leer!
— ¿De verdad? ¡A mí también! Me he leído mucos cuentos, bueno, algunos con ayuda de mi mamá, pero la mayoría yo los leí solita
— Entonces, también eres muy inteligente y creo que podremos ser mejores amigas
— ¡Sí!
— De hecho, en mi biblioteca tengo muchos cuentos que puedes leer cuando quieras
— ¿En serio? — afirmo con la cabeza — ¿Escuchaste, mamá?
— Sí, mi amor — responde Fabi
Luego ella se acerca a mi oído y me susurra.
— Entonces, ¿Eduardo también es dueño de la biblioteca, verdad?
— Así es
— Ya me había parecido un príncipe azul, ya veo que es como la bestia como muchos libros, pero él sí que es guapo, aunque de vez en cuando le podemos poner su disfraz
— Me parece una gran idea
Eduardo se sonroja y yo trato de levantarme para intentar dar la noticia, pero tengo un ligero mareo que luego se convierte en oscuridad.
ALAN
Valeria ha perdido el conocimiento de pronto, la tengo en mis brazos y Eduardo me ayuda a colocarla en el sillón, Fabi trae el alcohol y un poco de algodón, Manuel le echa aire con un libro y poco a poco va reaccionando, ¡qué susto! ¿Será parte de sus crisis?
VALERIA
Pero qué feo se siente, sigo mareada y noto cómo todos están preocupados por mí, pues todos están alrededor tratando de ayudarme.
— ¡Ya despertó! — grita Renata
— Si, mi amor, deja que se recupere, siéntate aquí — dice Sandy indicando un sillón
— Estoy bien — digo
— ¡Pero te desmayaste! — exclama Alan
— Llamaré al psiquiatra — comenta Eduardo
— No es necesario, ya sé lo que tengo — explicó
— Ay, ya dinos, Vale, que me has tenido bien preocupada — dice Fabi
— ¿Cómo? ¿Ya te sentías mal y no me dijiste? — cuestiona Eduardo
— Unos pequeños malestares, pero no es nada malo
— Ya la llevé con un médico, según que le faltan vitaminas — expresa Fabi
— ¿Puedo ver las vitaminas? — pregunta Eduardo
— Sí, están en mi bolsa y allí hay un sobre, ¿Me lo das?
Eduardo saca lo que le pedí, me entrega el sobre y se queda leyendo los frascos de vitaminas, yo le doy el sobre a Alan y los dejo que lo descubran por sí sólos.
— No entiendo — dice Eduardo, Alan está impresionado
— Es fácil, estoy embarazada
— ¿Vamos a tener un hijo? — Cuestiona Alan
— Así es
— ¿Voy a tener un primito? — pregunta Renata
— Sí, princesa — responde Alan
Todos nos felicitan, aunque es obvio que no entienden cuando sucedió.
— Eduardo, — dice Alan — sé que quizá no es como lo esperabas, pero quiero que sepas, que todos sepan que me casaré con Valeria cuánto antes
— No quiero que te sientas obligado por ésto — intervengo
— De ninguna manera, — aclara — yo quiero que formemos una familia
— De acuerdo, estoy muy de acuerdo en que la boda se celebre pronto, como a nuestros padres les hubiera gustado.
¡Caray! ¡Ni siquiera conozco a mis futuros suegros! ¿Les caeré bien?