Noticias. 2

4080 Words
Tom la llevo a comer pizza porque fue lo que a Victoria más se le antojo al momento después de pasar por un restaurante que vendía el platillo, un restaurante dónde sabía que vendían las mejores pizzas de la ciudad, pero Tom no llego a pensar que ella pudiera tener tanto apetito porque se comió dos personales de piña con jamón, también se comió unos pancitos de queso y ajo, aunque Victoria le pidió postre, Tom no quiso pedirlo porque temió que le diera indigestión gracias a todo lo que había comido. Victoria estuvo un buen rato renegando, pero al final sabía porque Tom lo estaba haciendo, hasta ella misma estaba consternada por todo lo que comió; al salir del restaurante fueron directo a la tienda de Al dónde los estaban esperando, tenían ese asunto pendiente con el vestido que usaría pues Victoria todavía no encontraba uno donde se sintiera cómoda. – Tengo sueño. – Victoria frotó sus ojos olvidándose que usaba delineador, por suerte no se corrió por su rostro. – Si quieres podemos volver a casa y le digo a Al que te sentías mal. – dijo Tom viéndola soñolienta. – No quiero dejar a Al plantado, sé que se está esforzando mucho por qué me vea linda en la boda. – no pudo contener un bostezo. – Nena no te duermas o te llevaré a casa. – aceleró el auto para llegar más rápido al local. A duras penas pudo quedarse despierta en lo que llegaban a la tienda y cuando abrió la puerta del auto vómito en el estacionamiento porque sintió su estómago hecho un revoltijo, Tom que apenas iba saliendo del auto corrió para ayudarla, aunque no sabía muy bien que era lo que pasaba con su prometida. – Mierda, la comida estuvo tan rica y la eche a perder. – saco la botella con agua de su cartera. – Esto ya me está preocupando ¿Qué te dijo la doctora? – le acarició la mejilla limpiando las lágrimas. – Que podría ser el estrés por toda la presión de la boda, las hormonas locas también podrían estarme afectando, hay muchas causas, pero nada oficial. – se encogió de hombros y se enjuagó la boca. – Hay que adelantar la boda una semana más, no quiero matarte con mas estrés. – la ayudo a salir del auto. – Créeme que no me voy a morir y verás que pronto me voy a curar, además hierba mala nunca muere. – apoyo la frente en el pecho de él. – Eso espero, vamos adentro a que veas los vestidos. – le tomo la mano para llevarla con él. Victoria no aguantaba más sus zapatos, las cintas le estaban apretando demasiado los pies y sentía el filo de los bordes clavarse en su piel, fueron directo hacia las oficinas en el segundo piso donde estaba Al, el hombre los estaba esperando en compañía de Elena y Matt, ambos eran quienes más se estaban involucrando en la organización de todo el evento porque tenían la bendición de Tom para botar la casa por la ventana. – Victoria, creí que no ibas a venir. – Elena corrió para abrazarla. – Perdón por la tardanza, estar con la doctora me tomo más tiempo del que pensé. – Victoria recibió el abrazo de los tres. – Como que deberías dejar de comer, te estás poniendo gordita. – Matt le agarro las lonjas de los costados. – Si, ya sé que estoy gordita... Gordita de mucho amor. – le guiño un ojo y Matt entendió la referencia. – Tom ¿Te molesta si me llevo a tu jamoncito a cenar está noche? – la tomo del brazo. – No para nada... – Tom sonrió – Al ¿Dónde está el área de calzado para dama? – vio al rubio. – ¿Vas a comparte un par de tacones nuevos hermanito? – Elena se rio de forma burlona. – Quiero un par de zapatillas deportivas en talla ocho en color n***o… – se agachó y con cuidado quitó los tacones que usaba Victoria – Tienes los pies hinchados y ya no puedes andar más con ellos. – – ¡Mi vida! – exclamó Elena y todos vieron sus pies ceñidos. – Cindy, hazme el favor de traerme un par de zapatillas deportivas en color n***o del área de calzado femenino por favor. – pidió Al a su secretaria. – Siéntate... – Matt le acercó la silla – Creo que vas a tener que dejar de usar esos zapatos tan altos, puedes torcerte un tobillo. – sonrió siendo cómplice de su silencio. – ¿Estás segura que no estás segura que no tengo nada de qué preocuparme? – Tom se sentó en el suelo y comenzó a sobarle los pies. – Descuida, estoy bien y esto es solo una etapa que va a pasar, sabes que no me he estado