Noelia
Conocer a la familia de mi madre fue una bendición, una tan grande que aún no sé como sobrellevar todas las emociones en mí. Nunca estuve sola, simplemente no sabían donde buscarme y yo no sabía a quién buscar y ahora que estamos juntos, el decir adiós una vez más es duro pero muy diferente porque esta vez me voy con recuerdos, fotos, mucha ropa hecha a mano por mi tía y sobre todo con números telefónicos donde puedo llamar y una dirección a la que puedo regresar cada vez que quiera.
Sin embargo, hay algo que debo hacer antes de subirme a ese avión y regresar a Madrid, necesito comunicarles la noticia de que iré tras mi padre y hablaré con él, porque quiero escuchar de sus labios que él me separó de mi madre y la dejó a la deriva hasta que quiso quitarse la vida.
Mientras me p
