Deseo 1: Dibujando sonrisas.

1526 Words
Primer deseo. Dibujando sonrisas. Me desperté sintiendo los rayitos del sol que se colaban por mí ventana, estiré mis brazos y piernas, alejando de mí la pereza. Hoy debía ajustar los últimos detalles, si todo salía bien mi primer deseo se cumpliría. Me sentía orgullosa de lo que estaba consiguiendo, pero sin embargo me asombraba del gran impacto que tenía “un intento de s******o con consecuencia”. Ese era el titular de revistas, periódicos y blogs de la ciudad, había generado mucha conmoción. Me duche y vestí con ropa cómoda, prepare café y unos panqueques. El timbre del departamento sonó, imaginaba que era Ron, habíamos estado hablando mucho del desarrollo de su proyecto y de cómo me acompañaría en todo el proceso. La verdad me agradaba mucho, era un chico muy dulce pero sobretodo caballeroso. Abrí la puerta y en seguida me di la espalda para voltear los panqueques  ye evitar que se quemarán. —¿Vienes con hambre, Ron…?—me giré y la sorpresa mi invadió. Era Eric, su rostro de sorpresa fue evidente, pero luego cambió por uno de enojo. —¿Ron? ¿Esperabas a alguien más?—preguntó con molestia en su voz, ¿Qué hacía aquí? le deje claras las cosas en mi antigua oficina—,  Responde. —¿Qué quieres? Ya te dije que no quiero volver a verte nunca más—respondí, mientras ponía mantequilla en mis panqueques. —¿Es por él no? ¿Quién carajos es Ron? ¿Acaso lo conociste estando conmigo?—preguntó victimizándose. —Espera, ¿Me acusas de hacer lo que tú? Porque te recuerdo que fuiste tú quien se fue con alguien más—respondí con molestia.—, Lárgate de mi casa, no quiero verte. —¡No Lucy! No me iré, tú y yo estamos hechos para estar juntos, cometimos errores y fallas, pero de eso se trata—dijo rápidamente—, Eso es lo que hacen las parejas, aprender, mejorar juntos. —¡No Eric! Esto se acabó desde hace mucho tiempo, no lo vimos. Pero ya todo estaba terminado antes de que me llamarás a decirme que tenías a otra—respondí y luego recordé su estúpida llamada—,  ¡Ni siquiera tuviste los huevos de decírmelo en mi cara! —¡No, no, no! Mi Lucy, tú siempre has estado por encima de cualquiera, no puedo vivir sin ti—respondió desesperado mientras me miraba como un cachorro. ¿Qué sucedía con él? ¿Acaso se sentía culpable? Seguramente. —¿Qué ocurre contigo? Nunca  quise estar por encima de nadie, me merezco mucho más que eso—respondí. —¿Todo esto es por ese tal Ron? ¡Respóndeme con la verdad!—respondió y rodee mis ojos. —¡Lárgate de mi casa! Y no vuelvas por aquí, no quiero verte. Me hiciste sentir muchas cosas feas y ¿sabes? Fuiste el detonante de mi decisión, luego de colgarte tomé las pastillas y el vodka—respondí, era muy tarde para arrepentirme, pero era lo que sentía. Rabia, fue tan egoísta conmigo por tanto tiempo, siempre estuve para él. Y cuando yo lo necesite él me engañó con otra. Su mirada cambió se oscureció totalmente, una lágrima bajo por su mejilla a la vez que su boca formo una o. lo había herido y lo sabía, pero no me importaba. Por mucho tiempo me sentí poca cosa para él, me sentí mal con mi cuerpo, porque quizá no tenía las curvas que a él le encantaban, me sentí insuficiente, insegura y él no hizo nada para mejorarlo. Solo me cambió por alguien más, no apareció en el funeral de mi tía, no me visitó, ni siquiera tendió mis llamadas. Era momento de que las cosas cambiarán. Sin decir palabra alguna, se dio media vuelta y se fue corriendo. Momento en el que llegó Ron, por suerte, ya no tenía miedo que me hiciera algo.  —¿Qué ocurre? ¿Estás bien?—preguntó preocupado, asentí pero él me abrazó. Y me derrumbe, le conté todo lo que me hizo y lo que pasó el día que intente quitarme la vida sin éxito.