UN PRÍNCIPE AZUL
ALAN
Manuel me mira como si no me conociera.
— Entonces, ¿eso significa que te rendirás?
— ¿Estás loco? — respondo
— Vaya, ya me estabas asustando
— Entonces, hay que apresurarnos a comer — sugiere Sandy — para ir a hablar con Valeria
— ¿Valeria es tu novia, papá? — pregunta Renata
— Así es
— Es muy bonita, es una lástima que se haya enojado contigo por mi culpa
— Cariño, tú no tienes la culpa de nada
— Si mi quieres ahorita yo le explicó todo
— Anda, come y deja a los adultos resolver sus problemas
— Sería más fácil si yo hablara con ella, porque está enojada contigo y no va a querer escucharte
— Eres una niña muy inteligente, pero ahorita vemos cómo arreglarlo
— Conste, tío, pero tú también debes comer o mi mamá te va a regañar como a mí cuando no me como mi comida
— Uuuy, eso sí da miedo.
FABI
Ya Manuel me explicó lo de la hermana de Alan, hasta me disculpé por el reclamo que le hice, pobrecito, ahora la bronca será que Valeria quiera escuchar, es tan testaruda, pero bueno, ya veré cómo le hago para que lo reciba, ya no deben tardar en llegar.
— Mamita, ayúdame a que Valeria salga de su habitación, ándale
— Ay, Mija, ¿después del problemón con Alan?
— Es que está vez también hay una muy buena explicación, te lo prometo
— Ándale pues, pero tú ge a abrir la puerta antes de que suene el timbre
— Sí, ma, muchas gracias
TINA
Lo bueno que yo sé qué hacer en éstos caso, va y a la habitación de mi niña Valeria a dejar una ropa que lavé y allí aprovecho.
— Mi niña, ¿Puedo entrar?
— Sí, nana
— Has estado llorando, deberías bajar a comer algo para que se pase la tristeza
— No, nana, no puedo, sólo quiero estar sola
— Bien, mija, sólo vine a acomodar esta ropita que te lavé, ya me…
— ¿Nana? ¿Te pasa algo?
— Sólo es un mareo, Mija, ya se me pasó
— No, nana, vamos por tus pastillas, ¿Dónde las dejaste?
— En la cocina, Mija
Asunto arreglado.
ALAN
Ya Fabi nos dejó pasar, Sandy viene de mi brazo y Renata se entretiene admirando la belleza del jardín.
— Mi amor, no te tardes — le dice Sandy mientras esperamos en la cocina.
— Este es el plan, Alan y Valeria se tiene que quedar sólos aquí, los demás vamos a la sala
— Pero ella…
— No te preocupes, yo me encargo — interrumpe Fabi.
Al poco tiempo, Tina y Valeria entran a la cocina, yo estoy allí y ella me ve, pero me ignora.
— ¿Dónde están las pastillas, nana? — le pregunta
— En aquél mueble de allá, Mija
Valeria va a buscar las pastillas, y Tina sale de la cocina.
— ¿Tina? — cuestiona Valeria tratando de abrir la puerta
— Estoy bien, mija, sólo quería hacerte salir de tu habitación
— ¡Tina!
— Tienes que hablar con el joven Alan
— No quiero, nana
— ¡Entonces no podrán salir de allí!
Valeria se cruza de brazos y toma un asiento junto a la mesa
— Yo no tengo nada de qué hablar contigo
— Yo sí, sólo escúchame y te ganarás tu pase de salida — bromeo, aunque reconozco que es un terrible momento para ello.
— Bien, habla.
Comienzo a explicarle desde un principio, se ve tan linda enojada que me tardo más en decirle toda la verdad.
EDUARDO
Llego a casa y lo primero que veo es a una pequeña intrusa en el jardín, me dijo a ella para averiguar quién es.
— Hola
— Hola — responde la niña
— Soy Eduardo, ¿Y tú?
— Renata, mucho gusto, ¿Tú también vives aquí?
— Así es
— Tú jardín es precioso, ¿Sabías que pueden vivir aquí las hadas?
— Pero por supuesto
— ¿De verdad lo crees?
— Claro, cuando era niño, mi hermana y yo las veíamos
— ¿Tu hermana es Valeria?
— Así es
— Mi papá Alan es su novio
— ¿Tu papá Alan?
— Sí, él es muy afortunado de tener a una hija como yo, aunque sólo sea de mentiritas
— ¿Entonces, no es tu papá de verdad? — ya estaba alistando los puños
— No, en realidad es mi tío
— ¿Tu tío?
— Sí, pero no tienes que repetir todo lo que digo, Eduardo
— Perdón, es que me tomas por sorpresa — ella me mira minuciosamente
— Eres muy guapo, te pareces a un príncipe azul
— ¿Yo?
— Sí, tú, qué lástima que aún soy una niña — me hace sonreír
— Eres muy directa
— Lo sé, prefiero decir la verdad siempre, pero no me cambies de tema, cuando sea grande, ¿Crees que quieras ser mi novio?
— Claro, ¿Quién podría resistirse a una persona tan encantadora?
— Bien, entonces es un trato hecho. — me estrecha la mano y correspondo
— Desde luego, ¿Pero qué haces aquí?
— Vine con mi mamá y mis tíos para hablar con Valeria sobre el mal entendido
— ¿Un mal entendido?
— Sí, ella cree que yo soy en verdad la hija de mi tío, y que mi mamá es su esposa
— ¿En serio? No estaba enterado
— Estás muy atrasado de noticias, pero no importa, ahora vine para hablar con ella
— ¿Tú?
— Claro, ¿Quién más?
— Creo que los problemas de los adultos, los tienen que arreglar ellos
— Ash, eso mismo dijo mi tío, ¿Ustedes son amigos o por qué dicen lo mismo? — replica
— Bueno, prácticamente lo acabo de conocer, pero sí, tiene razón, sobre todo cuando son cosas de parejas
— Cuando seas mi novio, ¿tendremos que solucionar nuestros problemas sólos? — nuevamente, me hace sonreír
— Supongo que sí
— Entonces, ¿Ni siquiera puedo ayudar?
— Sí, no veo porqué no, ¿Entramos?
— Sí…
Renata es una niña encantadora, me ha robado el corazón.