Noticias. 1

3963 Words
Victoria paso las fiestas navideñas en casa de la familia Conrad donde la madre de Tom y su hermana la mimaron todo el tiempo, le dieron todos los bocadillos dulces que se le antojaron, seguía sintiéndose cansada y las náuseas matutinas en ocasiones desaparecían o solo aumentaban, por suerte Tom seguía creyendo que sus malestares se basaban exclusivamente por la presión que tenía para la preparación de la boda, de su boda, cuando las fiestas de año nuevo pasaron y las cosas volvieron a su calma natural decidió sacar una cita médica para hablar con su doctora de cabecera. Esa mañana abrió los ojos sintiéndose llena de una inusual carga de energía para hacer las cosas que tenía pendientes, se dio la vuelta y vio a Tom profundamente dormido a su lado, con ese típico gesto de serenidad que tenía siempre y se movió de lado para abrazarlo con suavidad mientras admiraba su perfil masculino tan marcado. Mientras lo estaba viendo bajo la vista maliciosamente, quito las sabana y se sentó a horcajadas sobre las caderas ajenas pensando en las ganas de hacer el amor con su futuro esposo que seguía dormido, se acostó sobre él y comenzó a dejar besos suaves sobre el cuello, delineando cada una de sus pecas y paso de la clavícula a la manzana de Adán que se movió cuando trago saliva inquieto; seguían viviendo en el apartamento del hombre y habían planeado mudarse hasta después de la luna de miel, ese tema fue algo que ya tenían decidido y es que Victoria quería ir a Francia, conocer la ciudad y pasar su luna de miel con Tom ahí, aunque también habían considerado viajar a Grecia o a Costa Rica e incluso alguna de las Islas Canarias. – Mi amor... – susurro sin detener sus besos – Bebé despierta... tengo ganas de hacer el amor. – comenzó a frotarse contra el cuerpo del hombre. – Mami estoy agotado, trabaje hasta tarde anoche. – se quejó cubriéndose los ojos con el brazo. – Corazón, no olvides que yo también te ayude anoche. – había trabajado en casa. – Yo se mi vida, pero te recuerdo que tienes una cita médica con la doctora Brown y se supone que no puedes hacer nada. – gruño removiéndose. – Cariño... – se sentó – Bebé, amor mírame... – lo vio sonreír de lado – Sabes que quieres verme también, levanta el brazo. – paso los dedos por los pectorales ajenos. – Estas desnuda y si levanto mi brazo sé que voy a antojarme. – lo levanto y la vio a los ojos. – ¿Ya no me quieres? – hizo un puchero infantil – Si ya no me amas dímelo. – Victoria no solía ser dramática. – Te amo, pero tengo mucho sueño. – bajo sus manos a las caderas de ella, era extraño ya que las veía un poco más anchas de lo habitual e incluso ella misma se veía mas gordita. – Podrás dormir cuando me vaya, le pediré a Taylor que me lleve a la consulta y podrás descansar tranquilamente. – vio las manos de Tom y noto que su vientre ya comenzaba a verse más abultado. La prueba de embarazo en orina seguía saliendo negativa y no entendía porque, sin embargo, estaba más que segura que estaba embarazada y que dentro de unos meses iba a salir de ella un mini Tom, le hacía ilusión tener un niño aunque se conforma con que salga sano y que se parezca a su padre, iba a ir a confirmar sus sospechas sobre el embarazo y estaba planeando la forma en que se lo iba a contar a su futuro esposo, a todas esas Tom era ignorante y no sospechaba nada de un posible embarazo, no lo culpaba, él sabía que no había posibilidad de que fueran padres de forma natural y eso lo mantenía sumamente confiado. – ¿De verdad quieres adelantar la boda? – pregunto pasando su mano derecha por el vientre ajeno. – Sí, quiero poder entrar en un vestido de novia. – comento pensando en que si dejaba pasar muchos meses el embarazo se iba a notar. – Si sabes que no me importa tu físico ¿Verdad? – imagino que lo decía porque estaba aumentando de peso. – Entre más rápido nos cacemos será mejor, podre dominarte mejor cuando ya estés atado a mí. – rio divertida. – Ya me dominas, me tienes comiendo de la palma de tu mano y sabes que sin ti no podría vivir... – se sentó y la vio a los ojos – Daria todo lo que tengo por verte sonreír la vida entera nena. – la beso en el pecho. – Yo lo único que necesito es que