CAPITULO 5.

1019 Words
LAGUNAS MENTALES ALAN El administrador reacciona a mi solicitud de manera que siento que intenta quedar bien de forma exagerada, aunque perspicaz. — Aunque extraña su petición, sus palabras órdenes, señor — responde el administrador — Sólo quiero pasar desapercibido entre la gente, así sabré lo que los clientes piensan realmente del lugar — Excelente estrategia, señor, aunque con ello podría estar espantando a su futura esposa — Nada de eso — no espero que ésto asuste a Valeria, aunque anoche demostró no darle nada de importancia al estatus social. — Si no me necesita más, ¿Puedo retirarme? — Claro, todos necesitamos descansar — El lugar estará limpio y en excelentes condiciones para esta noche, se lo aseguro — Lo sé, y te agradezco mucho por el esfuerzo — Que tenga un buen día, señor — Hermano, somos un éxito — celebra Manuel — Lo sé, aunque tú como mi socio debes tener reconocimiento también, que tu apellido se haga conocer — De ninguna manera, a mí también me gusta pasar desapercibido, con un señor Ibarra es más que suficiente — Pondrías ser el señor Estrada — ¡Ni Dios lo mande! — se persigna — Entonces el señor Ibarra se queda, si preguntan por mi apellido, diré que soy Alan del Olmo para despistar — No es ninguna mentira, es tu segundo apellido, así que está bien — Vamos a desayunar… VALERIA Las horas han pasado y yo sigo sin poder dormir ni recordar lo de anoche, estoy tan confundida y asustada por estas lagunas mentales, pero no quiero preocupar a nadie, suficiente tienen ya con mis antecedentes. Fabi ha venido para compartir nuestras experiencias con nuestros supuestos galanes de anoche, pero no puedo decirle lo que sucedió realmente, ¡ni que lo he olvidado todo! — Valeria, vine para que me cuentes lo de anoche, ay, ándale — comenta Fabi — Bueno, él es un hombre muy atractivo, sólo eso te puedo decir, mejor tú dime cómo te fue con… perdón, desconozco su nombre. — Manuel, se llama Manuel, es guapísimo y hasta me pidió mi teléfono — ¿Y se lo diste? — Por supuesto — Te ves muy contenta, me gusta mucho verte así, aunque me da miedo que te vuelvan a romper el corazón como lo hizo Eduardo — Mejor ni toquemos ese tema, y mira, yo espero que podamos salir los cuatro algún día, ándale, ¿sí? — No te aseguro nada, ya sabes que a mi no gusta salir — Lo sé, pero tenía la esperanza de que este fuera el comienzo de algo extraordinario, además, anoche parecías toda una diva, tan bella y sensual, arrasando con todas las miradas y bailando en el centro de la pista, parecías una popstar de esas que salen en la televisión — Pero qué cosas dices, Fabi, claro que no — No seas modesta, sabes que es verdad, pero no te voy a presionar, pues haber salido, al fin, luego de tanto tiempo de encierro ya es un enorme paso. — Gracias por entenderme, Fabi. — Ya levántate pues, que en realidad yo venía por ti para comer algo, mi mamá nos va a regañar por la desvelada y la mal pasada, así que apúrate — Me daré un baño rápido y te alcanzo — Sale. Si supieras que no tengo recuerdo alguno de todo eso que me dijiste, Fabi, ¿Yo una popstar? ¡Pero qué tontería! Claro que no, ni en mis más locos sueños. ALAN Ahora es el momento para pedirle a Manuel que me ayude con los datos de mi chica, muero por volver a verla. — Hermano, sé que tú no me fallas y que puedes conseguirme el teléfono de Valeria con Fabi — ¿Es en serio? A ver, explícame, ¿Cómo es que fuiste capaz de no pedirle su teléfono a la chica de tus sueños? No inventes. — Bueno, es que… no hubo tiempo — Esa chica sí que te idiotizó — Por primera vez tienes razón y no pienso negarlo — ¿Por primera vez? Sí, claro, lo que tú digas — Le escribiré a Fabi, pero bo respondo si me quedo dormido, ya que a diferencia de tí, ni siquiera tuve la oportunidad de recostarme a descansar — ¿Se te fue viva la paloma? ¡No lo puedo creer! — Te lo dije, es una chica diferente de todas las que hemos conocido — ¿Y dices que el idiotizado soy yo? — replico — Está bien, debo reconocer que yo te hago segunda, como siempre. — Mira su celular con una gran sonrisa en su rostro — ¿Ya contesto, verdad? — ¿Qué comes que adivinas? — Eres muy predecible — Claro que no — Sí, claro que sí, basta con una sonrisita de estúpido y listo — Mi sonrisa no es estúpida — No, es re-estúpida — No, es de amor puro — Y ya quiero verte cuando empieces a mensajear con Valeria, me las voy a cobrar — Sí, yo sé que lo harás, ¡Cielos! FABI El príncipe de anoche sí me escribió, ¡estoy tan contenta! — Vale, ¿Estás despierta? — me asomo a su habitación — Sí — responde bajo las cobijas y entro — ¡Qué bueno! Porque estoy muy emocionada — ¿Por qué?, ¿Qué pasó? — pregunta descubriéndose medio cuerpo — Para el chismecito no estás dormida, ¿Eh? — La verdad no pude dormir — ¿Por estar pensando en Alan? Uuuuy — Sí, es por eso, pero ya no quiero hablar de él — ¿Pero porqué no? Si también es guapísimo, pero no más que Manuel — La verdad… ni siquiera creo que yo le interese, sólo fue un amor de una noche y ya — Pues te equivocas, porque Manuel me pidió tu teléfono para dárselo a Alan — ¿Qué? Pero no se lo habrás dado, ¿verdad? — ¡Pero claro que sí! Así que sí le interesas, ¿Lo ves? Ya podremos comenzar a planear una salida de los cuatro juntos — Ajá, sí…
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