Llego a casa de mis padres con una pequeña sonrisa socarrona. Ayer después de dejar a Rachel me fui a casa y mi vecino no había llegado, por lo que la ansiedad se había disparado otra vez, entonces para evitar hacer algo desagradable decidí llamar a mamá y cumplir con mi amenaza, eso subió mi animo otra vez, hoy será un día grandioso, muero por pasar tiempo con mi hermana. - Oh cariño, ya te extrañaba - mi mamá me recibe apenas entro a casa y me aprieta en un abrazo que correspondo, físicamente somos idénticas, otra cosa que me encanta de mí, mientras todos aquí son altos, nosotras somos unas chaparritas, eso nos hace el centro de todas las fotos, además que mi tamaño al parecer hace que mis padres y Ramsés olviden mi edad, es decir, con veintidós me siguen tratando como de ocho, y adoro