me mimes, que me llenes de besos... – le tomo la barbilla para besarlo – Y que me des como gaveta que no cierra. – Tom soltó una carcajada antes de acostarse de nuevo en la cama. – Ya me convenciste... – le dio la vuelta para dejarla bajo su cuerpo – ¿A qué horas es la cita médica? – pregunto acomodándose entre las piernas de ella de mejor manera. – A las diez y media. – Victoria estaba complacida con la situación. – Son las seis de la mañana, tengo tres horas para agotar la energía que tienes antes de que comiences a arreglarte. – se inclinó sobre ella para besarla a su antojo. Tom se tomó unos días del trabajo para pasar las fiestas con su familia, eso atraso mucho su trabajo en la empresa ya que estaban expandiendo algunas de sus operaciones, la última semana se la paso trabajando a deshoras de la noche y de paso desvelaba a Victoria, aunque le insistía que se fuera a dormir, ella se negaba a dejarlo solo y le daba pena el someterla a esas cosas porque no era su obligación quedarse a acompañarlo, complacerla esa mañana era lo mínimo que podía hacer por todo lo que ella hacia sin reclamar nada. Aprovecho el libido de su prometida y le dio todo el placer que deseaba aunque al final termino agotado porque fue Victoria quien tomó el mando de la situación, tirones de cabello, rasguños y diferentes posiciones que lo dejaron rendido; Victoria se metió al baño para darse una ducha y al salir vio a Tom todavía acostado, soltó una risita burlona y fue hacia el closet para buscar ropa que le quedara bien porque la mayoría de ella le apretaban demasiado en el abdomen. – Ya me voy. – se sentó en la orilla de la cama ya lista. – Te llevare yo. – se levantó adormilado. – No... – lo volvió a acostar – Quédate descansando, es lo mejor y no te preocupes por mí, además yo puedo manejar sola. – le dio un beso en la frente. – Que te lleve Alice, no quisiera que te quedes dormida al volante, te has estado desvelando conmigo. – le tomo la mano y le dio un beso. – Creo que no has notado de que yo estoy muy bien y que tengo la energía suficiente que hasta acabe contigo. – lo vio abrir los ojos. – Nena, que te lleve Alice al médico. – pidió con seriedad. – ¿Aun tienes miedo de que Gia intente hacerme algo? – pregunto Victoria. – Claro que sí, nada le impide escapar del hospital y venir a buscarnos porque soy el centro de su odio o de su deseo, ya no sé muy bien. – le tomo la cintura y la acostó a su lado de nuevo. Gia seguía encerrada en un hospital mental porque logro librarse de ir a la cárcel solo porque su abogado logro convencer al juez de que necesitaba ser analizada por médicos, el juicio fue algo que pudo afectar la salud de Victoria también, porque tuvo que tragarse el coraje de escuchar como aquel supuesto abogado la intentaba poner por el piso, alegó que Gia solo era una pobre mujer enamorada y que perdió el control cuando una cualquiera llegó a meterse en su relación perfecta, por suerte se presentaron muchas evidencias de que las cosas no eran así y se dictaminó que pasaría dos años encerrada en el hospital, al salir tendría tres años más en libertad condicional y se impuso una orden de alejamiento permanente que cubría a toda la familia Conrad, y a Victoria también. – Sabes que el centro de su odio soy yo, rompí su burbuja donde tu ibas a ser suyo y vivirían un cuento de hadas felices para siempre. – comento Victoria abrazando al hombre. – Con más razón no quiero que andes sola aun cuando ella está encerrada. – la vio a los ojos. – Le diré a Teo que prepare el auto, te aviso cuando llegue al hospital y cuando salga, pero prométeme que vas a descansar. – se levantó. Mientras iba bajando las gradas se dobló el tobillo accidentalmente y la señora Green se asustó cuando la vio, por suerte alcanzo a tomar la baranda de las escaleras para no salir rodando por ellas, pensó que quizás iba a tener que dejar de usar ese tipo de zapatos de tacones altos por precaución a su estado, se culparía eternamente si por eso llegara a perder a su bebé y lo mejor era cuidarse, así y tuviera que sacrificar su estilo ya que amaba usar tacones. – ¿Esta bien señora? – pregunto la mujer un tanto preocupada. – Si, solo fue un ligero doblón de tobillo, nada