PROBLEMA FAMILIAR VALERIA Fabi y yo hemos venido por Eduardo a casa de Alan, estoy muy nerviosa y la cabeza ha comenzado a dolerme, quizá sea el estrés de tener que volver a ver al mentiroso. — Valeria, no era necesario que vinieras por mí — dice Eduardo en cuanto me ve — Mira nada más cómo estás, — respondo y luego me dirijo a Alan y a Manuel — no debieron permitirle beber tanto, él no está acostumbrado — Sólo fueron unas cuantas copitas, no pensamos que se fuera a poner así — responde Alan — Vamos, Eduardo — Por favor, nosotros lo llevamos — pide Alan — Sí, Vale, deja que sean ellos quienes lo lleven, nosotras ni lo podemos, que tal si nos herniamos — sugiere Fabi — Está bien Durante el camino hasta la habitación de mi hermano, Eduardo dice un montón de barbaridades. — Va