No era un sueño, esa mujer era real. Su esbelta figura más el aroma especial, le confirmaron una nueva oportunidad, casi le roba un suspiro al ver como esta volteó su rostro, sus hermosos ojos negros lo observaron con encanto, aunque su rostro no era idéntico al de Elena, su cabellera sí, el flamante rojo, su hermosura por igual le hacía honor a la de su difunta esposa
Está sintió la conexión, lo intuía por la forma en que su pecho se agito, sus ojos brillosos, empezó a caminar despacio hacia el, acortando la poca distancia que los separaba, la espero atento a su figura enigmática y la fragancia envolvente, sus brazos siempre anhelaron volver a sentir esa magia.
—¡Danna, amor!, ¿dónde estás?.—Una voz masculina interrumpió ese momento tan especial, esperaba que ese lobo tuviera razones de peso, aunque no lograba identificar al propietario de está como m*****o de su manada. Ella se detuvo y giro, este fue directo hacia la mujer misteriosa y la abrazo; tuvo que hacerle resistencia a su lobo que empezaba a revolcarse de la furia en su interior.
Un lobo fornido y algo joven, había aparecido entre los arbusto, bastante joven si lo comparaban con el.
No era un espejismo lo que observaba, más bien otra desgracia en su destino, otra vez la diosa luna le había dado la espalda, su mate tenía pareja, noto a la mujer no hacer resistencia para alejarlo, más bien abrazarlo con afecto.
El seguia parado frente a los amantes como un idiota, hasta que el hombre fue consciente de su presencia y su cara reflejo cierta admiración.
—Alpha, mi nombre es Camell, discúlpeme por no haberlo saludado.—Entonces ese lobo sabía de el y su condición suprema. Se acercó, necesitaba saber quienes eran y porqué el tenía a su luna.
—Hola, no te recuerdo joven lobo, ¿a qué manada perteneces?.— Este se retiro un poco de la loba y le dió el frente.
—Soy nuevo, en verdad somos de la manada "Luna Clara", hace un meses le pedí refugio a Osman, a mí esposa la transfirieron a su empresa y quise venir con ella acompañarla y de paso integrarla con una manada tan poderosa.—Sintio un fuerte ardor en el pecho, al parecer ya tenía un enlace fuerte con su luna, como era posible que eso estuviera pasando. Aparte tendría que soportarlos en su manada y a ella en su empresa.
—¿Me imagino que tú serás la nueva gerente de finanzas?, Danna Sucre.—Se dirigió hacia la loba, estaba impactada al igual que el, incluso la noto algo temblorosa
—Si Alpha, disculpe por no reconocerlo, sali a caminar y me ví casi hipnotizada por todo el lugar, esto es realmente hermoso. —Clavó los ojos en la tumba, al igual que un dedo en la llaga.—¿Es la tumba de su luna?.—Asintió, ella lo veía ahora con lástima, sabía de su desgracia, algo extraño, para quien le costaba identificarlo.
—No se preocupe, si me disculpan, me gustaría estar a solas con mi esposa.—Estos miraron la tumba, posiblemente creyeran que estaba loco, no le importaba, metafóricamente también estaba muerto, era solo materia andante. Sin esperanzas.
Los vió alejarse agarrados de la mano, froto su cara para volver en sí, todo su aroma estaba revuelto.
Permaneció más de 5 horas sentado sobre la tumba, de no ser por su mejor amigo y beta no regresaba a la manada.
—Conocí a la nueva empleada, no pudo haber sido peor mí desgracia.— Este parecía extrañado por sus palabras.
—No entiendo Alpha, Danna es de nuestras mejores empleadas, acepte el cambio por sugerencia de nuestros contactos en Londres. La necesitamos en la cede, si deseamos expandirnos, también deberías conseguir otra analista en el departamento de contabilidad, pienso poner Marlyn como su asistente.
—Estas bastante integrado en los asuntos de la empresa, para ser tan esporádicas tus visitas y en este mes casi nulas.
—Tu secretaria se encarga de mandarme los informes, nadie como ella para dar detalles precisos.—Sonrió, en verdad está era especial. Recordó la tarta que aún permanecía en el asiento de su coche, la cual le había enviado su hija, cuando se fueron acercando hacia las cabañas, invitó a su amigo a comer pastel.
—Necesito que me acompañes a celebrar mi cumpleaños por atrasado.
—Estoy verdaderamente asombrado Alpha, ¿ya dejaste de odiar esa fecha?.—Nunca lo había odiado, simplemente no lo disfrutaba, solo recordaba dos cumpleaños felices, cuando Elena aún vivía.
—Mas bien deseo compartir este presente contigo, así endulzar un poco mi vida, muchas cosas amargas suelen suscitarse sin que lo sepas.—Despues de decir estas palabras, fue hacia su carro.
Tomo del asiento copiloto la bolsa, fueron directo a su cabaña, encendió las luces y luego fue a la cocina por cubiertos y dos platos; cuando regreso su beta ya tenía dos latas de cerveza en la mano, bien que lo conocía.
Se sentó en el enorme sofá de cuero marrón, Osman se encargo de destapar el pastel, tenía escrito con suspiro la icónica frase festiva "feliz cumpleaños". Lo peor no fue eso, más bien como su beta empezó a cantarle.
—Happy b.....Happy birthday to you
Happy birthday to you
Happy birthday, happy birthday
Happy birthday to you...—Un espanto de voz.
—No vuelvas hacer eso, malogras mis timpanos Osman.
—Ya, mejor probaré la tarta, haga los honores cumpleañero. —Le hizo caso, se inclino, procedió a cortar un generoso pedazo de pastel, olía muy bien, ese olor familiar que tanto le gustaba, aúnque dudaba que supiera tan rico como el de la mujer que lo trajo al mundo y luego lo abandonó.
Su beta fue el primero en dar un bocado luego el lo siguió, coloco una generosa porción en su boca, suave y delicioso, la sensación única de experimentar como se deshacía en su boca fue gloriosa, una masa muy suave con los toques característicos del pastel de su madre.
Todos los sabores fueron envolviendo su paladar, un ligero toque de chocolate, aliñado con frutos secos tostados inundó sus sentidos, la fresa se percibía de forma sutil y al final algo cremosa. No podía ser, sintió tanta confusión, la nostalgia lo sobrecogió nuevamente.
—Es el mejor pastel que he probado en mi vida Alpha.—Su beta no dejaba de comer, ya el acababa de devorar su pedazo.
—El resto puedes llevártelo, no deseo más.—Recibio la mirada de asombro de este.
—¿Estas bromeando?, está muy bueno, más que eso, diría delicioso, hablare con Margaret, para que su hija me mande la receta.
—Como desees.
Fue lo último en decir en referencia al pastel, luego de charlar por varias horas con su beta y de paso almorzar con su numerosa familia, decidió volver a la cuidad, ya en ese día había pasado por dos pruebas. Sus animos no estaban para seguir sintiéndose burlado por el destino.