grave. – sonrió de lado mientras caminaba hacia la cocina. – ¿Va a tomar el desayuno? – la señora Green pensó en que podría prepararle, ahora le preguntaba porque no sabía de qué cosas podría estar antojada en las mañanas. – No tengo hambre muchas gracias, Tom está arriba y aun duerme para él debería preparar solo un poco de avena con fresas... – comento viendo a Teo llegar – Teo podrías preparar el auto por favor, Tom no podrá llevarme al hospital. – Victoria pido con amabilidad, ya se estaba acostumbrando a eso. – Alice ya lo tiene listo señora, nos está esperando abajo. – Tom ya les había pedido que la llevaran. – ¿Quiere que prepare algo especial para el almuerzo? – pregunto el ama de llaves antes de que ella se fuera. – Cualquier cosa esta bien, pero me gustaría que preparara sus galletas de avena con pasas y chocolate por favor, las que preparo el viernes pasado ya se acabaron. – la vio asentir. Victoria entro al elevador y bajo acompañando de Teo que iba más concentrado en su celular, esperaba que las cosas estuvieran bien con ella y el pequeño ser que se iba formando en su vientre, quería darle la noticia en una sorpresa especial y que no olvidara jamás, aunque no estaba muy segura de cómo hacerlo y pensó en que podría pedirle ayuda a Matt que era experto en hacer dramas inolvidables. Arreglo los paletones de su falda mientras iban rumbo hacia la consulta, después arreglo las mangas de su blusa antes de desviar la vista hacia la ventana viendo la ciudad pasar con rapidez y cuando llegaron ella bajo con ayuda de Teo que había abierto la puerta, les pido que la esperaran en la cafetería del hospital ya que no sabía cuánto se iba a tardar en la consulta y no quería que se aburrieran en la sala de esperas; mientras esperaba a que la doctora la recibiera sintió un revuelco en su estómago gracias al nerviosismo y la emoción que le causaba estar esperando lo que ya presentía, una parte intuitiva le decía que estaba esperando un bebé, que después de tanto tiempo anhelándolo por fin iba a concebirlo, la puerta se abrió y la doctora la llamo para que entrara. – ¿Qué tal estas Victoria? – pregunto la doctora Brown son una sonrisa amable. – Pues bien, algo emocionada y ansiosa por la consulta. – se sentó frente al escritorio. – Me alegra ¿Que te trae a mi consulta hoy? – reviso el expediente. – Tenia un par de dudas y quería que confirmara mis sospechas también... – la vio asentir y ambas se vieron a los ojos – ¿Puede salir negativa una prueba de embarazo, aunque haya un bebé creciendo en el vientre de una mujer? – fue su primera pregunta. – Si, puede pasar cuando la hormona del embarazo es muy baja y las cintas comerciales no pueden leerlo, ocurre más frecuente de lo que las personas creen. – explico la mujer. – Estoy embarazada. – soltó Victoria sin más. – ¿Ya te hiciste la prueba de embarazo en orina? – cuestiono la doctora sorprendía al saber el historial médico de ella. – Ocho pruebas de embarazo hace un mes atrás y las ocho han salido negativas, hay días en los que estoy muerta de cansancio, otros donde le doy el día libre a señora que limpia la casa porque lo hago todo yo, otros días más donde dejo a mi prometido ahogado de cansancio, vómitos y mareos constantes. – explico sus síntomas. – Te tomaré una muestra de sangre y mandaré a analizarla al laboratorio de emergencia para ver si es cierto. – dijo la doctora un poco dudosa. Se quedó sentada en la silla y una enfermera entro para sacarle sangre, la aguja metiéndose en la vena de su brazo izquierdo no fue nada grato para su gusto, pero sabía que el resultado valdría mucho la pena. – ¿Dónde está el baño? Tengo ganas de vomitar. – comento Victoria cubriéndose la boca tratando de retener lo que venía. – La puerta blanca del fondo. – señaló la doctora mientras escribía. Se levantó y corrió hacia el baño para vomitar el agua que había estado bebiendo en todo el rato que esperaba, se enjuagó la boca con el agua del lavamanos y salió para ver a la doctora escribiendo en su expediente, si no estaba embarazada se iba a aterrar mucho y se iría directo a un centro psiquiátrico porque se estaba volviendo loca. – Sube a la camilla, te voy a revisar en lo que me traen las