Capítulo 15.

1019 Words
ANGUSTIA VALERIA Acabo de escuchar que mi hermano tuvo un accidente, ¡qué angustia! ¿Pero por qué Tina no dice nada? Ella cuelga el teléfono y guarda silencio. — Tina, por favor, dime qué pasó, te lo ruego — Calma, mija, calma, fue un pequeño accidente — No me digas eso, Tina, Eduardo podría estar malherido ¡O peor aún! Muerto — empieza a faltarme el aire y mi vista se nubla poco a poco, cuando menos lo pienso Fabi y Tina ya me están ayudando con un abanico y un algodón con alcohol. — Huele ésto, Vale, te sentirás mejor — me dice Fabi — ¿Qué me pasa? — Te desmayaste — Lo siento, es que el accidente de Eduardo me desconcertó — Puedes estar tranquila, mija, él está bien, sólo se fracturó una pierna, pero estará bien, dijeron que él llamaría dentro de un rato — Ay, nana, sentí como aquella vez, cuando mis papás murieron, yo no quiero que eso le pase a Eduardo — Te entiendo, mija, vamos a esperar su llamada, ¿Sí? — Está bien FABI Ay, pero qué feo sentí cuando escuché del accidente, pensé lo peor al igual que Vale, Dios no quiera que otra desgracia suceda en ésta casa, cruz cruz… He rezado por un par de minutos, luego me llega un mensaje de mi galán que me roba una sonrisa, quizá eso necesita Valeria para sentirse mejor, lástima que el celular de Vale sigue extraviado, igual y puede dejarle algún audio a éste. El teléfono suena y Vale contesta de inmediato. — ¿Eduardo? — pregunta de inmediato, me acerco para escuchar — Enseguida se lo paso — contesta una voz de mujer, no puedo evitar sentirme un poco celosa, pero no digo nada al respecto — Pondré el altavoz — dice Valeria, muy considerado de su parte, ya que las tres estamos preocupadas — Hola, Valeria, Tina y Fabi, sé que están allí, ya me las imagino pegadas al teléfono — ¿Y Como no, mi niño? Si nos avisaron de tu accidente, pero nomás nos pusieron de nervios — contesta mi mamá — Sentí horrible cuando escuché lo de tu accidente, pensé lo peor — No cantes victoria, todavía tienes hermano para mucho rato — Tonto — Vale llora — Estoy bien, no se preocupen, sólo me fracturé la pierna, pero sanará con el tiempo, de verdad se los digo — Debes descansar mucho y alimentarte bien — le dice Vale — Pues sí, de hecho acabo de contratar a alguien, porque así sólo en casa me será muy difícil atenderme a mí mismo — Nos quedamos más tranquilas de saber eso, por favor, llámanos de nuevo pronto — Llamaré más seguido, eso de guardar reposo será muy aburrido, así que prográmense para escucharme — Te quiero, tontito — dice Vale — Eso de “tontito me suena a que te apiadas de mí porque estoy convaleciente — Un poco, sí… Me alejo, pies escuchar su voz aún me causa estragos en el corazón, afortunadamente se encuentra bien, pero yo tengo que marcar distancia, además tengo al mejor novio del mundo y no quiero lastimarlo por nada del mundo. EDUARDO Lo que menos quería era preocupar a mi familia, ¡Rayos! ¿Por qué tuve que accidentarme justo ahora que pretendía regresar? De no ser por ésto, estaría abordando un avión en este momento, pero no, ahora debo estar en casa, en cama, en fin, ya ni llorar es bueno, aprovecharé para estudiar e investigar más. Me dan de alta y con ayuda de mi nueva empleada temporal logró llegar hasta mi habitación, es un departamento pequeño, por lo que no será mucho trabajo para ella, más bien debe ocuparse de mí, cocinar y ayudarme cuando necesite ir al baño, es vergonzoso, pero no tengo de otra, no quiero ir así a casa a darles más trabajo a Fabi y a Tina, lidiar con mi hermana no ha sido fácil. — Joven, tiene una visita — me dice ella — Gracias, por favor que pase Al poco tiempo entra uno de mis profesores. — Eduardo, la verdad ya te hacía muy lejos de aquí, lamento mucho lo de tu accidente — Profesor, por favor, tome asiento, ¿Le ofrezco algo de beber? — No gracias, sólo vine de pasada para ofrecerte mi apoyo en lo que sea que necesites — Me alegra mucho su ofrecimiento, porque ya que estaré en cama, quiero enfocarme más en el caso de mi hermana — Te daré material para que el tiempo en cama se te pase más rápido — Le agradezco mucho — Y sobre tu hermana, estuve investigando y hay un viejo psiquiatra muy cerca de donde vive tu familia, sólo que es muy difícil de contactar, pero si insistes puede que tengas suerte, aquí te anoté todos sus datos — ¿De verdad? Sería maravilloso que viera a Valeria, quizá él con su experiencia pudiera diagnosticarla y curarla, o al menos, ayudarla a llevar una vida más normal — Verás que todos tus esfuerzos valdrán la pena, lo verás — Rezo porque así sea, ¿Cómo podré pagarle lo que está haciendo poe mí? — No es nada, has sido uno de mis mejores alumnos y me complace ayudarte — Por favor, venga más seguido a visitarme, le aseguro que tendré tiempo de sobra — Sí lo haré.. VALERIA Me he tomado una pastilla para dormir porque me puse muy nerviosa con lo del accidente y presiento que no podré dormir, será larga esta noche. En mi nuevo diario estoy escribiendo todo lo que me sucedió durante el día, cuando llegué a la parte de relatar sobre el accidente de Eduardo me sentí muy culpable pues las visitas de Alan, me hacen sonreír, no puedo evitar sentirme tan… tan… es como estar entre las nubes, bueno, nunca he estado tan arriba, pero supongo que así se siente, aunque tengo miedo, pues mi pesadilla me advertía cómo terminaría todo y ahora Eduardo se accidentó, quizá ésto sea una señal de que ya no debería ver a Alan.
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