CAPÍTULO SIETE Reece marchaba al lado de Selese, Illepra, Elden, Indra, O’Connor, Conven, Krog y Serna, los nueve caminaban hacia el Oeste, como habían hecho durante horas, desde que salieron del Cañón. Reece sabía que en algún lugar, su gente estaba en el horizonte y, vivos o muertos, estaban decididos a encontrarlos. Reece había quedado sorprendido cuando pasaron por una zona de destrucción, interminables campos de c*******s, llenos de aves de rapiña, carbonizados por el soplido de los dragones. Había miles de c*******s del Imperio llenando el horizonte, algunos de ellos todavía sacaban humo. El humo de sus cuerpos llenaba el aire, el hedor insoportable de carne quemada impregnaba una tierra destruida. Quien no había sido asesinado por el soplido del dragón había sido dañado en la bata