pruebas de sangre. – comento la mujer. Victoria se acostó en la camilla y mientras levantaba su blusa vio a la doctora acercar una maquina grande, se sobresaltó cuando el líquido viscoso y frio cayó sobre su vientre, la doctora lo esparció por su vientre con un pequeño aparato y espero a que la imagen se mostrara en la pantalla, vio la expresión de la mujer y supo que si tenía la razón. – Felicidades Victoria... – movió la pantalla para que viera – Mira, está aquí y por lo que veo tienes unos dos meses de embarazo, dos meses y medio más o menos. – se lo mostró con el dedo y fue clara con ella para que le entendiera bien. – Es tan pequeñito ¿Es niño o niña? – un par de lágrimas se le resbalaron por las mejillas gracias a la emoción que le produjo verlo – Aún está muy pequeño para saber el sexo, debemos esperar hasta que cumpla unos meses más ¿Por qué no viniste antes si ya sospechabas? – sintió curiosidad de porque no había ido antes. – He estado con bastantes líos últimamente, mi familia, la boda de una amiga y estoy planeando la mía también. – sonrió de lado esperando el regaño de la mujer. – Te pondremos en control desde hoy y quiero que seas más responsable con eso, que no faltes a ninguna cita y que comiences a alimentarte bien, estas embarazada y si lo quieres llevar a término debes ser cuidadosa. – sonrió viéndola realmente emocionada. – ¿Me dará fotos de mi bebé? – no dejaba de ver la pantalla con ilusión, su deseo estaba cumplido y quería tener recuerdo de ese momento. – Claro que sí, te daré unas cuantas imágenes de tu bebé... – le dio unas toallas de papel cuando termino – Me gustaría que para tu próxima cita traigas a tu prometido para que se eduque sobre el tema del embarazo, ambos van a tener que lidiar con los futuros cambios y será mejor para ti que él esté involucrado en tu embarazo, como pareja lo van a disfrutar mejor si siempre vienen juntos. – la doctora se alejó. – El pobre ya está sufriendo los cambios hormonales que estoy teniendo. – Victoria bajo de un salto de la camilla. – Te voy a recomendar que no hagas muchos movimientos bruscos, no tienes un embarazo de riesgo, pero no debes correr riesgos innecesarios... – dijo después de ver lo que hizo – Sería mejor que cambies esos tacones por zapatos más bajos y cómodos, te ahorraras hinchazón en los pies y dolores en los tobillos, además que estarás segura de no caerte. – sonrió al verla sentarse de nuevo. – Voy a tener que expandir o cambiar mi guardarropa también, me provoca muchos antojos de comer poco sano. – rasco su sien divertida. La doctora Brown comenzó a hacer unas cuantas anotaciones en el expediente de Victoria y anexo unas páginas más ya que comenzaría un control prenatal, le fue explicando paso por paso de todo lo que sería estar embarazada y de todos los controles que iba a tener que hacerse, los síntomas que eran normales y los que no eran normales, con los que iba a tener que correr de emergencia al hospital si llegaba a sentir algo así y de paso le receto unas cuantas vitaminas normales para las futuras madres, el examen sanguíneo reafirmo todo aún más y también confirmo que Victoria estaba libre de cualquier enfermedad. Le dieron las doce del mediodía de tanto estar hablando con la doctora y es que necesitaba aclarar una serie de dudas que se habían plantado en su cabeza, quería un bebé, pero no tenía ni la menor idea de todo lo que eso implicaba, salió de la oficina y fue a la cafetería esperando ver a la pareja, pero se encontró con Tom esperándola. – ¿Por qué te sorprende tanto verme? – pregunto poniéndose de pie. – Porque no esperaba que vinieras a recogerme, te hacia aun dormido en casa muerto de cansancio. – lo abrazo y le dio un beso en los labios. – Elena me llamo y me pidió que fuéramos a ver unos cuantos salones para la boda, Al también me llamo y me pregunto qué porque no respondías sus llamadas, quiere que te pruebes la nueva colección de vestidos de novia que pidió para ti. – la tomo de la cintura y comenzaron a caminar hacia el estacionamiento. – Tom ¿Sería una desgraciada mal nacida si no invito a mi familia a la boda? – pregunto abrazada a él. – Es tu completa decisión si quieres invitarlos o no, yo aceptare tu decisión