AMOR FRUSTRADO
VALERIA
Últimamente me he sentido diferente, físicamente hablando, ¿Será un síntoma aunado a las lagunas mentales que sufro con frecuencia? No quisiera preocupar a nadie, pero si no es eso, entonces estoy enferma de otra cosa, tendré que acudir con un médico cuanto antes. Quizá Fabi pueda ser mi cómplice en ésto, al menos hasta saber de qué se trata, tengo tanto miedo, pero en fin, creo que eso de tener miedo ya es algo muy normal en mí.
EDUARDO
Ya lo pensé muy bien y recuperaré a Fabi, no sé cómo ni cuándo, pero estoy seguro de que ella aún siente algo por mí y no pienso dejarla ir de mi vida así nada más, eso sí, primero tengo que averiguar qué fue exactamente lo que sucedió para que ella terminara con el corazón roto por mi causa, creo que esa es la clave para que ella y yo volvamos a estar juntos, y ya sé por dónde empezar.
FABI
Vale me contó que no se ha sentido bien, así que me estoy preparando para ir con un médico, ¡ay, mi amiga! ¡Cómo le pasan cosas! De verdad que ya quisiera que ella tuviera una vida normal, como yo, que nunca me enfermo ni nada de eso, me daré prisa para irnos cuanto antes pues nos urge el diagnóstico de un doctor y de ser preciso, el tratamiento, pero eso sí, antes de irme le prendí su veladora a mi santito, mi mamá siempre dice que lo haga cada vez que siento una angustia y ahora es cuando.
TINA
Mi niño Eduardo anda muy preguntón, ahora resulta que le ha dado por recordar cosas del pasado, que sí qué fue lo que sucedió exactamente cuando terminó la relación entre él y mi hija, que si ésto, que si el otro, ¡Ay, este muchacho! Hasta parece que no sabe lo que le hizo, si no fuera porque lo quiero, tanto lo mandaría a volar en un santiamén. Sabrá Dios qué es lo que pretende ese niño, ojalá que no se le esté ocurriendo revivir aquellos sentimientos.
— Ándale, Tina, dime qué fue exactamente lo que sucedió.
— Eduardo, ¿cómo te voy a creer que no te acuerdes de eso? ¡Si fuiste tú el que le rompió el corazón a mi muchachita! — reclamo
— Lo sé, Tina, y me siento tan apenado por ello, por eso recurro a ti, pues solamente así podré darles la explicación que por tanto tiempo han estado esperando, ándale — insiste.
— Ándale pues mi hijo, pero nada de andar mareando a mi chamaca con tus cosas de amor, ¿eh? Recuerda que ella ya tiene novio y Manuelito es un buen muchacho, la quiere un montón y nosotras a él.
— Eso también lo sé, nana, no tienes ni que recordármelo, cuando lo conocí me pareció un tipazo y hasta me gustaría considerarlo mi amigo.
— Bueno, pues siéntate acá juntito a mí para que me escuches mejor, — Eduardo me obedece y se acurruca a mi lado — mira, mijo, cuando tú te fuiste, mi hija estaba rete ilusionada, ella juraba que volverías para casarte con ella
— Y de verdad que sí pensaba hacerlo, nana, te lo juro por Dios
— No ande jurando cosas por Dios, nunca en su vida, ¿Me escuchó un niño? — lo reprende por irrespetuoso
— Está bien, nana, perdóname, pero por favor, sigue contándome
— Ándale pues, pero nada estarme interrumpiendo con tus cosas
— Será como tú digas, te lo prometo
— Ya que tú estabas allá mi hijo, ya ves que se marcaban bien seguido y platicaban, se mandaban mensajitos y todas esas cosas de novios, vino esa muchachita que fue tu novia, ¿cómo se llama? — digo tratando de recordar
— ¿Karina, nana?
— ¡Ándale, esa mera! Ella vino y le dijo a mi Fabi que tú y ella seguían amándose y que incluso, venía de visitarte allá donde tú andabas
— Pero eso es mentira, nana, yo nunca vi a Karina estando allá, te lo puedo jurar
— ¡Que nada andar haciendo juramentos, niño malcriado! ¡Entiende! Pero sí, yo misma vi las fotos que traía la muchacha donde tú y ella estaban en la cama haciendo ya sabes qué cosas
— No, nana, de verdad te lo digo, Karina y yo jamás estuvimos juntos en mi tiempo fuera de aquí, ¡jamás! Incluso, ahora tampoco la he visto, gracias a Dios, de que terminamos ella y yo, terminamos y se perdió toda conexión entre nosotros, ni siquiera somos amigos en r*************
— Niño, pues entonces, yo no sé de qué artimañas se valió para lastimar a mi chamaca
— Nana, te juro que ésto no se va a quedar así, voy a desmentir todo, ya lo verás
— Pero que no sea para confundirme a la Fabi, te lo ruego, mijo
— No te preocupes, nana, eso no pasará, además, ella merece saber que yo nunca la engañé.
— En eso siempre tienes razón, mijo, ya decía Valeria que necesitabas estar aquí para aclararlo todo, cuánta razón tenía.
— Mi hermana está más cuerda que los tres juntos, nana, de eso no tengo duda
— Si yo nunca he dicho lo contrario, solamente tienen sus conflictos internos, pero ella es inteligente y sensata
— Aunque a veces también es muy impulsiva, pero siempre ha sido así
— Así es, mijo…
VALERIA
Ya estoy en consulta, Fabi dijo que me dejaría a solas con la doctora para no incomodarme, estoy muy nerviosa, pues me hizo preguntas sobre mi periodo y me mandó a hacer análisis, la verdad no me había percatado que no he tenido mi periodo, ¿Será que estoy embarazada? Y si es así, ¿El bebé es de Alan? ¿Cómo saberlo? ¡Si lo olvido todo!
— Valeria, ya tengo tus resultados
— La escucho, doctora
— Efectivamente, es lo que pensaba, estás embarazada, muchas felicidades…