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—Yo sabía que mi hija no podía haber muerto tan fácilmente, no mi Helena. —Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que te vi y han pasado tantas cosas, papá. Perdoname por ocultarte esto a ti— mi voz sonaba desesperada. Ahora que tenía un hijo, conocía perfectamente ese sentimiento de perdida que sólo un padre o una madre puede tener por sus hijos. —Tal vez aquella decisión fue la mejor de todas— expresó en un tono de voz que reflejaba arrepiento, agacho la mirada y evito verme a toda costa— ¡Oh, hija mía! Tu sufrimiento, el Calvario que has tenido que sufrir ha sido culpa mía, siempre culpa mía. Soy un estúpido por no haber detenido a tu madre cuando me di cuenta de lo que tú hermana tramaba, yo... —¡Conde Hamilton!—manifesto Lorian con clara severidad en su tono de voz y en su mira