porque se lo que has pasado con tu madre y todo lo malo que te hizo, aunque ella ya te pidió disculpas por todo. – abrió la puerta del auto. – La verdad Iván fue un hombre muy bueno conmigo, pero todavía me duele mucho todo lo que Megan me dijo y estoy dudando sobre invitarlos o no a la boda, sé que me pidió disculpas, pero el resentimiento es más fuerte que toso. – subió al auto y Tom dio la vuelta con rapidez. – Te negaste a ir a la boda de Ammy con JJ y también te negaste a ir a su fiesta de embarazo, enviaste un buen regalo y no has vuelto a responder las llamadas de Megan. – comento el hombre ya adentro. – No quise ir porque estaba celosa de que ella siendo tan mala tenía la oportunidad de ser madre, yo no soy una santa, pero me dolió porque yo también quiero formar mi familia contigo, en esos momentos la vida me parecía muy injusta. – desvió la vista conteniendo las lágrimas. – Mi amor... – la tomo de la barbilla y la hizo verlo – Vamos a formar nuestra familia tarde o temprano, no te puedo obligar a que los invites, pero sería bueno que lo hicieras porque son tu familia después de todo y es un día muy importante que quizás después te arrepientas de no hacerlo. – le dio un beso pausado. – Me encantaría ver la expresión de Megan al verme caminar hacia el altar, rumbo al hombre que amo con locura vestida de blanco convertida en lo que ella quería ser. – topo su frente con la de él. – Pues invítala solo por molestarla si quieres. – sonrió viéndola más animada. – Tom... – pensó en darle la notica ahí – Tengo hambre, vamos a casa. – no se atrevió porque quería que fuera algo grande. – Vamos a un restaurante a comer algo rico, después nos juntamos con Elena en la tienda de Al porque los dos quieren hablar contigo. – encendió el auto. – Estoy segura que no te van a dejar estar con nosotros, Al tiene la creencia de que el novio no debe ver el vestido de la novia antes de tiempo. – puso su mano en el muslo del hombre, las viejas costumbres nunca se olvidan. – Esas son tontearías, yo también quiero ver los vestidos que te pongas, no lo voy a usar, pero si lo voy a quitar. – le tomo la mano y la llevo a sus labios para darle un beso. – Quiero que Al me entregué, después de todo Elena planea una boda tradicional, de blanco, madrinas, padrinos y esas cosas. – Victoria estaba segura de lo que quería para su fiesta y había sido muy clara con su cuñada en lo que ella quería a pesar de darle la libertad para que organizara. – Tienes a tres hombres que te pueden acompañar al altar, no sé cómo te pudiste decidir con tanta facilidad. – dejo la mano de ella sobre su muslo de nuevo. – Alberto fue un apoyo muy grande en momentos difíciles y te juro que lo siento como si realmente fuera mi padre porque todos sus consejos me sirvieron mucho. – de nuevo había comenzado a llorar. – Comprendo todo eso y no tienes que darme explicaciones mami. – había tomado la costumbre de llamarla de esa forma desde hace poco tiempo. – Es que no puedo evitarlo… – se limpió las mejillas con su mano libre – Espero que vayas pensando en nombres para bebés, porque vamos a intentarlo muchas veces en la luna de miel. – prefirió cambiar el tema para no seguir llorando. – Ya veremos que nombre le ponemos. – Tom sonrió, aunque en su mente trataba de no hacerse ilusiones porque había leído mucho sobre el problema de Victoria. Le causaba mucha gracia escucharlo porque dentro de pronto iba a ser llamada mami de verdad, pensó que tanta lloradera se debía a lo locas que estaban sus hormonas por el embarazo y la doctora le dijo que eso iba a ser completamente normal, se limpió el par de lágrimas extra y comenzó a pensar en la forma en que podría decirle, en cómo darle la noticia a sus suegros y familia, sabía que todos se iban a enloquecer de felicidad por ellos, pero quería botar la casa por la ventana o al menos que Tom no olvidará la forma en que se enteró que sería padre. También había estado considerando el tema de invitar a su familia sanguínea a la boda, las opiniones de Mike y Al eran que, si lo hiciera, que los invitara con la advertencia para Megan de que no hiciera comentarios innecesarios del evento.
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