ejercitando como antes y eso me está afectando también. – le acarició la mejilla con ternura. – Nunca se te habían hinchado tanto los pies, es preocupante verte así, si quieres podemos cancelar la reunión de hoy y pasarla para otro día. – Al ya tenía los zapatos en sus manos. – Estoy bien, dejen de preocuparse por eso... – se puso en pie – Quiero ver los vestidos que has traído para mí. – tomo el brazo de Tom para levantarlo. – Me están comenzando a poner nervioso tus cambios de ánimo tan repentinos. – Tom rasco su nuca al verla más animada. – Y espera a ver los que vienen. – Matt le dio unos golpecitos en el hombro. Victoria rio y siguió al hombre sin ponerse los zapatos porque se sintió mejor yendo descalza, aunque sabía que los pies se le iban a poner mugrosos cargaba con toallitas húmedas, llegaron a la sala de junta y ahí estaban todos los vestidos que Al mando a traer desde su país natal según los gustos de Victoria, todos largos de color blanco con los hombros descubiertos. – ¿No quieres ir a ver qué hay en la tienda? – pregunto Al viendo a Tom. – Yo también quiero ver los vestidos. – se cruzó de brazos. – Se supone que el novio no puede ver a la novia antes de la boda. – el hombre vio a Victoria. – Al... Tom tiene derecho a quedarse, de todos modos, va a ver mi vestido y hasta me lo va a quitar. – ella descolgó una de las primeras prendas que le llamaron la atención. – Ya que. – se encogió de hombros derrotado. – Pero no es justo, la idea es que la veas caminar al altar con el vestido y que todo se a sorpresa, quería verte llorar en el altar. – Elena fue a sentarse. – De todos modos, me lo iba a enseñar cuando llegara a casa, que me quedé o me vaya no afecta en nada. – Tom la siguió. Mientras los hermanos se peleaban por la idea del vestido, Victoria entro al baño para probarse el que capto su atención desde el primer momento en que lo vio; con un escote muy pronunciado en V, las mangas eran un dobles que partía casi desde el mismo escote y le dejaban los hombros al descubierto, entallado a la perfección y con un corte sirena al que la falda se le ensanchaba gradualmente desde la mitad de los muslos, al verse en el espejo sintió que no tenía por qué probarse nada más y es que supo en ese segundo que era el vestido indicado para caminar al altar, al salir los cuatro aún se seguían peleando por lo mismo y fue Matt el primero que la vio. – ¡Dios! – exclamó el hombre quedándose con la boca abierta. – ¿Qué tal me veo? – pregunto viendo los ojos de Tom. – Te ves... Te ves hermosa. – dijo Al que también estaba con la boca abierta. – ¿Tom? – se preocupó cuando lo vio cubrirse la boca con la mano – ¡Me estás poniendo nerviosa, dime algo! – movió las manos tratando de sacarlo del trance. – Te amo. – fue lo único que pudo decir antes que las lágrimas comenzarán a correr por sus mejillas. Tras sus palabras Victoria tampoco pudo contener sus lágrimas y es que en sí, ese día había sido demasiado emocional para ella, desde enterarse de que sería madre hasta la reacción de Tom al verla usando su vestido de novia y no hacía falta que ella lo expresará en palabras porque todos supieron que ese era el vestido correcto, se veía preciosa en la prenda y disimulaba mucho el hecho de que estaba embarazada; Tom la abrazo fuerte y no la soltó hasta que ambos pudieron retomar la calma, no eran los únicos que estaban sensibles ya que Elena estaba llorando también, ella fue testigo de las noches enteras en que Tom no podía controlarse y le sirvió como paño de lágrimas cuando el hombre pensaba que jamás volvería a verla, en infinidad de veces le expreso que se conformaría con ver a Victoria de lejos ser feliz sin importar con quién, solo quería verla y saber que estaba bien, pero ahora las cosas iban a su favor y en pocas semanas se iba a casar con ella, Victoria fue al baño para quitarse el vestido y no pensaba medirse nada más, no hacía falta. – La espera valió la pena. – dijo Elena tomando a su hermano del brazo. – Te juro que jamás pensé que me casaría con ella… – se le volvió a quebrar la voz – Pasaron tantas cosas Elena, todavía hay mañanas en que despierto y no me lo puedo creer. – Se cubrió los ojos para que no lo vieran llorar de nuevo. – Yo te dije que tarde o temprano iban a estar juntos