Pensar en nosotros

1395 Words
―¿Estás segura de que quieres ese vestido? ― preguntó Roy mientras Noelia  admiraba su atuendo frente al espejo. ― Así es, es la única oportunidad que tengo de llevar un Rosa Clará.― Ella se dio la vuelta y luego se puso de perfil para ver su vientre.  ―Aún no se nota nada.― Comentó Roy.  ―Lo sé, pero me gusta pensar que pronto se verá, yo lo siento y quiero que lo veas.  Roy se acercó y abrazó a su prometida. Estaba feliz, después de todo lo que había pasado la vida los estaba recompensando y ahora tendrían un bebé tan esperado por ambos pero sobre todo por Noelia.  ―¿Por qué te mides el vestido ahora si nos casaremos hasta que nazcan el bebé?― Preguntó Roy curioso.  ―Porque será mi vestido “gol”. Ya sabes, ese por el que bajas de peso, después me lo pondré y diré ¡Lo logré!  Él le dio un beso. ― Para mi siempre serás bella y muero por verte con esa pancita para acariciarla y cantarle a nuestro bebé. Aunque te confieso, creo que es un poco sencillo ― Dijo para molestarla. ― ¿Ah sí? Entonces tendré que incluirle los diamantes que me comprarás en Cartier saliendo de aquí. Roy sonrió, siempre le gustaba como Noelia tenía la última palabra y sus todo lo que se le ocurría en ese momento ― Sabes que sí puedo ir a Cartier y comprar lo que deseas ¿no? ― Presumió.  ― Sabes que Cartier no es mi estilo. Además, aunque la boda sea al estilo Casablancas, el vestido lo paga la novia y a la novia le gusta este vestido. ― Muy bien, entonces está decidido. ― Lo deseo, lo quiero y lo compro ― Noelia se bajó con cuidado de la pequeña plataforma sobre la que estaba y se metió al vestidor para cambiarse. Después de hacer unos arreglos y pagarlo ambos salieron de la tienda. Roy la tomó de la mano mientras caminaban por la calle, era una nueva costumbre que ahora tenía desde que recuperó a Noelia y su relación había salido a la luz. Todos ya hablaban de ellos, de lo que había pasado con la estafa, el libro de Noelia con su historia, que se vendía como pan caliente y sobre todo de los rumores de la boda  habían comenzado sólo faltaba que Roy lo anunciara.  Sin embargo, como Noelia lo había querido, lo rumores del bebé aún no se sabían y Roy y Noelia estaban dispuestos a mantenerlo en secreto lo mejor que pudieran, al menos hasta que ella no pudiera esconderlo, por lo que planearon un “escape” de la ciudad y regresarse a casa de los padres de Roy para estar un poco más escondidos aunque la remodelación de la casa y la boda seguían en pie.  ―Creo que es muy pronto para escapar.― Le dijo Noelia.―  ―¿Por qué? Estoy a una llamada de decirle a mi familia que vamos para allá.  Ella volteó a verlo antes de entrar al edificio donde ella vivía y lo vio a los ojos.― Primero tenemos que ver que el bebé está bien ¿vale? Mañana irmos al ultrasonido, veremos el panorama y después de que estemos seguros, continuamos.  ―Mi amor… ―No quiero volver a pasar esto ¿sabes? Sólo, déjame hacerlo a mi manera por ahora, cuando sepamos todo, podremos hacerlo a la tuya.  ―Vale, entonces mañana vemos lo del ultrasonido y luego… a la mía.  ―A la tuya.― Murmura Noelia.  Noe lo toma de la mano y ambos suben al piso. Cuando las puertas del elevador se abren ven a Terry en la puerta a punto de tocar.  ―¿Max? ― Pregunto ella un poco intrigada, porque tenía básicamente semanas que no sabía de él, era como si se hubiera desaparecido.  ―Noe, disculpa si vine a tu piso pero tenía que hablar contigo… Hola Roy.―  ―Hola.― Contestó cortés.  ―¿Qué es lo que tienes que decirme?  ―Encontré a tu tío, al que me dijiste… ―¿A Alejandro Vega? ¿Cómo? Si, se supone que Mafalda no te dio información y que la hermana de Sandro no la sabía toda.  ―Pero olvidaste que soy Max Terry.― Presumió y Roy lo vio con unos ojos que expresaban todo lo que sentía en ese momento.  Noelia abrió la puerta de su piso y los tres entraron rápidamente. Ella dejó su bolsa sobre una de las cajas que ya tenía empacadas y volvió a mirar a Terry.  ―Y ¿Qué pasó?  ―Es dueño de un pequeño hostal en una playa, me contacté con él hoy por la mañana y nos invitó.  ―¿Nos? ― Dijo Roy de imediato mientras se acercaba a Noelia.― Quieres decir a tí, a mi y a ella.― Aclaró.  ―Sólo son detalles.― Comentó― ¿Entonces?  Ella se quedó sorprendida, no podía asimilar toda la información. Primero pedida de matrimonio, después casa nueva, perro, bebé y ahora… ¿un tío? ¿Cómo pasó de olvidar todo a recibir tanto en semanas?  ―¿Es lejos?― Preguntó.  ―En avión no.. sólo a unas horas. Lo invité para que viniera para acá, incluso me ofrecía a pagarle todo.  ―Sin presumir.― Expresó Roy.  ―Pero es temporada alta, por lo que prefirió invitarnos.― Y vio a Roy.  Ella se tocó el vientre no sabía si era emoción u otra cosa pero de pronto sintió que el cuerpo respondía a dicha ilusión y a la vez miedo de lo que podría descubrir, no quería perder a su bebé sólo por recibir malas noticias de un pasado que por años no le había molestado.  ―¿Puedo pensarlo? ― Preguntó. ―Pero… pensé que estarías emocionada, cuando me lo pediste.  ―Lo estoy.. lo estoy, sólo que debo pensar muchas cosas… tengo que ver otras prioridades.  Terry sonrió, tomó las manos de Noelia y le dio un beso sobre la mejilla.― Muy bien Cari, sólo no lo pienses tanto ¿quieres? Mi avión no estará disponible por mucho tiempo.  ―Terry, hay aerolíneas ¿no sé si sepas? ― Contestó Roy.  Max se río.  ―Lo sé Casablancas, pero entre más cómodos mejor, ahora me voy, tengo una cita, con permiso. Max salió del piso bajo la mirada atenta de Roy, cuando cerró la puerta volvió a ver a Noelia quién aún tenía la mano sobre el vientre.  ―¿Todo bien? ― Preguntó el cantante.  ―No sé. De pronto tengo mucho miedo de conocer a mi tío, si te soy honesta, pensé que Terry tardaría más. Ahora tengo tantas noticias y tan poco tiempo para asimilar todo.  Roy la tomó de las manos y le dio un beso sobre los labios.― Una noticia a la vez ¿te parece? Vamos mañana al ultrasonido y vemos como está nuestro bebé, a partir de ahí decidimos si viajamos o no, la casa, la mudanza puede esperar, incluso tu tío, si por años no supiste de él, unos meses más no le caerán mal ¿no crees?  ―Tienes razón, unos meses más no pasara nada.  Él sonrió.― Hagamos una promesa Noe, a partir de ahora será primero nosotros y después los demás. Por muchos años estuvimos separados y ahora es momento de disfrutarnos y de ver por el bienestar de nuestro bebé y por el nuestro.  ―Me parece una excelente idea.  Roy puso la mano sobre el vientre.― Sé que me pediste que no me ilusionara pero no dejó de pensar que será niña.― Y luego se arrodilla para darle un beso.― No tienes idea lo mucho que te voy a cantar.― Le murmuró.― Tu madre querrá callarme.  ―Jamás… a tu hija le gustará tu voz… tanto como a mi.  ―¿Hija? ¿Entonces? ¿Estamos de acuerdo en eso?  Noelia asintió.― Niño o niña lo amaremos… pero si es niña…― Y sonrió.  ―Mañana, mañana lo veremos y será el mejor día de nuestras vidas.― Recitó Roy y abrazo a Noelia colocando la cabeza sobre su vientre. 
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