—, Es un completo idiota, Lucy. No merece ni siquiera tus lágrimas, no te conozco mucho, pero estos días que lo he hecho, veo en ti una gran persona. Que como todos en algún momento de nuestra vida, tuvo una crisis y no encontró ayuda. O bueno la suficiente ayuda. —Gracias, Ron—respondí sorbiendo por mi nariz, hoy era un día importante. No dejaría que ese idiota lo arruinará—, ¿Quieres panqueques y café? —Preocúpate cuando diga que no—respondió divertido y me reí. Luego de comer juntos y hablar del proyecto, salimos con dirección al registro. Debía llevar el folder con todos los documentos que me habían solicitado. Ya que como primer deseo, siempre quise ayudar a los menos afortunados. No sólo a los niños o personas de la calle, si no a aquellos que estaban enfermos y no podían pagar sus medicamentos o consultas. Así que aprovechando la conmoción y todo el revuelo de mi situación, logré conseguir patrocinadores e inversores, solo tendría que registrar la fundación. Escogí el nombre hace mucho tiempo atrás, un día que con mi tía preparamos una fiesta navideña en un hospital oncológico, donde les llevamos obsequios, comida y muchas risas a los niños en peores situaciones. Nos disfrazamos de payasitas, nos llamamos así mismas como “dibujando sonrisas”. Por lo que hoy firmaría los papeles del registro civil de la fundación “Dibujando sonrisas”, una lágrima traicionera bajo por mi mejilla y la limpie rápidamente. No podía evitarlo, cada vez que la recordaba pasaba eso. Pero al menos cumpliría lo que fue el sueño de ambas desde hace mucho tiempo.    —Señorita Blue, ¿A quién heredará la fundación al morir?—preguntó la abogada. —Samanta Cooper y Ron Maxwell—dije y él me miró sorprendido, no teníamos mucho tiempo de habernos conocido. Pero ron era un buen tipo, lo sabía por como trató a un mesero y a los animales de la calle. Mi tía solía decir que podemos conocer mucho de una persona fijándonos como trata “a la madre, a un mesero y a un animal”. No entiendo como no me di cuenta de la calidad de hombre y persona que era Eric, trataba mal a cualquier ser viviente. —¿Lucy que significa esto? No puedes hacerlo, esto es tuyo—comentó. —Eres una buena persona Ron, sé que ayudarás a Sam con la fundación, para que siga ejerciendo cuando yo no esté—respondí. La chica asintió y anotó eso en su computadora, el proceso continuó hasta que finalmente me entregó los documentos que necesitaba. Todo estaba listo y registrado, teníamos muchos fondos y eso era parte de mi deseo. Ayudar lo más que pudiera, necesitaba hacerlo. No podía irme de este mundo sin haber ayudado a personas que realmente tienen motivos para vivir, además de necesitar mucho apoyo financiero.  Los días pasaron y recibí mucha ayuda de otras personas que se unieron a la causa, estábamos logrando cosas grandes. Había ayudado a una gran parte de la comunidad del sur que perdieron sus casas por la explosión de un regulador de luz, muchos niños que llevaban meses en listas de espera para recibir quimios, personas que no tenían los recursos para pagar medicinas o consultas, habíamos conseguido ayudar a tanas personas. Pero esa no era la mejor parte, si no que cada vez se sumaban más patrocinantes, personas con millones de dólares que querían ser parte de esto. Ron documentaba todo, lo cual servía como publicidad para ellos. Pero no importaba, todo fuera por seguir ayudando. —Eres mi heroína, de grande quisiera ser como tú—me dijo Emilia, una jovencita de doce años que sufría de cáncer pulmonar. —Ni de chiste, tienes que ser mejor que yo—respondí. —Sé tú historia, intentaste morir—respondió y abrí mucho mis ojos—, Una vez lo intenté, no quería seguir escuchando a mis padres discutir por no tener dinero para mi operación. —No es tú culpa estar enferma, Emi—respondí. —No es tú culpa que tía muriera—respondió inteligentemente, Touché. Dio en el clavo, le sonreí y la abracé—, Eres una gran persona, gracias por donar el dinero de mi operación. —Tú eres maravillosa, serás una gran artista—le respondí, Emilia hacía arte, podía dibujar muy bonito y hacer retratos de personas increíble. Cómo el caso de Emilia fueron muchos más, incluso habíamos organizado una fiesta enorme en un salón. Todo para celebrar la apertura de esta fundación, llamada “dibujando sonrisas”. Porque sí, literalmente dibujábamos las mejores sonrisas, las más sinceras. Y es que todas estas personas merecían una segunda oportunidad, yo tuve suerte, quizá. Estaba muy feliz, sabía que mi tía estaría orgullosa, logré lo que siempre quisimos. Ahora tendría una gran hazaña, mi misión fue cumplida.   Deseo cumplido.
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