Ver así a Andrea hizo que cualquier rastro de alcohol en mi cuerpo se quemara de inmediato. Me lanzo a revisar si tiene alguna herida, una cortada o un golpe, pero no le veo nada, solo sangre por sus piernas. La levanto y llevo a la cama, saco mi celular y llamo a emergencias. Mi voz tiembla mientras intento hacerme entender por la operadora, la cual parece comprender lo que le digo y me informa que ya está una ambulancia en camino. - Andrea, preciosa. Abre los ojos - le digo mientras no puedo contener las lágrimas. Corro para avisarle al vigilante que ya viene una ambulancia, no le doy detalles, pero noto que lo dejó preocupado. Hay más sangre saliendo porque la cama cada vez está peor. La ambulancia demora solo minutos en llegar, pero a mí se me hacen una eternidad.