—Estuve en la farmacia y me di cuenta que las mujeres ven a un hombre con un bebé de igual forma en que los hombres ven a las mujeres por sus senos.— Lujan ingresó junto a Jung al comedor a quién dejó en su andador encontrándose con un Min que estaba de espaldas. —Pues, exclúyeme de tus conclusiones pervertidas.— mencionó tras dar un sorbo a su copa. —Gracias, sé que tengo pensamientos brillantes.— el bollo negó. —¿Sabes lo que entendí hoy? Entendí que aquí jamás me bañaré a gusto en la tina, ésta es una casa de duchas.— Min miró a Lujan quién levantó una ceja ya que no se había dado cuenta de que el más bajo estaba bebiendo.—¡Hey! Jamás te peinas, ¿Verdad? Jajaja eso debe ahorrarte mucho tiempo, qué tipo para más práctico. —¿El vino te gustó?— el ciervo lo miró con una mueca en los la