y no me creíste, ahora debes cuidarla, a ella y a su bebé. – lo rodeo con sus brazos. – Victoria no puede tener hijos. – Tom la vio. – Tonto, estás tan enamorado que no te das cuenta, no ves lo que es obvio. – Elena ya tenía la atención de los tres hombres. – ¿De dónde sacas la idea que está embarazada? – pregunto Matt pensando en alguna mentira para disipar las dudas. – Vomita, esta llorona, no tolera algunos olores, se está poniendo gordita... – enumero con sus dedos – Saben que esa no es la Victoria que todos conocemos, muy rara vez se enfermaba de esa forma. – clavó sus ojos sobre Matt. – Puede ser estrés también, con todo lo que pasó entre Gia, Peter, el juicio, la boda de Nicola y ahora está planeando la suya. – él mantuvo su seriedad. – El cuerpo de Victoria no procesa muy bien el estrés, cuando estaba en la universidad y pasaba por malos momentos solía enfermarse mucho, llegaba a desmayarse o a sangrarle la nariz muchísimo. – las palabras de Al ayudaron, aunque él no sabía nada. – Victoria... – Tom la vio salir – ¿Estás embarazada? – con esa pregunta tan directa ella se atragantó con su propia saliva. – ¿De dónde sacas eso? – alzó una ceja viéndolo. – No sé, solo preguntaba por todos los síntomas que has estado teniendo. – la ayudo a colgar el vestido. – Sabes que si fuera así serías el primero en saberlo. – Victoria se mantuvo con una gran serenidad. – Lo se nena. – la abrazo fuerte y le dio unos cuantos besos. Se quedaron hablando por un largo rato más mientras detallaban cosas sobre la boda y entre lo más relevante fue el color de vestido que iban a usar las damas, también el vestido que usaría Saraí ya que ella llevaría los anillos de boda, Victoria ya había escogido el lugar y se coordinó con una organizadora de eventos para la decoración del lugar ya que pensaba que por la tarde sería mejor que por la mañana, todo marchaba tal cual iba siendo planeado salvó por el pequeño detalle del bombazo que estaba a punto de darles y que Matt iba a ser su cómplice. Terminaron de hablar bastante tarde y Matt le pidió el auto prestado a Al ya que no quería exponerla yendo en su motocicleta al restaurante, Tom se iba a ir con Elena a casa de sus padres ya que iba a ayudar a Michael a mover unas cuantas cosas en casa, de paso se ofreció para llevar al rubio a su casa porque no le gustaba usar la motocicleta de su pareja. – ¿Cuántos meses tienes? – pregunto Matt ya cuando ambos iban en el auto, el restaurante no estaba muy lejos de la tienda. – Dos y medio, haciendo los cálculos ocurrió en la semana de mi cumpleaños más o menos. – Victoria sonrió emocionada. – Me sorprendió la forma tan fresca con la que negaste todo frente a Tom, yo pensé que te ibas a quebrar cuando él te pregunto. – estacionó frente al restaurante. – ¿Quién sacó el tema del embarazo? – pregunto antes de bajar. – Lo saco Elena y fue bastante puntual con sus sospechas, menos mal que Al también te conoce porque igual estaba incrédulo. – ambos bajaron del auto. – Es bastante intuitiva y en la noche de año nuevo me preguntó si no estaba embarazada, casi me da un ataque cuando me lo preguntó porque me agarro desprevenida. – se sentaron en una de las mesas del fondo. – Lo bueno es que eres excelente actriz. – Matt dio una carcajada. – Mira... – saco las imágenes del examen – Este es mi bebé, es tan chiquito y me emocione tanto cuando la doctora lo confirmo. – se las enseño. – La verdad no distingo muy bien estas cosas, pero imagino lo feliz que debes estar con esta noticia. – Matt sonrió ampliamente. – Claro que estoy feliz, voy a tener mi propio bebito. – volvió a ver las imágenes emocionada. – ¿Cómo piensas decirle a Tom? – estaba comenzando a planear algunas cosas. – La verdad no sé, quiero que sea el primero en enterarse, pero quisiera también que todos se enteren al mismo tiempo. – se mordió el labio inferior. – El sábado en casa, voy a convencer a Al para que hagamos unas hamburguesas y reunimos a toda la familia para que les des la noticia. – entrelazó sus dedos con una sonrisa pícara. – ¿Qué tienes en mente? – Victoria conocía esa expresión muy bien. – Algo con lo que vas a dejar a Tom frío del impacto... Eso o se espanta, confiesa sus pecados y te chingo el matrimonio. – movió su cabeza de un lado a otro dudando