Capítulo 12.

1098 Words
EL BESO VALERIA Mi nana me mira como si esperara otra cosa, quizá otra conversación u otra reacción, es extraño, ¿Habré olvidado algo importante? ¡Ya sé! De seguro espera que le pregunte por Eduardo, aunque dudo mucho que ya haya llamado. — No, qué descansar, necesito entregar unos trabajos antes de dos horas, debo darne prisa — Pues córrele, pues mija — Sí… ¿No me ha llamado Eduardo, verdad? — No, mija, pero no preocupes, si llama en estas dos horas le diré que tienes algo importante que hacer para que llame más tardecito — Gracias, nana Le doy un beso y me retiro para hacer mis deberes y luego escucho que alguien llama a la puerta. Fabi corre a abrir, de seguro es su galán. Sí, si es y viene acompañado de Alan, me extraña que haya regresado, ya que no soy una buena compañía y él lo sabe, me pone tan nerviosa que hasta se me traban las palabras. — Hola, Valeria, ¿Cómo estás? — Manuel me saluda y luego Alan — Hola, ¿Cómo amaneciste? — Bi— bien — Nosotros vinimos para invitarlas a comer — ¡No puedo! — me siento muy nerviosa y me alejo de inmediato ALAN Ella ha tomado una actitud diferente. — Quizá se siente muy apenada por lo de anoche — Quizá no deberíamos mencionarlo — sugiere Fabi — Tienes razón La vemos tomar su laptop y colocarse sus anteojos, se ve tan linda con ellos, luego mira su reloj en repetidas ocasiones y… — Discúlpenla, está muy apurada porque debe entregar unos trabajos antes de dos horas y la pobre se retrasó mucho durmiendo hasta medio día — explica Tina, quien nos ha traído unas bebidas, me dirijo a donde está ella y me siento a su lado en absoluto silencio por caso dos horas. — ¡Ay, no! ¿Y ahora qué hago? — murmura nerviosa — ¿Pasó algo? — Mi computadora se trabó y creo que se borró todo — dice al borde del llanto — me esforcé tanto por ésto — Dame un momento para revisar — digo mientras tomo su laptop — Si no entrego eso a tiempo deberé repetir las materias, los maestros son muy exigentes y… — está al borde de un ataque de pánico — Mírame, intenta mantener tu respiración, cuenta uno para inhalar y dos al exhalar, ¿Sí? — intento calmarla — Sí, uno, dos — Bien, pero ahora más lento, uu- no, do- os, ¿De acuerdo? — Sí, uu- no, do- os, — ella hace lo que le digo y yo hago lo mío Luego de unos minutos, logro rescatar su información, ¡Qué alivio! — ¡Ya está! ¿Son éstos los archivos? — Sí, muchas gracias — De nada Ella no lo ha notado, pero no tartamudeó. Ella vuelve a lo suyo y luego de una expresión de alivio, deja salir una hermosa sonrisa que la hace brillar incluso más que el sol, sonrisa que se borra tras leer un mensaje, supongo que de alguno de sus profesores, ya que se le ve preocupada y nerviosa, ella escribe en su laptop apurada, pero su expresión va de mal en peor y de un momento a otro se coloca un auricular con micrófono, ¿Será que le pidieron hablar en el grupo? — Bu- buenas ta– ta - tardes, — parece que le están haciendo preguntas sobre su trabajo — mi - mi nombre es Va- Valeria de - de lo- los Angeles y mi- mi te- te- tema es… Creo que han sido muy imprudentes al solicitarle que exponga en este momento, sus nervios no la dejaran desenvolverse, ¿Cómo puedo ayudarla? Escucho por un par de minutos y luego me desespero de verla tan presionada. — Pssssst, pssssst — hago ese sonido para que me de un poco de atención, pues tengo una idea, enseguida voltea a verme y mientras se limpia el sudor de la frente le muestro una nota que escribí para ella en la cual sugiero que lea en voz alta sus notas, así sólo tendrá que mirar el cuaderno y olvidar que está hablando para otras personas. Ella toma su cuaderno y yo le ayudo a acomodarlo de manera que no parezca que está leyendo, lo coloco frente a ella en un ángulo que la cámara no lo detecta y comienza a leer. Lo hace muy bien. — Y eso es todo por mi parte Eso último lo escribí al final para que parezca que es una verdadera exposición, siguió tartamudeando un poco, pero disminuyó considerablemente, a manera que todos entendimos lo que dijo. Ahora le están diciendo algo, pero si sonrisa ha vuelto a emerger. Luego de recibir las observaciones de sus profesores, ella apaga la laptop muy contenta y se vuelve hacia mí. — Gracias por tu a- ayuda, me salvaste — Ha sido un placer Ella sigue con su sonrisa encantadora, no se ha quitado los anteojos y no le hace falta porque es bellísima, me siento tan atraído por ella, es como una imán que me obliga a estar cerca de ella y quiero acercarme aún más, pero noto que al dar un paso hacia adelante, ella da un paso hacia atrás pasando alejarse, no puedo evitarlo. — Es muy interesante tu trabajo — Le- les gustó mucho — ella recuerda respirar como le enseñé, lo sé porque noto que ésta contando — Me alegra mucho que no hayas perdido la información — ¡A mí ta- también! — Pero si alguna vez necesitas mi ayuda, ya sabes donde vivo, puedes llamarme con confianza — Sí, yo te - te a- agradezco — ella se están poniendo más nerviosa porque estoy más cerca — De verdad te lo digo, para mí es un placer poder ayudarte — Sí… yo… bu- bueno Estoy tak cerca que al intentar ella alejarse, casi cae, pues ya se encuentra al final de un escalón, me acercó aún más para evitar que se lastime atrapándola, veo como ella cerró los ojos para poder resistir el golpe, luego los abre y me quedo así, tan cerca de ella, ninguno de los dos puede hablar en este momento, pues también siento mi corazón queriendo salirse de mi cuerpo, quizá quiere desconectarse del cerebro y bailar con el de ella, sólo con el de ella. Ya que nadie existe a nuestro alrededor o al menos eso es lo que percibo, no resisto más y con una mano acaricio su mejilla para luego acercarla a mí y besarla.
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