Capítulo 23.

1059 Words
TORMENTA VALERIA Espero la respuesta de esa mujer, presiento que no me gustará lo que estoy a punto de escuchar. — ¡Ahora que estamos esperando un hijo, Alan! ¿Qué clase de familia tendrá? Dime, quizá sea mejor que no lo tenga — ¡No diga eso! — interviene Valeria — Alan, no puedo creer que estés dispuesto a perder a tu hijo con tal de seguir con tu vida llena de libertinaje, ¡No quiero volver a verte! — ¡Valeria! ¡Te juro que…! — Dejo de escucharlo porque me retiro inmediatamente, estoy muy afectada por todo ésto. ALAN ¡Rayos! Esta mujer sigue haciendo de las suyas, pero ésto se acabó, hoy mismo la denunciaré. — Brianda, ¡Vete de mi casa! — Te lo dije, cariño, tú sólo eres sólo mío — ella se va con una sonrisa victoriosa, que ni crea que ha ganado, no sé cómo, pero recuperaré a Valera. Manuel regresa y me cuestiona sobre lo ocurrido. — Bro, ¿Cómo me dices que Brianda lo empeoró todo? ¿Y tú lo permitiste? — ¿Y qué podía hacer? Era mi palabra contra la de esa loca y Valeria ni siquiera me dió oportunidad de defenderme. — Vamos a denunciarla, anda, antes de que logre arruinarte la vida para siempre. — Tengo que ver a Valeria — Ella no quiere verte, dale tiempo para que se calme, además, Fabi hablará a tu favor, ¡anda! — De acuerdo. BRIANDA Pero qué estúpida es esa mujercita, si supiera que todo es mentira, ja, ja, pero nunca quitaré el dedo del renglón, no voy a dejar que Alan sea feliz contigo ni con nadie, ¡Con nadie! Así como yo he tenido que soportar todos sus desprecios, él deberá vivir siempre sólo, estaré tras de tí, Alan, por el resto de tu vida hasta que te mueras o termines aceptándome. FABI No puedo creer que esa mujer siguiera engañando a mi Vale y ella tan crédula, debería confiar más en Alan, pero la entiendo, quizá yo en su lugar estaría igual o peor. Ahora hay que tratar de persuadirla para que deje que Alan le explique todo, ¿Será que Eduardo tiene una solución? Lo llamaré. He estado tratando de comunicarme con Eduardo, pero no contesta, justo ahora que necesito su punto de vista, ni modo, tendré que ingeniármelas yo sola. Ya es otro día y Vale ni siquiera me ha dejado tocar el tema, pues me ha amenazado con la ley del hielo si me atrevo a hablarle de Alan. Hemos venido a la universidad, yo para mis clases y ella para su curso ese con su psiquiatra… Quizá pueda hablar con él y pedirle consejo. — Bueno, Vale, me tengo que ir a mis clases, pero te veré para el almuerzo, ¡suerte! — Suerte para ti también. VALERIA Estoy en el diplomado, ya pasó el almuerzo y ahora el doctor Jiménez está hablando sobre algo, no entiendo mucho del tema porque no estoy prestando atención, solo escucho el sonido de su voz, la cabeza me duele un poco y algo no me está gustando, no sé qué es, pues no puedo identificarlo, tal vez el ambiente, quizá el tema me incomodó, no lo sé, siento una presión en el pecho que no me deja respirar con normalidad. — ¿Valeria? ¿Se siente bien? — escucho la voz del doctor a lo lejos — Sí, gracias — respondo, pero mentí. El cielo está nublado y ha empezado una tormenta eléctrica, siento escalofríos por todo mi cuerpo y tengo mucho miedo, siento agitarme con cualquier cosa, mis nervios están muy alterados. — ¿Valeria? — insiste el doctor Pero esta vez no he podido responder, pues los truenos me tienen completamente inquieta. De pronto siento la mano del doctor en mi hombro y me estremezco. — ¡No me toque! — Valeria, está a salvo aquí — ¡No, no lo estoy! ¡Aléjese de mí! — Me levanto de mi banca abruptamente y busco la salida, pero no logro llegar a ella, ya que otro trueno me hace colapsar… todo se torna oscuro. DOCTOR JIMÉNEZ Esta niña se ha puesto muy mal con la tormenta, creo que ya sé por dónde empezar. — Perdió el conocimiento, rápido, ayúdenme a llevarla a enfermería — Sí, doctor — me apoyan algunos alumnos — Y que alguien busque a su amiga Fabiola, desconozco en qué salón está. Dejo a Valeria en enfermería con Fabi, pies debo regresar a terminar la clase, pero le doy indicaciones de llevarla al consultorio cuanto antes posible mejor, además, le pido a la señorita que le informe al doctor de los Ángeles sobre lo ocurrido para que esté al tanto y sea más fácil trabajar en conjunto. FABI Intento llevarme a Valeria de aquí, aprovechando que la enfermera se quedó con Valeria, fuí por el auto para acercarlo a la enfermería y así no exponerla más, pero no funciona, no sé qué pasa, yo no sé de éstas cosas, ya le marqué a Manuel para que le ayude, pero me manda a buzón, ay, Diosito, santo, mi única opción es llamar a Alan, pero ¿Y si Valeria lo toma mal? Será el sereno. ALAN Fabia me llama solicitando mi ayuda, que luego me explica, ¿Le habrá pasado algo a Valeria? — ¡Vámonos! Y trae tu celular — le indico a Manuel — ¿Mi celular? Ah, caray, estaba apagado Llegamos a la universidad y Fabi nos cuenta lo sucedido, entro a la enfermería, pues ha sido sedada. — Voy a subirla al auto — Muchas gracias, Alan — expresa Fabi Manuel se ofrece a quedarse con el auto de Fabi para revisarlo o llevarlo al taller, Fabi y yo nos vamos a casa. — Gracias por llamarme, Fabi — No es nada — ¿Hay algo más en lo que pueda ayudar? — El doctor Jiménez me pidió llevarla a su consultorio lo antes posible, claro que ahorita está dormida, pero si el auto no funciona para mañana, tendré que… — Ni lo digas, sé que ella no quiere verme, pero Manuel puede llevarlas, incluso puedo prestarte mi auto, por eso no te preocupes — ¿De verdad, Alan? No sabes cuánto te agradezco — Y por favor , siempre llámame para lo que sea...
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD