Ahora, en este mismo instante me cuesta trabajo creer todo lo que está pasando a mi alrededor. No puede ser posible.Mi hijo, mi único hijo, esta enfermo y lo peor es que aquella enfermedad pone en riesgo su pequeña y corta vida. Pienso en el dolor que puede estar sintiendo, en lo espantoso que resulta para él respirar. Mi fuerza cae en un pozo sin fondo,sin luz, sólo en completa oscuridad. Mis manos cubren mi rostro y ocultan más lágrimas, ya no puedo soportar las calamidades que me rodean, siempre llevándose lo que más amo. —¿Que podemos hacer?—dijo Melanie en un tono desesperado. —Lo primordial sería alejar al pequeño de este clima y por supuesto ingresarlo en un clínica para su pronta atención. Mientras se le administre más pronto un tratamiento su vida estará fuera de peligro. Sin