Mi cuerpo inmóvil, contempla con horror esa frase: “La reina ha muerto”. Levanto la vista y dirigo toda mi furia hacia el general Vasiliev. —¿Están jugando conmigo?¿Con mi propia existencia?—las palabras que emanan de mis labios parecen llevar consigo veneno mortal que cae brutalmente sobre el general y él me mira avergonzado. —Fue por su propio bien, majestad—respondió agachando la mirada lejos de la mía. —Esa decisión sólo me correspondía a mí—respondí tratando de controlar la frustración de mi corazón— ¡Yo soy la reina! —Esas fueron las últimas instrucciones de la archiduquesa— expresó severamente— esa fue su ultima voluntad, proteger lo que quedaba de su familia. —¿De que habla? ¿Que fue lo que pasó? Tensó la mandíbula provocando que su rostro tuviera una apariencia más aterrad