Llegamos al museo en poco tiempo. Todo el camino lo usé para calmar mis nervios y ponerme una máscara de serenidad, aunque por dentro estoy nerviosa y con ganas de gritar de la histeria.
Pero no soy de las que se echan para atrás.
Soy una mujer con un propósito y lo voy a conseguir.
Elliot baja del auto y cuando me tiende la mano lo dudo unos segundos antes de tomarla y salir del auto.
Ajusto el vestido y verifico que todo esté en orden antes de darme cuenta de que este me cubre con su cuerpo dándome el momento de privacidad que necesito.
Bien, al menos está en su papel.
—¿Entramos?
—Andando.
Entrelaza mi brazo con el suyo.
—Acostúmbrate a mi cercanía en público, Aria.
—Ya.
—Evítame problemas.
Me detengo en seco y este me mira con interés.
—¿Qué?
—Esto lo voy a decir una sola
