Capítulo 33.

1009 Words
¿DECEPCIONADO? EDUARDO Entre tanta alegría por la noticia del embarazo de Valeria, se me han escapado algunos suspiros y miradas hacia Fabi, no quisiera estar en los zapatos de Manuel, de verdad que no pues se nota cuánto la quiere. Salgo un momento al jardín y luego veo que Fabi está allí, no puedo evitar acercarme y hablarle. — Fabi, ya sé lo que pasó en realidad — No sé de qué hablas, Eduardo — De cuando te rompí el corazón — No quiero hablar del tema, para mí ya está olvidado — Para mí no y te juro que te voy a demostrar que yo jamás de engañé con Karina ni con ninguna otra mujer — ¡Eduardo, yo ví las fotos! No me vengas a decir que no es verdad, porque yo las ví — Es que ella debió usar algún truco para que pareciera que era yo, pero te juro que no fue así, te lo juro por lo que quieras — No puedo creerte, lo siento — Al menos, respóndeme una cosa — No, Eduardo, ya sé lo que quieres saber — ella intenta alejarse, pero yo no la dejo — Sólo dime que ya no me amas y me haré a un lado, te lo juro — la tengo tan cerquita de mí que puedo respirar su mismo aire — No, yo… — la interrumpo y la beso, pues no le creo su negativa. MANUEL Estoy muy feliz por Alan y Valeria, la familia se extiende con el bebé que ellos esperan, me pregunto, ¿Cuándo me tocará a mí vivir algo tan bello? Pero creo que eso tendrá que esperar, pues Fabi, aunque intenta disimular, ha estado portándose diferente conmigo, ahora que veo a Eduardo a ella tan cerca, puedo notar esa mirada de amor que se tienen, no quisiera ser yo la causa de su infelicidad y como sé que ella jamás se atreverá a decírmelo para no lastimarme, tengo que ser yo quien ponga un punto final a esta situación. Voy al jardín para encontrarme con ella y lo primero que veo es a ellos dos besándose, ¡Lo sabías! ¡Diablos! Ni modo, me tocó perder, bien me dijo Alan que iba demasiado rápido y tenía razón. Regreso por dónde vine, pues no quiero que sepan que los ví juntos ni mucho menos armar un escándalo, pues me conozco. — ¿Pasa algo? — me pregunta Alan — No, todo bien — Es que traes una cara — Salud por tu bebé, bro — Gracias, hermano del alma Fabi regresa y se coloca a mi lado como si nada hubiera pasado, disimulo que no ví lo que ví hasta que decidimos retirarnos, pues al final del día decido lo que debería, por el bien de ella, nos besamos y… — Fabi, te amo — Manuel, siempre me dices cosas bien bonitas, yo también te amo — Shhhhh, — respondo colocando mi dedo índice en sus labios para que no diga más — Pero es la verdad — insiste ella — Ambos sabemos que no es así, — ella me mira esperando una respuesta — ¿Me amas a mí y también a Eduardo? — No, Manuel, yo… — Por favor, Fabi, no hagas ésto más difícil — ¿Me estás terminando? — me pregunta con sus ojos llorosos — Sí, pero fue lindo mientras duró — Pero… — Ambos sabemos que no duraríamos mucho, tú y Eduardo tienen un ciclo por terminar y yo no puedo sólo hacer como si nada pasara, tú y él se merecen otra oportunidad, quizá están destinados a estar juntos, pero no lo sabremos si me quedo estorbando — No digas eso, tú eres increíble y lo que siento por tí es… — Te agradezco por todo, en verdad, me hiciste muy feliz y deseo de todo corazón que también lo seas. — No, Manuel, por favor, no hagas ésto — Es lo mejor, princesa — beso su mano y me alejo. Al llegar a casa, Alan y Sandy me ofrecen su consuelo, pues saben que algo pasó, pero yo sólo quiero ir a mi habitación a dormir. FABI Manuel me terminó y estoy muy triste, nunca quise lastimarlo, me duele su dolor y me siento muy mal por él. Para colmo, Eduardo insiste en demostrarme quién sabe qué cosa, yo sé que los amo a los dos, pero no puedo sólo decidirme por alguno. — Mija, anda, sal a distraerte, te hará bien — aconseja mi mamá — Pero mamá, me siento muy mal — Lo sé, mija, pero si te quedas aquí no cambiará nada de todos modos, mejor alístate para salir — Pero no tengo ganas de ir a ningún lado — Ándale, necesito ayuda con unas compritas — Está bien, mamá, dame cinco minutos Sé que mi mamá lo hace por mi bien, pero de verdad no tengo nada de ganas de salir ni de arreglarme, así que me pongo lo primero que veo y solamente me lavo la cara y me pongo crema. EDUARDO Me apena que Manuel haya terminado a Fabi, es un buen tipo y sé que yo tengo mucha culpa por esa decisión, quizá debería disculparme, no sé lo que debería hacer, me duele verla tan triste por él, quizá si lo ama y yo de metiche queriendo recuperarla, pero sus besos me dijeron que me ama todavía, ¿Estará confundida? Sólo estoy seguro de algo, que Fabi sabrá la verdad. Bajo al comedor, pues amanecí con mucha hambre, Valeria ya está allí asaltando el refrigerador. — ¿Y ahora culparemos a mi sobrino? — cuestionó — No, todavía es muy pequeño para eso — Sólo bromeaba — Lo sé, ¿Te preparo algo? — Por piedad, muero de hambre — Estará en un momento, lávate las manos — digo mientras tomo un par de huevos y un poco de jamón — Sí, claro — Oye, Eduardo — comienzo a picar el jamón — Dime — Respecto a mi embarazo, tú ¿Estás decepcionado de mí?...
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