con la idea. Decidieron pedir la comida antes de meterse de lleno a planear como sería la forma en que iban a decirle a todos, la mesera les llevo las órdenes y mientras estaban comiendo la mente maquiavélica de Matt fue organizando cada paso del plan que llegó a su mente, el hombre también estaba esperando a su primer hijo con una madre sustituta y estaba muy emocionado porque llegara el momento de tenerlo en brazos, pero aún faltaban unos cinco meses para que eso pasara y le emocionaba doblemente que su mejor amiga, casi hermana, estuviera en cinta. Dos locos en complicidad eran un verdadero peligro y esos dos estaban muy locos por todo lo que estaban planeando, Victoria solo esperaba que Tom no se enojara con esa broma que se armaron ya que iba a ser bastante pesadita, al terminar de cenar ambos pagaron la cuenta y se dispusieron a salir para volver a sus respectivas casas. – Victoria, que sorpresa... – la voz de Peter le puso los pelos de punta – Estás tan linda que como el último día que nos vimos. – la vio de pies a cabeza. – ¿Qué diablos haces aquí? – tomo el brazo de Matt. – Vine a cenar y da la casualidad de que me encuentro contigo... – vio a Matt de pies a cabeza – ¿Cambiaste de marido? O estás haciendo obras de caridad con vagabundos... O déjame adivinar, vendes tus servicios porque te diste cuenta de que como pintora eres una porquería. – le vio con desprecio. – Hijo de... – Matt se abalanzó hacia Peter, pero Victoria lo trato de detener. – ¡Matt vámonos! – grito asustada porque ambos casi se van a los golpes. – Amarra a tu perro, tengo mejores cosas que hacer que ponerlo en su lugar. – Peter se arregló el cuello de la camisa que llevaba. – Matt hay que irnos ya, deja que hable lo que quiera. – lo jalo con todas sus fuerzas. – Vuelves a acercarte a Victoria y te juro que te va a ir mal, violador de mierda. – gruñó enfurecido. – ¡Repite eso basura! – Peter se cabreo con esas palabras y lo empujó. – ¡Violador de mierda! – grito de nuevo y respondió el empujón. Victoria no pudo detenerlos y tampoco se iba a meter en el medio para intentar separarlos porque eso sería una estupidez, un par de hombres se metieron en el medio para separarlos ya que ambos se tiraron al piso en tremendo pleito dónde Matt termino rompiéndole la nariz a Peter y si nadie hubiera intervenido era muy seguro que el chico le ganaba por mucho, un entrenador personal que practicaba boxeo contra un hombre que trabajaba en oficina y que era muy cuestionable si hacia algún tipo de ejercicio. Para mala suerte de todos, una patrulla iba pasando y les llamo la atención todo el alboroto, vieron a ambos hombres sangrando y después de esposarlos los metieron al auto, Victoria estaba muy alterada y al primero que llamo fue a Osiris ya que lo iban a necesitar, les pregunto a los oficiales dónde iban a llevar a Matt y uno de los policías le dijo que los llevarían primero al hospital porque iban sangrando mucho. Victoria se fue siguiendo la patrulla y llamo a Tom para decirle todo lo que había pasado, en veinte minutos los hombres Conrad estaban en el hospital casi al mismo tiempo que llegó Osiris; Victoria estaba en la sala de emergencia acompañando a Matt que seguía con las manos esposadas tras su espalda y estaba muy quieto mientras la enfermera curaba su labio partido, camino al hospital Tom llamo a Al para decirle que su pareja estaba en el hospital custodiado por policías junto a Victoria. – ¡Victoria! – Tom corrió hacia ella al verla. – ¡Gracias a Dios que llegan! – ella lo abrazo – Quieren llevar a Matt a la cárcel, Peter está diciendo que lo agredió sin motivo alguno. – estaba muy asustada. – Eso no va a pasar. – dijo Michael y fue a hablar con los oficiales seguido de Osiris. – ¿Qué paso contigo amor? – Al lo tomo de las mejillas. – No iba a dejar que le faltará el respeto a Victoria y tampoco que la intimidara, insinuó que era una prostituta y le dijo muchas más cosas horribles. – respondió antes de recibir un beso. – Perdóname, trate de detenerlos. – Victoria comenzó a llorar preocupada porque Al se fuera a enojar con ella. – ¡No tenías que meterte, te enseñe a que nunca debes hacerlo cuando son dos hombres más altos que tú! – Matt alzó un poco la voz a forma de regaño. – Pero si hubiera intervenido no