—Estás muy callada. Miro a Elliot que está sentado a mi lado. La cena a dado inicio y solo me he dedicado a asentir alguna que otra cosa y cenar. Elliot ha estado muy ocupado tratando de envolver al Shayk Amir. Debo darle créditos, porque el hombre parece más accesible. Sorbo de mi té y niego. —No pasa nada— murmuro y tomo uno de los revani que han dado como parte de una elaborada bandeja de postres de medio oriente. Ya me he comido la pera bañada en caramelo, así que supongo que necesito cerrar el pico. —Y dime una cosa, Aria —el Shayk llama mi atención— Porque, ¿puedo llamarte Aria? Hijo de… Que puedo hacer si estoy en frente de todos. Asiento. —¿Qué te ha parecido la cena? Le doy una sonrisa falsa. —La verdad, señor Amin. Estuvo exquisita. —Llámame Amin, por favor— replic