— Te tengo una sorpresa.— aún era de madrugada y estaban tendidos en la cama cuando Lujan puso ojos traviesos y se inclinó sobre la cómoda para alcanzar un envoltorio. —¿Qué?— Min lo miró curioso y abrió enormemente la boca al ver lo que el ciervo tenía en la mano. —Algo de contrabando.— era una pequeña funda que contenía la droga que hace mucho Jon gin le había quitado a los muchachos del inflable para el cumpleaños de Jung. —Estás loco.— Min se rió.—No, no, no... —¿Cómo que no? —No lo haré, Jung está dormido en el cuarto de al lado. —Si te hace sentir mejor, esto nos ayudará a prevenir el glaucoma.— dijo lo primero que se le vino a la cabeza antes de robarle un pequeño besito al más bajo que se rió ante su astucia. —jajaja.— ambos se miraron fijamente.— No...— lo dijo medio ind