estarías aquí. – no podía controlarse. – Amor cálmate por favor, nada de esto fue tu culpa. – Tom la sostuvo. – Oye... Victoria cálmate, es mejor que este yo aquí y no tú, piensa por dos porque yo voy a estar bien. – la vio a los ojos dejando en claro lo que quería decir. – Llévala afuera, le está sentando mal estar aquí. – Al le tomo las manos y les dio un beso tratando de reconfortarla. – ¡No, no me quiero ir, van a meterlo a la cárcel cuando solo me estaba defendiendo! – agarro con fuerza las manos del hombre. – Nadie lo va a llevar a la cárcel, deja de hacer drama. – Osiris llegó con un oficial que le quitó las esposas. – Deben ir a la estación de policía para dar declaraciones y si quieren poner una orden de alejamiento contra el señor Miller deben declarar. – dijo el oficial viendo a Victoria. – Claro que iremos oficial, ese tipo lleva acosando a mi prometida desde hace mucho tiempo ya. – Tom la abrazo con la firmeza que Victoria necesitaba. Salieron del hospital y fueron directo a la estación de policía donde se habían llevado a Peter que no andaba en auto, Victoria seguía con los nervios de punta y le costó un poco hacer una declaración por lo mismo, los oficiales tenían en claro que era lo que había pasado ya que dos versiones eran iguales y solo una cambiaba exagerando las cosas que habían pasado, además de eso Matt presento una evidencia bastante contundente que se estuvo guardando todo ese tiempo ya que en el segundo que se toparon con Peter puso su celular a grabar todo. – Victoria siéntate, vas a abrir un agujero en el piso. – Al la abrazo porque no dejaba de caminar. – Es que tengo miedo que encierren a Matt. – dijo viendo a Tom volver del baño. – No va a pasar eso hija, y si pasa nosotros nos vamos a encargar de todo. – Michael sintió pesar de ver a su nuera así de descompuesta. – Perdóname. – volvió a decir alzando la vista. – Que no ha Sido tu culpa, mamá siempre va a cuidar a su pollita. – bromeo haciéndola reír un poco. De los brazos de Al paso a los de Tom, estaban esperando a que Matt terminara de dar su declaración, el castaño se sentó en la silla y dejo a Victoria sobre sus piernas mientras ella se acurrucaba sobre su pecho buscando sentirse segura, un par de minutos después de eso Peter salió aún esposado y lo sentaron frente a la pareja haciendo que Tom la rodeará con sus brazos. – Que cómoda te ves en los brazos de un asesino. – comento Peter con voz burlona. – No lo escuches Victoria. – Michael se puso entre ellos para que no lo vieran. – Que no me escuche... – se rio – ¿Vas a seguir ignorando las evidencias Tom? Sabes que fácilmente pudo ser mía, cualquier palabra dulce la hubiese convencido, pero prefirió escoger al hombre de los millones. – estaba buscando provocarlos. – Te amo, te amo de verdad. – susurro Victoria sin moverse ni abrir los ojos. – Yo te amo más princesa, solo no lo escuches. – él le dio un beso en la frente. – Puede retirarse señor Ortega, usted también señora Barahona. – dijo el oficial que salió seguido de Matt. – Al fin podré ir a cenar, interrumpieron mi noche perfecta. – Peter se puso en pie. – Usted pasará la noche tras las rejas por alteración de orden público e inspiración a las agresiones, mañana se presentará ante un juez. – la sonrisa se le fue del rostro. – No seré muy listo con la tecnología, pero se usar la grabadora de mi celular. – reprodujo el audio que gravó. – Me asegurare de que no te acerques a mi nieta a más de quinientos pies de distancia. – gruñó Osiris. – ¡Malditos! – Peter perdió el control y se lanzó en dirección a Victoria – ¡Esto no se va a quedar así maldita zorra, te juro que me las vas a pagar y te veré en el suelo arrastrándote como la rata que eres! – los oficiales lo habían detenido, pero no dejo de gritar. – Adelante, sigue amenazando... – Victoria camino hacia el frente de los hombres – Si lo que quieres es meterme miedo no vas a poder, chilla todo lo que quieras porque nos vamos a ver en los tribunales. – gruñó con rabia, pero con seguridad. Los oficiales terminaron llevándose a Peter entre forcejeos violentos por parte del hombre, con respecto a los demás salieron de la estación cansados por todo el alboroto y porque también era bastante tarde.
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